El gobierno ha dado un hachazo mortal a los nuevos medios, a la cultura y a los emprendedores. El IVA de los nuevos medios digitales, de los espectáculos y de los productos culturales y de consumo se ha multiplicado hasta el 21% -una subida del 160% en algunos casos- cuando hasta ahora el cine, el teatro y los conciertos pagaban un 8%. Sólo los periódicos y los libros, siempre que sean de papel, porque los digitales tributan con la nueva tasa, mantienen el tipo superreducido del 4%. La nueva economía digital, la cultura y los espectáculos sufrirán especialmente unos recortes que también se cebarán con los medios por la reducción del consumo y de la publicidad.
El aumento de los impuestos y los recortes que afectarán a los consumidores, unidos a unas tasas insostenibles de derechos de autor impuestas por las sociedades de gestión (SGAE, Cedro, etc.), con tasas fuera de mercado y restricciones a la competencia, como denuncian la Comisión Europea y la Comisión Nacional de la Competencia, avanzan un panorama negro para los nuevos medios y productos informativos, de entretenimiento y culturales.
De poco servirá la ley Sinde-Wert de persecución de la piratería con este impacto en los precios, los costes y la publicidad digital. Muchos consumidores aumentarán las descargas si suben los precios y otros comprarán más barato en portales y webs extranjeras lo que se encarece aquí.
La lucha de estos años para equiparar el IVA del libro o de los diarios digitales a los de papel y por rebajar los precios del cine o la música en streaming y bajo demanda acaba con los recortes anunciados por el gobierno.
Pero con ellos también la posibilidad de crear una nueva industria aún naciente, de aumentar un consumo animado y de evitar que otra vez inventen ellos y que los grandes de internet y el comercio electrónico se beneficien de su tributación en otros países mientras se aborta la incipiente industria nacional.
Sólo de recortes no se vive. El gobierno olvida esa obviedad y protege a las viejas industrias y productos –todavía poderosas e influyentes- mientras desoye y desprecia a las nuevas. No sólo por el aumento de los impuestos, sino por la falta de legislación para abrir mercados oligopólicos y para acabar con las políticas de precios impuestas por los grandes.
Las medidas del gobierno de Rajoy vuelven a ignorar las recomendaciones del grupo de expertos que convocó para implementar la Agenda Digital y los intentos de la Comisión Europea por implantar el mercado único digital y romper el monopolio de las sociedades de autores.
Malos tiempos para el futuro.
Columna en Estrella Digital