Monday, October 02, 2006

Eticólogo suspicaz

Así me califica Fernando Jáuregui por mis críticas a determinados aspectos del I Congreso Internacional de Nuevo Periodismo de Valencia.
Contrariamente a sus críticas estoy normalmente más lleno de dudas que de certezas, pero en cuestiones de ética prefiero ser cuidadoso. Es un tema resbaladizo.
Léanse sus razones y mi respuesta, donde separo el caso valenciano de iniciativas como el Congreso Nacional de Periodismo Digital de Huesca, que me parece un ejemplo de buen hacer.
Hay otro aspecto fundamental. Desde el punto de vista de un periodista, el congreso de Valencia es lo que se suele llamar un pesebre, de los que hay y llenamos demasiados.
Otra cosa es para la mayoría de los blogueros, personas privadas sin ánimo de lucro en muchos casos. Aquí el posible conflicto de intereses es más difícil y ténue.
La mayoría de los intentos y llamamientos de códigos éticos para blogueros (Dan Gillmor, Reporteros sin Fronteras; Cyberjournalist) que se han intentado coinciden en pedir independencia, transparencia, honradez. Lo básico.
No sé muy bien como se soluciona este posible dilema valenciano pero sigo pensando que la mezcla de políticos, dinero público y ciudadanos periodistas es explosiva y peligrosa.