Monday, November 07, 2005

Gabilondo es lo mejor y lo peor


Cuatro arrancó a las 20, cuatro, cuatro. Primeras imágenes, el equipo. En los chicos, corbatas y camisas rojas. Color corporativo y gesto de riesgo en el informativo. Las chicas, más sueltas, menos homogéneas, aunque alguna no renunció a algún ribete rojo. De frente, Iñaki. Primer programa, el informativo.
Lo mejor, Iñaki. El de estos años en la radio. Entusiasmado con este gran reto y dispuesto a todo, como un chaval, con ilusión. Arriesgado con el color, pasión rojo ajeno a la tradición de ese azul omnipresente. Muchos recursos de la televisión británica que se agradecen: paso a presentadores de pie con pantalla sobre la que explican. El propio arranque del informativo con el croma de fondo. Variedad de géneros. Por aquí, lo moderno.
Lo peor, Iñaki. Un informativo de televisión con parrafadas de radio, con silencios sugerentes en las ondas y mortales en la televisión.
Lo peor de todo: otra ministra reportera tras la vicepresidenta (las dos con temas de calado social, faltaba más), Magdalena Álvarez en directo sobre la tragedia de Granada. Otra vez unos y otros se pierden de tanto que se codean (dándole munición a Federico, vamos). Una ministra en directo para responder de un hecho tan luctuoso y en el que hasta pudiera alcanzarle la responsabilidad sería un triunfo. Convertirla en reportera micrófono en mano y darle voz casi antes de contar los hechos es de un sectarismo desbordante.
Imaginen a George W. Bush informando sobre el Katrina en un telediario nacional. ¿Qué diría El País?
Así, no, Iñaki. No lo necesitas, eres un grandísimo profesional que prometiste salir de las trincheras feroces de nuestra radio partidista para abrir una nueva etapa alejada de "los disparates de la política".
No necesitas entrar en el colegueo absurdo de la fallida entrevista con Pasqual Maragall (absorto, casi ido) y Esperanza Aguirre tras una espera cantada cuando dependes de un debate que no se sabe cuándo acabará.
No necesitas que se oigan los gritos de fan de Fernando Alonso felicitándote al término de su diálogo de promoción de la fiesta deportiva que vendrá después.
Son cosas de la televisión, cosas del primer día. Menos mal que primer día sólo hay uno. Mañana es otro día, y ya es un día normal. Menos nervios, menos emoción, más rutina. Y la rutina, tú que llevas tantos años en la radio lo sabes, Iñaki, la rutina hace milagros.
Iñaki reportero en los suburbios de París. Iñaki, presentador "concernido por la actualidad" (prometía esta mañana) mostrando preocupación en los comentarios que siempre haces sin guión, como los grandes. Por eso no te hace falta pontificar sobre las raíces sociales de la revuelta de la Francia que no proviene, no quiere y no le ha llegado la Ilustración. Déjalo para los protagonistas, para los expertos que entrevistas. Olvida la columna o fírmala sin rubor.
"Me he tenido que meter en andurriales opinatorios que no eran correctos, resultado del forcejeo". Son tus palabras, y prometiste dejar esas chabolas de la información.
A algunos el primer informativo de Cuatro les recordará a aquel que hacía Luis Mariñas en la prehistoria de la Telecinco de las mamachicho (por cierto, la huelga pudo con Juan Pedro Valentín y tuvieron que tirar de series). Pero es de agradecer la vuelta al riesgo de la entrevista, al contacto con los personajes, a una cabeza parlante que se moja y te gusta o no.
Si para algunos el de Germán Yanke es un informativo de autor, el de Gabilondo es de una autoría que sólo deja margen para la gloria o la miseria. La autoría tiene sus peligros, y sus ventajas. Iñaki es quien es. Con un poco más de ritmo, un poco más de información y un poco menos de ósmosis con el poder, Gabilondo no se arrepentirá de haber dicho que sí al desafío de la televisión.

Actualización con datos de audiencia: Gabilondo fue lo mejor de Cuatro
Encuesta | ¿Te gustó el debú de Cuatro?

P21 | Cuatro arranca
P21 | Gabilondo promete noticias y menos opinión

P21 | La batalla de los telediarios