Nuevos desafíos para el reportero de campaña
Quien haya cubierto alguna vez una campaña electoral se acordará de ir tirando de trastos lentos, a menudo inútiles y siempre engorrosos. Sin remontarse a la prehistoria, ¿a quién no se le ha hundido el hombro con un ordenador de ladrillo atestado con cables de plomo y con un módem obtuso que casi nunca conecta?
¡Menos mal que al final siempre queda el teléfono y algún teclista (bueno, quizá ya no)!
En campaña siempre hubo empotrados, aunque nunca nadie se atrevió a insultar así a los pobres que subían al autobús para resollar durante quince días atropellados tras el líder de turno.
En su día el PP cambió el autobús por un avión –de hélice– y los canapés y la tortilla por jabugo. Política de comunicación.
La atropellada y repetida epopeya del reportero de campaña está a punto de cambiar. Si en la última guerra se asistió a la explosión de los teléfonos por satélite, la información multimedia y los blogs, toca arrebato de modernización en la carrera hacia el 14 de marzo.
Protagonistas:
>>> el ciclo 24 horas de noticias continuas;
>>> la información multimedia y el fin del patrimonio de la imagen;
>>> la explosión interactiva, los ciudadanos opinan y piden información;
>>> las bitácoras y el influjo de la Red.
24 horas de campaña
El ciclo informativo ha cambiado radicalmente. Si antes la mayoría de los profesionales, con excepción de los de agencias, trabajaban con el tiempo que mediaba entre ediciones, la próxima campaña traerá una lucha por la información de última hora.
La urgencia ya no es patrimonio de la radio o la televisión. Internet es una de las fuentes más consultadas para este tipo de información y la carrera por ser el primero no puede basarse sólo en la difusión de contenidos de agencia.
Con casi una tercera parte de los españoles navegando por la Red y leyendo noticias de actualidad, la campaña no puede quedar al margen.
Una forma de ganar audiencia, y sobre todo repercusión pública y política, será aumentar la velocidad e inmediatez de las crónicas. Pero la crónica completa, analítica, de contexto, será patrimonio de los medios y ediciones informativas tradicionales.
La inmediatez multimedia permite deconstruir el todo electoral y trabajar el detalle. Si hasta ahora los mitineros vivían pendientes del piloto rojo que les avisaba de la entrada en directo en un informativo de TV, las nuevas tecnologías ofrecen la posibilidad de resaltar detalles sin posibilidad de control por el político y sus ayudantes.
Con una cámara de video digital o una grabadora de audio digital y un ordenador con conexión por teléfono móvil o wifi se puede enviar no sólo un texto de urgencia, sino una imagen, una declaración, una escena y emitirla en directo o consecutivamente en la televisión, la radio o la web del medio.
Las posibilidades para la información de alcance son infinitas. Hace unos días el candidato demócrata Howard Dean fue sorprendido con esta estrategia cuando le pedía a un seguidor antes de un mitin que rezara por él.
Campaña multimedia
Fin del patrimonio del mensaje por cada medio. ¿Cuántos pilotos rojos necesitará un político en su atril si varios medios dedicen retransmitir su intervención por TV local o por internet?
Quizá nadie se atreva a romper la programación de prime time con un total de Rajoy o Zapatero, pero en la web se puede abrir una ventana de emisión de video en directo que no molestará a quien no quiera pincharla.
La imagen ya no es patrimonio de la televisión. La frase no sólo retumbará en la radio. Los medios escritos tienen su oportunidad de aprovechar las ventajas de la multimedia.
En el reino de la interactividad
Es la hora de los ciudadanos. Internet amplifica la libertad de expresión y la participación como nunca. Los medios se llenarán de encuestas, foros y comentarios que expanden el espacio público como no ha ocurrido nunca. Un foro, una encuesta, puede ser trasladado a un candidato, a un partido, para requerir información de interés para los ciudadanos con la legitimidad de que proviene de ellos mismos.
¿Se negarán reiteradamente los candidatos a responder a esas preguntas?
Pero las cuestiones no serán sólo para los candidatos. También las habrá para los reporteros y columnistas encargados de la información electoral. Explotar la cercanía con el lector puede marcar una gran diferencia entre unos medios y otros. En esos foros y comentarios se pueden contar detalles y anécdotas que posiblemente no sean materia de crónica principal, pero si delicatessen para el lector interesado.
Las encuestas son una de las herramientas más usadas en las páginas webs de los medios y se pueden lanzar cuantas se quieran sobre temas y candidatos para luego ampliar y publicar información con las más interesantes, las que hayan concitado más participación. Permitirán tomar el pulso de la campaña y su incidencia y en el público. Pueden ser empleadas como producto noticioso y para formar el criterio informativo de seguimiento de la carrera por los votos.
La utilidad del diario electrónico
¿Hay material más apropiado para un weblog que una campaña electoral? ¿No es esta información un seguimiento del día a día, mitin a mitin, de los partidos y candidatos?
Si una materia se adecúa al formato de la bitácora, esa es una campaña electoral.
Por ahora no parece que los candidatos españoles vayan a emular a un John Kerry o a un Howard Dean con sus blogs escritos por ayudantes y seguidores. Mariano Rajoy ha dado el primer paso con una página personal. Veremos si se anima.
Quienes deberían animarse son los medios, como ocurrió en la guerra de Irak, aprovechada por La Voz de Galicia para lanzar un blog de su enviado especial, David Berain, o ya practica día a día El Mundo con el weblog de El Navegante.
Por ahora los periodistas españoles escriben bitácoras particulares. La campaña puede introducir el género en los portales de los medios.
Periodistas 21 | Ideas para el 14M | Políticos en la web: Rajoy se adelanta