Para BlackBerry es
un fallo letal en una empresa superada por sus competidores. Los nuevos móviles
inteligentes como iPhone y Android han desbancado a un pionero todavía preferido
por quienes aman su teclado físico. Pero su dominio del mercado de empresas e
instituciones decrece. A pesar de su rediviva popularidad entre los jóvenes
gracias a su mensajería, BB pierde clientes. Ha pasado de un 19% del mercado de
móviles inteligentes a menos del 12% en un año. En España se calcula que el 6% de los usuarios de smartphones
usan los móviles de la compañía canadiense, por debajo de iPhone y Android, con
un 9% cada uno. Playbook, su apuesta por las nuevas tabletas está muy lejos del
dominio de iPad y sus beneficios han caído a la
mitad en un año.
Los usuarios están
atrapados. El fallo en el sistema centralizado y cifrado de BlackBerry les deja
sin alternativa y vuelven a revelar lo frágiles que somos ante la tecnología. La
dependencia es cada vez mayor; la responsabilidad de las empresas, pequeña. Las
asociaciones de consumidores animan a los usuarios a reclamar, pero las compensaciones que deben
pagar las telefónicas son mínimas.
El problema no es
tanto económico como la interrupción y sensación de abandono en una vida
organizada por la tecnología, pero sin suficiente control ni respaldo. Sólo
volver a la web desde conexiones wifi ha permitido a los usuarios conectarse.
Una alarma contra los sistemas centralizados y una invocación a los usuarios
para reducir su dependencia ahora que la nube empieza a acaparar los datos y
contenidos de tantos.
Columna en los medios de Vocento