Vuelven los toros, vuelven, a TVE. A la nueva dirección de la radiotelevisión pública le ha faltado tiempo para recuperar esa fiesta de sangre y arena tachada en días de glorificación de ciertas esencias de “nacional”. En la nota de prensa se alude al “cartel de lujo” y se anuncia que será la “primera de una breve pero simbólica” serie de festejos que vuelven. Todo vuelve, según el PP y la vieja teoría del eterno retorno. El gobierno de Rajoy está empeñado en devolvernos al pasado a falta de mejor presente. Vuelve la sanidad para unos pocos, el aborto escondido, los colegios de niños y niñas separados. Vuelven. Y lo hacen con los encomiables fines del ahorro de dinero público y las esencias patrias.
Dice RTVE que la fiesta no costará gran cosa –más allá de las subvenciones que ya recibe- a su maltrecho erario merced a un acuerdo “con los toreros, sus apoderados, el ganadero, Victoriano del Río, y el empresario vallisoletano, Antonio Matilla, por el que todos ceden sus derechos y por lo tanto la Corporación sólo tendrá que abonar el coste del despliegue técnico necesario para la retransmisión de la corrida de toros”. Próceres de la patria de obra y alma, convencidos por el presidente del Senado, Pío Escudero, siempre galano.
En las redes sociales y la opinión pública, división de opiniones como en los tendidos. Sólo hace unos meses que la Defensora del Lector, Elena Sánchez, recibía 181 comunicaciones contra el programa taurino Tendido Cero y otras dos contra la vuelta de las corridas, eliminadas de TVE en 2006 para proteger el horario infantil.
Las corridas gustan o no. A muchos les parecen cultura, historia y pasión. A otros, sin negar sus atributos, nos parece que gran parte de la historia, sus hechos y tradiciones están para aprender y superarlas. No todas las culturas y costumbres son dignas de mantener. Más allá de la polémica sobre el maltrato de los animales y las diatribas de unos y otros a favor y en contra, volver a los toros a las seis de la tarde, en horario infantil, no parece lo más aconsejable.Que los pongan a las once, como el fútbol, ahora que TVE anda escasa de prime time.
Pero si lo hacen, por favor, ahórrense las verguenzas como las escritas en la nota de RTVE y defiendan los toros con la gallardía que merecen no los taurinos, sino todos los ciudadanos.
Decía hace poco con genio el escritor Rafael Sánchez Ferlosio que su deseo era que los toros desaparecieran “no por compasión de los animales, sino por vergüenza de los hombres”. Las corridas vuelven a RTVE, para vergüenza de muchos y temor a que tanto retorno sea demasiado pasado para este presente malvivo.
Columna en Estrella Digital