Leer libros, rechazar la cultura de la imagen, estar en contra del entretenimiento de masas no es garantía de inteligencia ni de capacidad crítica.
Leer libros puede ser tan estúpido como no hacerlo. Los intelectuales critican a los televidentes por estar pegados acríticamente a la pantalla. Lo mismo se puede estar subyugado tontamente ante unas páginas de El Código Da Vinci, de Ken Follet o de Corín Tellado.
Incluso con libros más sugerentes, hay quien picotea y traga sin digerir, asintiendo como un tonto egregio a las tesis y conclusiones a veces más estúpidas.
El lector verdadero piensa más que lee. Crea su propio pensamiento mientras devora líneas. Y eso se puede hacer también ante un cuadro, una película o asomado a la ventana.
"Hay dos tipos de lectura: una provoca conclusiones, la otra las hace innecesarias".
Santificar la lectura puede no ser buena idea.
En Estados Unidos ha resurgido la moda de los festivales literarios: gente que ser reúne para leer el mismo libro, ojear novedades e intercambiar pretenciosas frases sobre su pasión lectora.
Con ese impulso gregario tan americano, los lectores proclaman su fe literaria, visten camisetas de la megalibrería Barnes&Noble y se confiesan alejados de la televisión, internet y otras menudencias poco inteligentes.
Son ya más de 200 festivales de libros a lo largo de Estados Unidos, de una costa a otra. No son como nuestras ferias del libro ni los sant jordi. Donde aquí los editores intentan colocarnos las novedades del año para redondear la cuenta de resultados, los festivales americanos están impulsados por revistas literarias, clubes sociales y programas de la radio pública NPR.
"Los libros te hacen mejor persona", proclama una pancarta a la entrada de una reunión. Este artículo cuenta que también se usan para otros buenos propósitos como mantener a los chicos alejados de las drogas (supongo que no leerán a Burroughs ni a Leary) o evitar que se metan en bandas (Rumble Fish prohibido).
Un fetichismo del libro propio del consumismo de la sociedad del conocimiento
The New York Times > Books > Sunday Book Review > Books Make You a Boring Person
Periodistas 21 | Más libros y menos bibliodiversidad