Más tele. Pero de pago y con contenidos y servicios de alta calidad a través de banda ancha de alta velocidad. La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) lo tiene claro, dentro de quince años los cuatro millones de suscriptores actuales de televisión de pago llegarán a 8,3 millones con una oferta de contenidos premium y de banda ancha a través de las nuevas redes de fibra óptica. La TDT de pago competirá con la televisión por satélite por el público menos exigente y sólo los operadores capaces de ofrecer nuevos servicios y contenidos digitales crecerán.
Internet y la banda ancha serán las estrellas de un futuro donde la convergencia de pantallas permitirá ofrecer más servicios, con mayor interactividad y con acceso de alta velocidad. Para los autores del estudio, la TDT y el satélite serán las pantallas con menos posibilidades y oferta mientras las redes de nueva generación permitirán disfrutar de todas las ventajas del universo digital.
Aparece el peligro de una nueva brecha digital entre los suscriptores de banda ancha de alta velocidad con contenidos premium y los que se conformen con una oferta de menor calidad. Sólo entre el 43 y el 46% de los hogares tendrán fibra óptica en el año 2023 y la gran dominadora seguirá siendo Telefónica. La brecha corre el peligro de acentuarse entre los habitantes de Madrid y Barcelona, donde al menos dos o tres operadoras competirían, y las zonas y ciudades menos pobladas (menos de 50.000 habitantes), donde la CMT confía en la inversión pública para garantizar el acceso a las nuevas redes.
Televisiones y telefónicas convergen. La falta de competencia entre operadores y el control de los contenidos corren el peligro de romper la neutralidad de la red y de dejar a una parte de la población sin acceso a las ventajas de la sociedad de la información. Quizá es hora de que las administraciones piensen menos en el futuro de la televisión y más en la banda ancha como nuevo servicio universal y garantía de futuro para todos.
Columna en medios de Vocento y otros