La crisis de los diarios no amaina. Tanto las grandes cabeceras nacionales como las locales viven una crisis de la que no se vislumbra el fin.
La publicidad huye de la prensa y la difusión cae, con los lectores cada vez más volcados en los soportes y dispositivos digitales. Una crisis estructural que no respeta a diarios de pago ni a gratuitos, agravada por la insostenibilidad de un modelo televisivo que vuelve a la concentración tras la burbuja de la abundancia de la TDT.
Sólo la prensa digital crece en audiencia y publicidad, pero muy por debajo de las urgencias de las cabeceras.
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