Flipboard ha conseguido veinte millones de usuarios en dos años. La aplicación para iPad que ha explotado y popularizado la personalización de contenidos con interfaz tipo magazine celebra su cumpleaños aumentando la oferta de vídeo y mostrando unos datos que revelan algunas claves del consumo de contenidos en iPad.
Acceden a Flipboard 1,5 millones de usuarios diarios en todo el mundo durante alrededor de tres minutos al día (86 minutos al mes) para consumir unas 5 páginas (blips) en la aplicación.
El 75% de sus usuarios están conectados a las redes sociales, la utilidad que hizo famosa a la aplicación cuando se presentó convirtiendo el timeline de Twitter en una revista para cada usuario.
El día preferido para conectarse en las tabletas es el domingo y en los móviles, el jueves, especialmente por las mañanas, entre 10 y 11.
En España, Flipboard ocupa en sexto puesto en el top de aplicaciones de noticias en iPad y el duodécimo en iPhone, según Appdata.
En el móvil, todos los grandes diarios españoles superan en usuarios y popularidad a Flipboard, mientras en iPad sólo lo hacen los más populares y con mayor oferta gratuita: Marca y El País, además de RTVE.es, la aplicación de televisión más usada.
Los datos de Flipboard indican que la popularidad de las aplicaciones de personalización es grande, pero todavía no alcanza al atractivo de las grandes cabeceras periodísticas. Además el consumo de contenidos en estas aplicaciones es todavía menor que en las de los grandes medios, donde la fidelización es mayor.
A los datos hay que sumar que todavía una mayoría de los consumidores de contenidos informativos en móviles y tabletas acceden a través de la web, no de las aplicaciones, lo que resta público potencial por el momento, a pesar del crecimiento del acceso a través aplicaciones.
Con los datos presentados, la capacidad de Flipboard para crear negocio es por ahora escasa. Esa dificultad en crear nuevo negocio explica la retirada de los contenidos de algunas revistas de la aplicación y la decisión de otros de permitir el acceso sólo a sus suscriptores.
Los medios son aplicaciones, pero a través de ellas el soporte, el interfaz y la marca vuelven a ganar importancia y aumentan el consumo y la fidelización del público.
En la web se navega, con ella se potenció el acceso abierto y la lectura rápida. Con las aplicaciones vuelve la fidelización y la reputación y fortaleza de la cabecera. En esos factores es donde los medios vuelven a encontrar oportunidades.
Pero hay mucho que aprender de Flipboard, más allá de su capacidad de aumentar la audiencia o crear nuevos ingresos, dos objetivos por ahora no alcanzados.
Lo primero, la importancia de los medios contextuales: la necesidad de programar los contenidos, con diferentes estilos e interfaz para el consumo en diferentes soportes y con una experiencia de usuario distinta y adaptada a cada dispositivo.
La capacidad de personalizar contenidos a través del criterio y el flujo social de las redes: la edición social.
La necesidad de desarrollar nuevos interfaces y diseños táctiles que mejoren la experiencia de usuario y hagan la lectura y el consumo de contenidos multimedia agradable y capaz de funcionalidades sociales y avanzadas.
Mantener la identificación del público con la marca. Además de contenidos y estilo, requiere el control de la distribución, la comercialización y el producto final sea cual sea el canal utilizado. De lo contrario, el negocio se diluye y las posibilidades de crear comunidades con los usuarios, también.
Esa fue la gran pelea inicial de Steve Jobs con los editores y todavía hoy está irresoluta. Los contenidos tienen su público, las plataformas, dispositivos y aplicaciones no funcionan a largo plazo cuando canibalizan el mismo patrimonio sin aportar nuevas fórmulas de engagement y rentabilización.
Flipboard es además excesivamente dependiente de Twitter. Todavía está por ver cómo impactará en la aplicación las nuevas reglas de la red social. Esa dependencia se intenta reducir con sumando el acceso directo a publicaciones a través de la aplicación, mejorando así su presentación. Una estrategia que canibaliza las propias aplicaciones de los medios sin ofrecer por el momento suficientes usuarios ni negocio.