La televisión crece en todas las pantallas, socializa cada vez más los contenidos y la centralidad del televisor en el hogar se extiende con los dispositivos móviles (especialmente tabletas) entre los hiperconectados.
La televisión ha comenzado a cambiar, pero el televidente 2.0 crece a mayor velocidad que la evolución de las cadenas y productores. Son los resultados principales del estudio Televidente 2.0 de The Cocktail Analysis con el que colaboro en el análisis cualitativo para los clientes de esta investigación.
Abajo dejo un resumen del estudio cuantitativo, en un año que muestra el impacto de las redes sociales y las tabletas en el consumo audiovisual y en los hábitos de navegación y acceso a los contenidos digitales.
La convergencia de las tecnologías hace de las redes sociales, el audiovisual y los dispositivos móviles los determinantes del proceso de producción, de los hábitos de consumo y de la nueva cadena de valor de la televisión.
Un escenario de oferta, consumo y tecnología que demanda cada vez más una televisión inteligente. Herramientas capaces de gestionar los contenidos que llegan a cualquier pantalla a través de cualquier canal de distribución: TDT, cable, satélite, IPTV, aplicaciones o web.
Una televisión inteligente que ayude a la audiencia a gestionar socialmente los contenidos, cómo y con quién se comparten y comentan. Y a configurar una nueva parrilla bajo demanda orientada por las recomendaciones de amigos y públicos similares, y no por programadores.
La cadena de valor cambia con los contenidos y la hiperconectividad -el acceso en cualquier momento, lugar y pantalla- como centros de un proceso donde a los actores tradicionales se unen otros nuevos como redes, plataformas, buscadores, agregadores, aplicaciones y motores de descubrimiento o de recomendación.
El negocio cambia y se mueve hacia los contenidos bajo demanda, con un aumento de la oferta de pago todavía muy minoritaria en España pero con tendencia a crecer con modelos de suscripción, no de pago por visión.
La cadena de valor y de negocio cambia. La televisión 2.0 es la primera tecnología disruptiva que afecta a la reina de los medios. La convergencia de televisión, banda ancha y pantallas planas (de las más grandes a las más pequeñas) abre el camino para una televisión asincrónica, ubicua y bajo demanda.
El tiempo de las cadenas comienza a acabarse, igual que el de los televisores como pantallas con mejor experiencia de usuarios.
Una cadena entendida como la combinación de una licencia de emisión, la asignación de una frecuencia y una programación dejarán progresivamente de tener valor cuando plataformas, distribuidores, agregadores, productores, creadores y usuarios pueden llegar a cualquier pantalla y ofrecer sus contenidos para ser disfrutados por un público hiperconectado y auxiliado por su red social y la televisión inteligente.