Thursday, September 08, 2011

Telecos 2.0


Las telefónicas quieren un pedazo mayor del negocio de la telefonía móvil y de internet. Las grandes telecos abren la temporada anunciando su conversión en plataformas digitales –convergencia de redes, contenidos y servicios-, pensando en limitar las portabilidades con ofertas de smartphones a bajo precio y proclamando el comienzo de las redes de alta velocidad móvil -4G y LTE- mientras la fibra óptica avanza despacio. Vuelven a reivindicar el poder de las redes frente a los nuevos motores de la cibersociedad: los fabricantes de aparatos y dueños de plataformas como Apple; los desarrolladores de aplicaciones de telefonía como Skype, WhatsApp o Viber que permiten llamar gratis con la conexión a internet; o los devoradores de banda como Google, Facebook o la televisión y el vídeo online.

Los precios de la telefonía llevan años bajando gracias a la competencia, los usuarios demandan redes más potentes para acceder a los servicios de la convergencia y las operadoras luchan por aumentar su mercado con ofertas agresivas. Hasta el momento, la competencia ha sido buena para los consumidores y para las compañías, obligadas a ser más eficientes e innovadoras. Pero empiezan a decir basta.

Los teléfonos inteligentes son grandes devoradores de datos, aumentan los ingresos por usuario con la contratación de tarifas de datos, pero para las telefónicas no es suficiente. Ahora proponen acabar o revisar la subvención a los móviles para evitar que los usuarios cambien de operadora para conseguir nuevos terminales.

Mientras, la fibra óptica avanza con lentitud por las inversiones que requiere y Telefónica crea una nueva división digital en Londres para intentar convertirse en una Telco 2.0, el negocio de rentabilizar las redes cobrando a usuarios y a los proveedores o apostando por integrar en sus servicios aplicaciones para móviles y tabletas o televisión de pago.

La sociedad de la información está en juego. La competencia ha dado buenos resultados en Europa. Los acuerdos entre telefónicas no deberían recortar opciones para los clientes, acabar con la neutralidad de la red ni limitar la innovación y la oferta de nuevos servicios.

Columna en los diarios de Vocento