Tuesday, December 06, 2005

Sexo polémico en los medios

El sexo y los medios tienen una relación intensa, incluso en los medios informativos, a través de algunas informaciones y por la publicidad. La pornografía, las imágenes y contenidos sexuales o sexistas son habituales y muchas veces crean problemas con el público y dudas en los responsables de los medios.
La televisión, la publicidad exterior y la prensa concentran las denuncias de publicidad sexista en España mientras otros medios más especializados y menos generalistas o familiares reciben menos denuncias.
La sociedad está más preocupada de lo que ven todos por obligación o en soportes considerados familiares que de aquellos horarios (en el caso de la televisión) o medios dirigidos a adultos y donde cada cual elige los contenidos.
Las denuncias por anuncios sexistas bajaron casi un 48% en 2004 respecto al año anterior, según el último informe del Observatorio de la Publicidad Sexista, aunque el número de campañas denunciadas fue muy similar: 171 frente a 177.
Las causas: uso del cuerpo de la mujer como reclamo publicitario, utilización de la mujer como mero objeto sexual, porno
chic (sexo sometido y dominado) y roles sociales
estereotipados.
La televisión fue el medio más denunciado con el 44,4% de las denuncias, que recayeron en más proporción sobre los medios de comunicación que en anteriores años.
Al mismo tiempo, el director de 20 Minutos, Arsenio Escolar, preguntaba en su blog sobre la oportunidad de anuncios como los de la revista Interviú, aparecido en última página del gratuito el lunes pasado, espoleado por la protesta de algunos lectores.
Los diarios españoles están repletos de anuncios de prostitución que han ido ganando protagonismo en los clasificados del medio y que se han sofisticado con imágenes a veces muy explícitas.
Informe tras informe, sondeo tras sondeo, la opinión de los lectores es negativa, pero pocos responsables se atreven a eliminar una buena fuente de ingresos en tiempos de huida de los clasificados a otros soportes.
El resultado: algunas personas creen que los diarios se han convertido en un medio sólo para adultos, han perdido su carácter familiar (fundamental para su superviviencia y futuro) y sólo se pueden dejar en la mesa del salón tras una atenta supervisión.
En el caso de las páginas publicitarias externas, como el caso citado de 20 Minutos, las protestas son todavía mayores.

¿Es la publicidad con contenidos sexuales y sexistas un problema para los medios? ¿Hay excesiva sensibilidad en parte del público? ¿Dónde está el límite entre la denuncia fundada y un puritanismo excesivo?

Cuando se analizan las campañas denunciadas por el Observatorio de la Publicidad Sexista, la duda se mantiene. Frente a imágenes y utilizaciones soeces de la mujer (infinitamente a mayor distancia que el hombre) conviven otras en las que la belleza y sensibilidad de la imagen hace dudar.
Se alude al sexo y a la belleza, pero ¿qué sería de la civilización sin esas dos presencias constantes?
La portada de Interviú es un anacronismo como la página 3 de The Sun, pero su exhibición en determinados soportes puede resultar ofensiva para algunos.
En los anuncios de contactos se une el mercado del sexo con la utilización de un espacio tradicionalmente reservado a publicidad menos conflictiva.
¿Convierten estos contenidos a los soportes en medios de adultos?
La respuesta no es sencilla. Entre el puritanismo pacato y el sexismo o la pornografía hay un gran abanico donde se pierde pie con facilidad.
Las denuncias registradas por el Observatorio son mayoritariamente de hombres con alto nivel de formación, un público en principio poco sospechoso, y el acierto en una gran parte de las denuncias les otorga peso.
Parece también indudable que atravesamos un nuevo momento de exaltación del sexo con algunas características de dominación y roles conflictivos cuyas consecuencias sociales van más allá de la práctica consentida y responsable.
Pero el sexo no es democrático ni igualitarista. En los roles influye la cultura, la sociedad, los modelos... Está en la información y está en la publicidad, y se percibe un aumento del conflicto alrededor de estos contenidos que vale la pena analizar.