Friday, July 13, 2012

Móvil: la clave para el negocio de la información digital

Los diarios necesitan acelerar su conversión digital y móvil para ganar más audiencia. Alrededor de 7,56 millones de ciudadanos leen noticias digitales diariamente (un 36% de los internautas), todavía muy por debajo de los 14,34 millones de lectores de diarios, 12,46 de ellos lectores de información general (EGM).
Pero el mayor problema está en el tiempo de consumo: los lectores dedican alrededor de 30 minutos diarios y una hora los domingos (4,1 horas semanales) a la prensa, una caída del 11% desde 2010 que contrasta con el aumento del consumo de televisión (16%) e internet (8%), según datos del último Mediascope Europe.
El consumo de noticias digitales, breve y conciso, no compensa esa pérdida de consumo a favor de otros medios y pantallas, especialmente las redes sociales.

El móvil, las redes sociales y el vídeo son las claves del nuevo consumo de información, seguidas por el crecimiento del uso de las tabletas.
Los medios ya están en internet. El 88% de los internautas leen prensa digital, dos tercios ven televisión online (8% diariamente) y un 62% escuchan radio online (uno de cada diez a diario). En estos dos últimos casos todavía es muy escaso el consumo diario, pero crece con fuerza.
Los diarios y las noticias digitales siguen siendo uno de los medios más consumidos en internet, aunque todavía por debajo de la media europea. Para los medios informativos, acelerar la conversión digital es urgente para fortalecer su posición digital frente al deterioro del mercado y la lectura impresa.


Mobile first: la conversión al móvil es clave. Los internautas intensivos ya están en el móvil. Con 15,9 millones de smartphones (datos de la CMT) en el mercado, 8,5 millones de usuarios se conectan a través del móvil, un 21% de los usuarios, alrededor de 10,1 horas semanales.
Las tabletas son utilizadas para conectarse por 2,2 millones de personas, un todavía escaso 5% de la audiencia.
Una gran parte de la audiencia fiel de noticias es usuaria del móvil, el dispositivo que junto a las tabletas realmente reemplaza al papel. Y lo hace porque los móviles son la extensión más simple de las capacidades cognitivas y de consumo de los usuarios, además de convertirse en parte de su identidad digital.
Los medios informativos no deben olvidar el móvil, además de concentrar a sus mayores consumidores, es el dispositivo clave de los nuevos lectores. Los nuevos lectores serán nativos móviles, no sólo digitales. Los dispositivos móviles de cualquier tipo -smartphones, tabletas, etc.- serán la clave del consumo de información igual que la portabilidad de los diarios (de su invención como formato impreso portátil a la búsqueda de formatos más sencillos como el tabloide) marcaron el crecimiento de la prensa durante siglo y medio. Y lo mismo se puede decir de la radio, que pasó de las mesas de las salitas de estar a ser ubicua en el esplandor de la radio portátil.
Los soportes y dispositivos móviles han sido la clave de la evolución del consumo de medios. A los citados se une el libro de bolsillo, el walkman o el iPod que comenzó la revolución de los contenidos móviles digitales hasta el smartphone y el iPad o el Kindle.
Las noticias acompañan a su público. La propia naturaleza de la información requiere el acceso continuo y en ubicuidad, la actualización y la relación con lo que nos rodea: los otros, redes sociales; el entorno, geolocalización, y los servicios como la publicidad de contacto, guías, ofertas, etc.
Es la clave de la convergencia 2.0: la integración de contenidos, servicios, lo social y lo físico en un aparato que identifica a cada ciudadano como usuario y consumidor.

El móvil es el dispositivo digital de la democratización del acceso a los contenidos y los servicios. Donde no llega el ordenador, está el móvil. Y la aceleración del crecimiento de smartphones (44% de los usuarios) lo demuestra. El ordenador es para trabajar o estudiar, pero para consumir y estar siempre en contacto y acompañados el móvil es imbatible.
También en eso se parece a la prensa -sobre todo a la popular-, al libro de bolsillo y a la música en el mp3 y el iPod.
El problema de la industria de los medios y los contenidos españoles con la movilidad es histórico. Los déficits en prensa popular y en libro de bolsillo, en ambos casos siempre muy por debajo de la media de otros países, han marcado gran parte de las deficiencias de nuestro mercado de contenidos.
Lo mismo ocurre en Latinoamérica con el libro -controlado en gran parte por editoriales españolas- y sólo se ha paliado esa carencia en parte con la prensa popular, aunque siempre con una escasez de prensa popular de calidad (no sensacionalista) que permita ayudar al desarrollo cultural, social y político de los ciudadanos.

El móvil primero significa una planificación contextual de los medios y el producto. Los diarios deben convertirse en medios contextuales: adaptados a un consumo ubicuo y en movilidad, con abundancia de oferta y donde la demanda vuelve a ser la clave a través de recomendaciones (redes sociales) y aplicaciones. Medios centrados en la audiencia, construidos no sólo enfocados en los contenidos, sino en la relaciones de los contenidos con la audiencia y entre los usuarios y sus relaciones sociales, de trabajo, en la vida cotidiana, en el entorno.
El móvil es el centro de la vida digital y la información debe no sólo insertarse en ese espacio sino convertirse en una herramienta clave para gestionar la vida de los nómadas digitales. La información debe ser tan relevante en un entorno que pone al usuario en el centro de sus actividades y conexiones como lo fue cuando su fortaleza estaba en ser uno de los pilares de la vida pública.
Esa relevancia se construye con contenido, pero también con precio adecuado, calidad, inmediatez, experiencia de usuario, afectividad y socialización, personalización y una plataforma de distribución eficiente. La tecnología, los contenidos, servicios y la experiencia de usuario son claves para construir los nuevos modelos de negocio que hagan sostenible el mercado de la información digital. Y sólo con ese tipo de desarrollos se puede superar el bache todavía existente entre publicidad convencional, digital y móvil, tanto en volumen como en CPM.