The Guardian compartirá parte de su agenda y previsiones diarias, la planificación de su cobertura informativa, con los lectores. Un blog se encargará de compartir parte de esa hoja de edición que los lectores podrán comentar y aportar ideas vía Twitter a los editores.
Un paso importante en una redacción abierta donde la participación no se desarrolle sólo tras la publicación de la información, sino en el propio proceso de edición.
Un experimento para abrir el proceso de la información con una edición participativa incardinada en el flujo social.
Otros diarios han abierto antes sus consejos de redacción y explicado su criterio y decisiones editoriales.
Pero en la construcción de las redacciones como redes sociales el paso del diario británico quiere explorar hasta dónde son valiosas las aportaciones del público para poner el SEO y el criterio social antes de la edición. No reaccionar a lo que se está consumiendo más en el producto, sino contar con la opinión del lector antes de su publicación.
The Guardian empezará publicando una selección de sus previsiones de información nacional, internacional y económica para comprobar la efectividad.
El diario británico se inspira en el modelo de Norran, un diario sueco donde editores y reporteros chatean en directo con los lectores sobre la cobertura de la información.
Pero The Guardian intenta enriquecer el criterio profesional con el de los lectores, un paso importante en la concepción del periodista y la redacción como redes sociales.
El mismo día The Guardian anuncia su esperada aplicación para iPad, con un precio de suscripción mensual de 15,5 euros, el doble que en iPhone.