Sunday, June 29, 2008

Autobús de El País para entrevistar a Zapatero

El País ha fletado un autobús para entrevistar al presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Y se ufanan:
"La entrevista con el presidente del Gobierno ha sido realizada por el director de EL PAÍS, Javier Moreno; los subdirectores Berna González Harbour y José Manuel Romero; el redactor jefe Miguel Jiménez, y el corresponsal diplomático, Miguel González. Fotografía de Marisa Flórez y Gorka Lejarcegi"
Podrían seguir con un también han colaborado por aquello de que un diario es una obra colectiva de la redacción. Aunque ahora a lo mejor el pensamiento del periódico es único.
El País de Javier Moreno lleva a su equipo A para entrevistar al presidente (¿seguro que no estaba Cebrián tras las cortinas?). Sólo la presencia de Marisa Flórez recuerda otros tiempos.
En la promo que leo a estas horas, antes de la publicación de la edición, se demuestra que algunos periódicos han caído irremisiblemente en la confusión del periodismo con el marketing. Entrevista-examen, le llaman, con esa arrogancia de algunos diarios tan ensimismados que no se dan cuenta que la promo acaba: "Es, definitivamente, un Zapatero más maduro".
El definitivamente es toda una marca de estilo. Lo que se dice dejar los juicios al lector, vaya. Periodismo crítico.
Eso sí. El País ha corrido. No quiere que le pase como cuando Zapatero ganó en el 2004 y concedió antes una entrevista a Pedro J. Ramírez. Y tampoco hay ya dos directores en transición como en la de 2006, cuando Moreno y Ceberio acudieron a hacer la presentación oficial ante el poder político.
Ahora la transición está hecha y acabada. Nada de vieja guardia. Los reporteros más curtidos en el seguimiento del gobierno no cupieron en el microbús. El País de Javier Moreno certifica su renovación ante el presidente. ¿Intenta también recomponer relaciones? Por aquello del negocio y el futuro de la tele.
Y que nadie se pierda la estudiada pose del presidente, cada día más encantado con sus gestos hasta convertir su imagen en un retrato de un Dorian Gray que se embelesa a sí mismo.