Las fronteras y las cibermurallas llegan a Twitter. La red de microblogging se ha incendiado con su anuncio de que retirará tuiteos en cada país cuando las autoridades lo reclamen. Ya lo hacía, como todas las grandes compañías de internet. La diferencia es que Twitter quiere abrir oficinas en países como China. Para operar legalmente respetará la ley de cada país y silenciará esos tuiteos sólo en el país afectado y con notificaciones públicas que aumenten la transparencia. Twitter se rinde a las necesidades del negocio frente a las libertades universales.
Las empresas de internet son el mayor símbolo del capitalismo global, pero el negocio y el poder todavía tienen profundas raíces locales. El choque entre aspiraciones globales y realidades nacionales es constante.
Columna completa en Estrella Digital
Periodismo, medios e ideas | Journalism, media and ideas | Una mirada a los medios, los periodistas y las ideas de la sociedad de la información | A glimpse at the media, journalists and ideas in the information society
Sunday, January 29, 2012
Thursday, January 26, 2012
El fin de una RTVE líder
RTVE no tiene margen. Ha sido el mensaje del Consejo de Administración de la Corporación RTVE, descabezada y con presidente rotatorio, a la vicetodo Soraya Sáenz de Santamaría.
Los consejeros piden recuperar el IVA (120 millones) o excluir los costes de las olimpíadas de Londres 2012 (70 millones) de las cuentas de la televisión estatal para poder asumir el marianazo de 200 millones a su presupuesto (de 1.200 a 1.000).
El coste del apretón presupuestario es la pérdida del liderazgo de audiencia, que con un 14,5% a diciembre de 2011, mantiene durante tres años consecutivos frente a sus competidores privados. Pero el gobierno no parece preocupado por perder el liderazgo público para favorecer el privado.
Columna completa en Estrella Digital
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iPadmanía
Entregados al iPad. España lidera la fiebre por la tableta de Apple en Europa. Steve Jobs puede estar contento. Su último gran proyecto ha cambiado para siempre la tecnología y amenaza con cerrar la era del PC. La fascinación de las pantallas táctiles, la hiperconectividad y la ubicuidad mandan. El consumidor no se resiste.
Apple ha vendido más iPhone y iPad que nunca tras la muerte de su genio. Tantos que superan en el último trimestre de 2011 a todo el universo Android, el sistema operativo de Google para móviles y tabletas adoptado por la mayoría de fabricantes. Por el camino queda irremediablemente la antes todopoderosa BlackBerry, un cacharro anticuado para lo que se espera de un teléfono inteligente. Antes le ocurrió a Nokia, el primer dominador del mercado de la telefonía móvil. Ni siquiera la renovada popularidad de BlackBerry entre los adolescentes por la gratuidad de su mensajería parece salvarlo cuando varias aplicaciones acaban con el problema.
Casi la mitad de los usuarios de móvil tienen teléfonos inteligentes y de una décima parte de ellos pasa sus dedos por una tableta. Según un estudio del medidor comScore, España lidera en Europa la fascinación por el iPad con tres millones de tabletas en poder de los usuarios. Los móviles acaparan ya el 2,7% del tráfico web y otro 1,5 se lo llevan las tabletas.
La crisis no puede con la fascinación táctil, impulsada por la competencia entre las telefónicas. La que no sigue la tendencia es la industria. Sólo los medios de comunicación, liderados por los diarios, se han sumado a la iPadmanía. La oferta de vídeo, música o libros es menor que en otros países, lo que explica la preferencia de los usuarios de pantallas táctiles por la información.
Mientras los internautas discuten el cierre de Megaupload o las leyes antidescargas norteamericanas, Europa prepara nuevas leyes para la convergencia mientras se espera del gobierno Rajoy la prometida reforma de la propiedad intelectual. Pero por ahora el telestado concentra los esfuerzos de la vicetodo Soraya Sáenz de Santamaría.
Columna en los medios de Vocento
Saturday, January 21, 2012
Un telestado sin control y privatizado
El telestado de Rajoy comienza a sintonizarse. La vicetodo Santamaría ha anunciado que no habrá Consejo Audiovisual (CEMA) y que posiblemente se integrará con la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). El desmantelamiento de las televisiones autonómicas comienza con la posibilidad de externalizar y convertir en privados los informativos y otros contenidos hasta ahora de servicio público. Ahorro y eficiencia por un lado y no tan claro por el otro.
Soroya Sáenz de Santamaría citó la no creación del Consejo Audiovisual como fórmula para ahorrar siete millones de euros presupuestados para este año. Pero el CEMA hace más falta que nunca cuando la convergencia de televisión y banda ancha anuncia la era de la televisión conectada y el gobierno plantea la reforma del telestado con la reducción de la financiación de RTVE, la reforma de las autonómicas, el duopolio de Telecinco y Antena 3 en la televisión en abierto y el crecimiento de la televisión de pago con la mayoría de los derechos de los programas más demandados en unas pocas manos: el cine en Prisa y el fútbol en Mediapro. Una situación de oligopolio y atípica en Europa.
Repensar el telestado, reformar y hacer más eficaz y sostenible el servicio público (si es que sigue existiendo), crear las condiciones para aumentar la oferta multimedia de la convergencia y promover la industria de la producción y los contenidos, son trabajo bastante.
La CMT ya lo advirtió en su informe de 2009 sobre la Ley Audiovisual. Entonces se fijaba el ahorro en 34 millones de euros, más cercano a la realidad y a los costes de otros reguladores europeos. Ahorrar dinero y hacer un regulador para la convergencia son objetivos compatibles.
El plan de privatización de las televisiones autonómicas comienza eliminando los límites a la producción privada. Informativos de producción privada y fin de las limitaciones del servicio público a la programación externalizada. El objetivo fundamental es rebajar el coste de las plantillas de las públicas. Pero esa medida provocará más paro y pagar con dinero público los recortes de personal.
La mayoría de las televisiones públicas, de RTVE a las autonómicas, ya externalizan en grandes productoras como Vértice 360, Mediapro o Secuoya gran parte de sus operaciones informativas y muchos programas. La desaparición de las limitaciones debería ser compatible con la promoción y fortalecimiento de la industria de la producción, no concentrar en exceso los contratos y asegurar la calidad e independencia de los programas de servicio público.
Repensar los contenidos públicos con un nuevo servicio audiovisual, reorganizar las frecuencias de la burbuja de la TDT –como ha pedido Uteca- y mejorar la coordinación y colaboración entre las televisiones públicas, merecen una autoridad independiente.
Garantizar esos objetivos es tarea suficiente para un regulador profesional y no sujeto a intereses políticos ni económicos.
Columna en Estrella Digital
Soroya Sáenz de Santamaría citó la no creación del Consejo Audiovisual como fórmula para ahorrar siete millones de euros presupuestados para este año. Pero el CEMA hace más falta que nunca cuando la convergencia de televisión y banda ancha anuncia la era de la televisión conectada y el gobierno plantea la reforma del telestado con la reducción de la financiación de RTVE, la reforma de las autonómicas, el duopolio de Telecinco y Antena 3 en la televisión en abierto y el crecimiento de la televisión de pago con la mayoría de los derechos de los programas más demandados en unas pocas manos: el cine en Prisa y el fútbol en Mediapro. Una situación de oligopolio y atípica en Europa.
Repensar el telestado, reformar y hacer más eficaz y sostenible el servicio público (si es que sigue existiendo), crear las condiciones para aumentar la oferta multimedia de la convergencia y promover la industria de la producción y los contenidos, son trabajo bastante.
La CMT ya lo advirtió en su informe de 2009 sobre la Ley Audiovisual. Entonces se fijaba el ahorro en 34 millones de euros, más cercano a la realidad y a los costes de otros reguladores europeos. Ahorrar dinero y hacer un regulador para la convergencia son objetivos compatibles.
El plan de privatización de las televisiones autonómicas comienza eliminando los límites a la producción privada. Informativos de producción privada y fin de las limitaciones del servicio público a la programación externalizada. El objetivo fundamental es rebajar el coste de las plantillas de las públicas. Pero esa medida provocará más paro y pagar con dinero público los recortes de personal.
La mayoría de las televisiones públicas, de RTVE a las autonómicas, ya externalizan en grandes productoras como Vértice 360, Mediapro o Secuoya gran parte de sus operaciones informativas y muchos programas. La desaparición de las limitaciones debería ser compatible con la promoción y fortalecimiento de la industria de la producción, no concentrar en exceso los contratos y asegurar la calidad e independencia de los programas de servicio público.
Repensar los contenidos públicos con un nuevo servicio audiovisual, reorganizar las frecuencias de la burbuja de la TDT –como ha pedido Uteca- y mejorar la coordinación y colaboración entre las televisiones públicas, merecen una autoridad independiente.
Garantizar esos objetivos es tarea suficiente para un regulador profesional y no sujeto a intereses políticos ni económicos.
Columna en Estrella Digital
Friday, January 20, 2012
El streaming supera a las descargas
El mercado de la música español cambia al ritmo de la tecnología y los nuevos servicios. Pero también forzado por la irrupción de empresas como Spotify pese a la existencia anterior en el mercado de empresas españolas que sufrieron la falta de receptividad de las grandes discográficas.
La irrupción del streaming y la posibilidad de oír la música en los móviles y tabletas ha acabado con la primacía de iTunes y las descargas comerciales.
Según los recientes datos de la patronal Promusicae, el streaming ya es el 35,7% del mercado digital, con unos ingresos de 16,5 millones de euros. La cifra supera por mucho a los 12,6 millones de las descargas, que pasas a la segunda plaza del mercado digital con un 27,2% del mercado.
El mercado digital creció un 20% en 2011 y alcanza los 46,38 millones, un 31% del mercado total de 148,6 millones de euros, una caída del 10,7% y una cuarta parte de los 600 millones del año 2000, antes de la revolución digital.
Lecciones de Megaupload
El FBI ha cerrado Megaupload, la mayor web de descargas directas del mundo. La discusión vuelve a internet y las redes sociales entre defensores y acusadores. Pero el cierre de la web de descargas, su modelo de negocio, los reclamos de la industria, el uso que hacían sus usuarios y la decisión de un gran jurado de Estados Unidos dejan muchas lecciones para superar las guerras del copyright. En resumen: lo importante es perseguir al dinero, proteger a los usuarios y a los creadores, y aceptar la innovación y los cambios en el mercado para crear una oferta competitiva.
Megaupload se lucraba con contenidos protegidos por copyright subidos por los usuarios, a los que se premiaba para subir más contenidos. Una estimación (siempre dudosa) de pérdidas de 500 millones de dólares para la industria de contenidos y 175 millones sólo en su persecución legal. Tenía 150 millones de usuarios registrados y 50 millones de usuarios diarios.
Megaupload no es una red P2P (peer to peer), funcionaba con sus propios servidores para alojar los archivos y cobraba por descargas rápidas o por streaming (contenidos sin descarga). Los pagos de los usuarios y la publicidad son sus ingresos. Un negocio importante al no pagar a los dueños de los contenidos. Además premiaba a los usuarios que subieran más archivos y los enlazasen y promocionasen en internet.
Pero el servicio también se utilizaba para alojar documentos y archivos legales o sin restricciones de derechos de autor. Un precursor de los servicios de alojamiento en la nube actuales. La nota del FBI y de Departamento de Justicia explica que desincentivaba a los usuarios de contenidos legales al borrar los archivos poco descargados.
El gobierno norteamericano y todos los que hayan usado Megaupload saben que la voluntad de lucro con material no autorizado era evidente y expresa. Pero muchos usuarios no distinguen entre los propósitos legítimos o no de las herramientas y las usan sin discriminación.
Por último, además de las pruebas sobre el conocimiento de las actividades ilegales, que habrá que demostrar en los tribunales, el FBI acusa a los responsables de la web de no retirar los contenidos denunciados por sus dueños legítimos (como en YouTube y tantos sitios), sino sólo cambiar los enlaces.
El cierre de Megaupload se produce tras la gran jornada de luto contra las leyes SOPA y PIPA que pretenden endurecer la lucha contra las descargas y dotan a los demandantes de poderes de control y censura de la propia arquitectura de internet. Anonymus respondió al cierre atacando las webs del gobierno norteamericano en una escalada ciberbélica preocupante.
Algunas lecciones:
El mercado de los contenidos debe adoptar la innovación tecnológica y de negocio digital.
Está obligado a cambiar aumentando la oferta digital, acortando las ventanas de exhibición actuales para ofrecer los contenidos cuando concentran el interés de los consumidores y en un mercado de acceso total a través de varias plataformas y aparatos, de la televisión a los móviles.
Un mercado donde la propiedad ya no importa, lo valorado es el acceso y el uso.
Megaupload se lucraba con contenidos protegidos por copyright subidos por los usuarios, a los que se premiaba para subir más contenidos. Una estimación (siempre dudosa) de pérdidas de 500 millones de dólares para la industria de contenidos y 175 millones sólo en su persecución legal. Tenía 150 millones de usuarios registrados y 50 millones de usuarios diarios.
Megaupload no es una red P2P (peer to peer), funcionaba con sus propios servidores para alojar los archivos y cobraba por descargas rápidas o por streaming (contenidos sin descarga). Los pagos de los usuarios y la publicidad son sus ingresos. Un negocio importante al no pagar a los dueños de los contenidos. Además premiaba a los usuarios que subieran más archivos y los enlazasen y promocionasen en internet.
Pero el servicio también se utilizaba para alojar documentos y archivos legales o sin restricciones de derechos de autor. Un precursor de los servicios de alojamiento en la nube actuales. La nota del FBI y de Departamento de Justicia explica que desincentivaba a los usuarios de contenidos legales al borrar los archivos poco descargados.
El gobierno norteamericano y todos los que hayan usado Megaupload saben que la voluntad de lucro con material no autorizado era evidente y expresa. Pero muchos usuarios no distinguen entre los propósitos legítimos o no de las herramientas y las usan sin discriminación.
Por último, además de las pruebas sobre el conocimiento de las actividades ilegales, que habrá que demostrar en los tribunales, el FBI acusa a los responsables de la web de no retirar los contenidos denunciados por sus dueños legítimos (como en YouTube y tantos sitios), sino sólo cambiar los enlaces.
El cierre de Megaupload se produce tras la gran jornada de luto contra las leyes SOPA y PIPA que pretenden endurecer la lucha contra las descargas y dotan a los demandantes de poderes de control y censura de la propia arquitectura de internet. Anonymus respondió al cierre atacando las webs del gobierno norteamericano en una escalada ciberbélica preocupante.
Algunas lecciones:
El mercado de los contenidos debe adoptar la innovación tecnológica y de negocio digital.
Está obligado a cambiar aumentando la oferta digital, acortando las ventanas de exhibición actuales para ofrecer los contenidos cuando concentran el interés de los consumidores y en un mercado de acceso total a través de varias plataformas y aparatos, de la televisión a los móviles.
Un mercado donde la propiedad ya no importa, lo valorado es el acceso y el uso.
Los consumidores buscan precios más baratos y más ajustados a su consumo.
Hasta el punto de resignarse a peor calidad, esfuerzos y limitaciones técnicos o simplemente poder pagar suscripciones (como en el streaming legal) en lugar de micropagos y al revés, elegir sólo canciones (la revolución de iTunes) en lugar de álbumes completos.
La industria debe repensar la saturación de contenidos actual y cómo los comercializa.
La obra es la primera copia digital, mejor comercializarla. Cuando una obra está digitalizada no se puede detener su distribución. Mejor aprovechar la doctrina de la primera venta (first sale) y reconocer que es ineficaz restringir la distribución de contenidos y es mejor aumentar sus métodos y canales de distribución. Más derecho de participación (droit de suite) y menos exclusividad de explotación, ineficaz contra la distribución no autorizada.
Del canon digital a una licencia universal para rentabilizar los contenidos digitales.
La compensación equitativa a los autores de nuestras leyes condena a los ciudadanos a pagar indiscriminadamente por soportes u obras, o crea un impuesto privado que las gestoras de contenidos cobran a todos los ciudadanos, como ahora cuando el canon digital se paga con los Presupuestos del Estado.
Al desregular la copia y aceptar la imposibilidad de controlar la distribución es mejor aplicar una licencia universal sobre los contenidos a pagar por todos los comercializadores y distribuidores de las obras. Exigir ese pago debe ser la tarea de las autoridades, no amenazar con leyes sin suficientes garantías (ley Sinde, SOPA, etc.) que colisionan con los derechos fundamentales.
La penalización legal en ese escenario se aplicaría a quienes se lucren de mala fe sin someterse a un mercado abierto y sin más restricción que la debida compensación a cada eslabón de la cadena de valor.
Un pacto de honestidad entre autores, industria y consumidores.
Si se eliminan las barreras de distribución, se abre el acceso a todas las plataformas y dispositivos técnicamente preparados, se establece un sistema de licencias universal con precios competitivos -más competencia y arbitraje, más acceso a redes y contenidos, menos oligopolios y restricciones lo aseguran, como ha ocurrido en la telefonía móvil, por ejemplo- nadie debería violar esas condiciones de buena fe.
Por tanto los intereses de unos y otros coincidirían en un mercado abierto, sin posición de dominio excesiva de nadie. Los consumidores tendrían mejor información y más opciones para sus necesidades sin buscar atajos ni sumarse a una cultura de la irresponsabilidad que sólo conduce al abuso y la confusión.
La industria debe repensar la saturación de contenidos actual y cómo los comercializa.
La obra es la primera copia digital, mejor comercializarla. Cuando una obra está digitalizada no se puede detener su distribución. Mejor aprovechar la doctrina de la primera venta (first sale) y reconocer que es ineficaz restringir la distribución de contenidos y es mejor aumentar sus métodos y canales de distribución. Más derecho de participación (droit de suite) y menos exclusividad de explotación, ineficaz contra la distribución no autorizada.
Del canon digital a una licencia universal para rentabilizar los contenidos digitales.
La compensación equitativa a los autores de nuestras leyes condena a los ciudadanos a pagar indiscriminadamente por soportes u obras, o crea un impuesto privado que las gestoras de contenidos cobran a todos los ciudadanos, como ahora cuando el canon digital se paga con los Presupuestos del Estado.
Al desregular la copia y aceptar la imposibilidad de controlar la distribución es mejor aplicar una licencia universal sobre los contenidos a pagar por todos los comercializadores y distribuidores de las obras. Exigir ese pago debe ser la tarea de las autoridades, no amenazar con leyes sin suficientes garantías (ley Sinde, SOPA, etc.) que colisionan con los derechos fundamentales.
La penalización legal en ese escenario se aplicaría a quienes se lucren de mala fe sin someterse a un mercado abierto y sin más restricción que la debida compensación a cada eslabón de la cadena de valor.
Un pacto de honestidad entre autores, industria y consumidores.
Si se eliminan las barreras de distribución, se abre el acceso a todas las plataformas y dispositivos técnicamente preparados, se establece un sistema de licencias universal con precios competitivos -más competencia y arbitraje, más acceso a redes y contenidos, menos oligopolios y restricciones lo aseguran, como ha ocurrido en la telefonía móvil, por ejemplo- nadie debería violar esas condiciones de buena fe.
Por tanto los intereses de unos y otros coincidirían en un mercado abierto, sin posición de dominio excesiva de nadie. Los consumidores tendrían mejor información y más opciones para sus necesidades sin buscar atajos ni sumarse a una cultura de la irresponsabilidad que sólo conduce al abuso y la confusión.
Thursday, January 19, 2012
El sainete del liderazgo informativo en internet
El País y El Mundo andan a la greña en internet. Durante los dos últimos años repiten el mismo ritual: pelearse por el liderazgo de los medios informativos digitales. El tercer convidado es Vocento, que también reclama el liderazgo. El sainete es constante y entre los tres ayudan a enrarecer todavía más un mercado necesitado de esa transparencia y capacidad de control de datos que tanto se predica.
Con semejante teatro del absurdo no es de extrañar que los anunciantes sigan desconfiando, que los planificadores utilicen plantillas muy cuestionables, que la segmentación sea un cuento la mayoría de las veces y que se busque una solución de medición única a la que se ha tardado mucho tiempo en llegar. La batalla despista hasta a los expertos y a los buenos conocedores de la industria.
Junto a la batalla de los diarios está la de las televisiones, con el duopolio Telecinco/Antena 3 peleado por las cifras y las cesiones de tráfico, y RTVE reivindicando liderazgo.
¿Todos mienten? En realidad sí, aunque nadie mienta del todo. Basta con aplicar el sistema de medición más favorable entre OJD, Nielsen y comScore (dejo de lado los sistemas propios y los que no tienen suficientes garantías) con cualquiera de sus sistemas (panel, censal o híbrido) y escoger el tiempo y el universo de medición satisfactorios. Resultado: todos líderes.
Un sainete malo, que no engaña a nadie, pero confunde y enfada a todos.
Un desastre para el mercado.
Un mercado donde se sabe que muchos de los anuncios no se ven nunca o no sirven para nada porque no llegan al público adecuado o no están asociados al contenido pertinente.
Un estudio recién publicado por comScore cifra en un 31% los anuncios gráficos nunca vistos por la audiencia, el 4% se vieron fuera de la geografía deseada y el 72% está colocado junto a contenido no deseado o rechazado por el anunciante.
Queda mucho por mejorar. Y la mejor forma es hacerlo con transparencia, ofreciendo los valores y fortalezas de cada marca y producto, y dejando las guerras absurdas.
comScore comienza este principio de año a ser el medidor único del mercado en España como ganador de un concurso apoyado por medios, anunciantes y publicitarios. Ojalá sirva para ir desenredando el mercado.
Algunos datos para aclararse.
Las últimas cifras armonizadas de comScore sitúan a España ligeramente por debajo de la media europea en consumo de información digital en internet con 21,6 millones de lectores de diarios digitales, un consumo de 27,4 horas mensuales y 2.401 páginas vistas.
El medidor sitúa a El País como líder en noviembre de 2011 con 8,4 millones de usuarios únicos por encima de El Mundo y sus sitios asociados, con 7,8 millones de usuarios.
La cifra europea armonizada es mayor que la de la medición híbrida -censo de ordenadores y panel de usuarios- adoptada como medición única en España. Según esta medición, elmundo.es fue líder hasta noviembre del año pasado, incluyendo cesiones de tráfico con 7,7 millones de usuarios únicos por 7,64 de ElPaís.com.
La situación se invirtió en diciembre, con una fuerte caída de la web de Unidad Digital de más del 6% hasta 7,22 millones de usuarios únicos y un crecimiento de 1,4% del diario de Prisa hasta 7,76 millones. El tercero es 20 Minutos con 4,95 millones.
Personalmente creo que esta es la medición más útil, porque es la que el mercado tomará a partir de este mes de enero como consensuada. Como se ve, las diferencias son bajas y en la pelea entre los dos grandes diarios influye la apuesta de El País por el modelo gratuito y la de El Mundo por la combinación de su oferta gratuita con la de pago de Orbyt.
El Mundo contraataca hoy con las cifras de Nielsen y OJD. En ellas mantiene el liderazgo en el panel, el único que mide también a El País, con 5,9 millones de usuarios en diciembre de 2010 frente a 5,3 de El País y con RTVE.es en tercera posición con 4,8. En esta medición aparece ya ABC.es, con 3,7 millones de usuarios.
En OJD, la clasificación de diarios está encabezada en diciembre por Marca, con 2,7 millones de usuarios únicos diarios; sigue El Mundo, con 1,79 millones; 20 Minutos, con 732 mil y ABC.es con 712 mil., a mucha distancia del resto. El País fue expulsado hace unos años de OJD.
En televisiones gana RTVE.es, con 858 mil usuarios diarios, seguida de Telecinco, con 660 mil y Antena 3 con 609 mil.
Pero la audiencia no es la única medida del éxito de los medios digitales. Los ingresos y los beneficios son una buena medición de la marcha y rentabilidad del negocio para medios ya bastante maduros como los diarios digitales.
Unidad Editorial alcanza un 21% de sus ingresos publicitarios de los medios digitales. Una facturación que supera los 50 millones de euros, con alrededor de 31 millones de publicidad en los tres primeros trimestres de 2011, las últimas cifras declaradas.
Vocento (diarios locales y ABC, además de clasificados y directorios) facturó en esos tres trimestres 40,8 millones de euros en su área de internet, con 16,2 millones en las ediciones digitales de sus diarios. Podría acabar el año por encima de los 55 millones de 2010, con los diarios digitales superando los 20 millones de euros.
Prisa declaró por primera vez sus ingresos digitales en 2011. En los tres primeros trimestres todo el grupo facturó 38,15 millones de euros, con 21,5 de ellos procedentes de la publicidad, con lo que el año acabará alrededor de los 50 millones.
20Minutos.es ha facturado en los tres primeros trimestres 2,5 millones de euros (sólo el diaros, al margen de los clasificados de Schibsted) y trata de sostener los 3,9 millones de ingresos de 2010.
Con semejante teatro del absurdo no es de extrañar que los anunciantes sigan desconfiando, que los planificadores utilicen plantillas muy cuestionables, que la segmentación sea un cuento la mayoría de las veces y que se busque una solución de medición única a la que se ha tardado mucho tiempo en llegar. La batalla despista hasta a los expertos y a los buenos conocedores de la industria.
Junto a la batalla de los diarios está la de las televisiones, con el duopolio Telecinco/Antena 3 peleado por las cifras y las cesiones de tráfico, y RTVE reivindicando liderazgo.
¿Todos mienten? En realidad sí, aunque nadie mienta del todo. Basta con aplicar el sistema de medición más favorable entre OJD, Nielsen y comScore (dejo de lado los sistemas propios y los que no tienen suficientes garantías) con cualquiera de sus sistemas (panel, censal o híbrido) y escoger el tiempo y el universo de medición satisfactorios. Resultado: todos líderes.
Un sainete malo, que no engaña a nadie, pero confunde y enfada a todos.
Un desastre para el mercado.
Un mercado donde se sabe que muchos de los anuncios no se ven nunca o no sirven para nada porque no llegan al público adecuado o no están asociados al contenido pertinente.
Un estudio recién publicado por comScore cifra en un 31% los anuncios gráficos nunca vistos por la audiencia, el 4% se vieron fuera de la geografía deseada y el 72% está colocado junto a contenido no deseado o rechazado por el anunciante.
Queda mucho por mejorar. Y la mejor forma es hacerlo con transparencia, ofreciendo los valores y fortalezas de cada marca y producto, y dejando las guerras absurdas.
comScore comienza este principio de año a ser el medidor único del mercado en España como ganador de un concurso apoyado por medios, anunciantes y publicitarios. Ojalá sirva para ir desenredando el mercado.
Algunos datos para aclararse.
Las últimas cifras armonizadas de comScore sitúan a España ligeramente por debajo de la media europea en consumo de información digital en internet con 21,6 millones de lectores de diarios digitales, un consumo de 27,4 horas mensuales y 2.401 páginas vistas.
El medidor sitúa a El País como líder en noviembre de 2011 con 8,4 millones de usuarios únicos por encima de El Mundo y sus sitios asociados, con 7,8 millones de usuarios.
La cifra europea armonizada es mayor que la de la medición híbrida -censo de ordenadores y panel de usuarios- adoptada como medición única en España. Según esta medición, elmundo.es fue líder hasta noviembre del año pasado, incluyendo cesiones de tráfico con 7,7 millones de usuarios únicos por 7,64 de ElPaís.com.
La situación se invirtió en diciembre, con una fuerte caída de la web de Unidad Digital de más del 6% hasta 7,22 millones de usuarios únicos y un crecimiento de 1,4% del diario de Prisa hasta 7,76 millones. El tercero es 20 Minutos con 4,95 millones.
Personalmente creo que esta es la medición más útil, porque es la que el mercado tomará a partir de este mes de enero como consensuada. Como se ve, las diferencias son bajas y en la pelea entre los dos grandes diarios influye la apuesta de El País por el modelo gratuito y la de El Mundo por la combinación de su oferta gratuita con la de pago de Orbyt.
El Mundo contraataca hoy con las cifras de Nielsen y OJD. En ellas mantiene el liderazgo en el panel, el único que mide también a El País, con 5,9 millones de usuarios en diciembre de 2010 frente a 5,3 de El País y con RTVE.es en tercera posición con 4,8. En esta medición aparece ya ABC.es, con 3,7 millones de usuarios.
En OJD, la clasificación de diarios está encabezada en diciembre por Marca, con 2,7 millones de usuarios únicos diarios; sigue El Mundo, con 1,79 millones; 20 Minutos, con 732 mil y ABC.es con 712 mil., a mucha distancia del resto. El País fue expulsado hace unos años de OJD.
En televisiones gana RTVE.es, con 858 mil usuarios diarios, seguida de Telecinco, con 660 mil y Antena 3 con 609 mil.
Pero la audiencia no es la única medida del éxito de los medios digitales. Los ingresos y los beneficios son una buena medición de la marcha y rentabilidad del negocio para medios ya bastante maduros como los diarios digitales.
Unidad Editorial alcanza un 21% de sus ingresos publicitarios de los medios digitales. Una facturación que supera los 50 millones de euros, con alrededor de 31 millones de publicidad en los tres primeros trimestres de 2011, las últimas cifras declaradas.
Vocento (diarios locales y ABC, además de clasificados y directorios) facturó en esos tres trimestres 40,8 millones de euros en su área de internet, con 16,2 millones en las ediciones digitales de sus diarios. Podría acabar el año por encima de los 55 millones de 2010, con los diarios digitales superando los 20 millones de euros.
Prisa declaró por primera vez sus ingresos digitales en 2011. En los tres primeros trimestres todo el grupo facturó 38,15 millones de euros, con 21,5 de ellos procedentes de la publicidad, con lo que el año acabará alrededor de los 50 millones.
20Minutos.es ha facturado en los tres primeros trimestres 2,5 millones de euros (sólo el diaros, al margen de los clasificados de Schibsted) y trata de sostener los 3,9 millones de ingresos de 2010.
Internet de luto
Internet se viste de negro. De la Wikipedia a Google, los sitios más representativos de internet protestaron con un bloqueo de sus páginas contra las leyes SOPA y PIPA norteamericanas, impulsadas por Hollywood y los grandes de los contenidos para bloquear webs en defensa de la propiedad. Un cerco que corre el peligro de atacar la misma estructura de internet y de ser arbitrario e injusto.
Internet de luto. Un duelo continuo en una guerra estéril, eterna y convertida en mal crónico de la sociedad de la información. Las empresas de la era industrial, con su enfoque de hiperoferta consumista y su dominio de los mercados, intentan frenar a la nueva industria digital, el intercambio entre usuarios y a quienes se aprovechan para irrumpir disruptivamente en el negocio o para lucrarse con prácticas deshonestas o delictivas.
De luto, las víctimas: ciudadanos atrapados en el frenesí de un acceso a la cultura, la información y el entretenimiento mayor y más barato que nunca a través de multitud de dispositivos y servicios. Al clic de un dedo en una pantalla. De luto la innovación, acosada por la crisis y la resistencia de lo viejo (mercados y leyes). Luto entre los creadores con los bolsillos rotos de los derechos de autor. Luto en el juicio ciego de los legisladores.
Contra SOPA/PIPA se ha pronunciado la Casa Blanca de Obama y un grupo de legisladores impulsa Open Act, una propuesta que cambia la batalla: de los derechos fundamentales a los comerciales, asegurar la libertad y crear herramientas para evitar el fraude y asegurar la compensación de los derechos de autor. Una idea sobre la que insistimos en la discusión de la ley Sinde.
La piratería no se para con un estado de sitio digital. Ni persiguiendo o amenazando a los usuarios ni sus derechos. Tampoco con un canon universal como el impuesto en España. Mejor promover la oferta competitiva y perseguir el dinero para bloquear los ingresos de los infractores manteniendo los derechos de copia privada y libertad de información. Eso defiende Open Act, como la gente y empresas alérgicas al luto y a las guerras baldías.
Columna en los diarios de Vocento
Internet de luto. Un duelo continuo en una guerra estéril, eterna y convertida en mal crónico de la sociedad de la información. Las empresas de la era industrial, con su enfoque de hiperoferta consumista y su dominio de los mercados, intentan frenar a la nueva industria digital, el intercambio entre usuarios y a quienes se aprovechan para irrumpir disruptivamente en el negocio o para lucrarse con prácticas deshonestas o delictivas.
De luto, las víctimas: ciudadanos atrapados en el frenesí de un acceso a la cultura, la información y el entretenimiento mayor y más barato que nunca a través de multitud de dispositivos y servicios. Al clic de un dedo en una pantalla. De luto la innovación, acosada por la crisis y la resistencia de lo viejo (mercados y leyes). Luto entre los creadores con los bolsillos rotos de los derechos de autor. Luto en el juicio ciego de los legisladores.
Contra SOPA/PIPA se ha pronunciado la Casa Blanca de Obama y un grupo de legisladores impulsa Open Act, una propuesta que cambia la batalla: de los derechos fundamentales a los comerciales, asegurar la libertad y crear herramientas para evitar el fraude y asegurar la compensación de los derechos de autor. Una idea sobre la que insistimos en la discusión de la ley Sinde.
La piratería no se para con un estado de sitio digital. Ni persiguiendo o amenazando a los usuarios ni sus derechos. Tampoco con un canon universal como el impuesto en España. Mejor promover la oferta competitiva y perseguir el dinero para bloquear los ingresos de los infractores manteniendo los derechos de copia privada y libertad de información. Eso defiende Open Act, como la gente y empresas alérgicas al luto y a las guerras baldías.
Columna en los diarios de Vocento
Wednesday, January 18, 2012
Perseguir al dinero, no a la gente
Sam Spade y Philip Marlowe lo sabían. Sigue al dinero y tendrás la respuesta oculta tras un halcón maltés en un sueño eterno. Para pesadilla, la de los derechos de autor y la propiedad intelectual. Los grandes de internet cerraron sus páginas con un fundido en negro para protestar contra dos proyectos de ley contra las descargas: la Stop Online Piracy Act (SOPA) y Protect Intellectual Property Act (PIPA). Si son aprobadas abrirán la puerta a una censura digital sin precedentes. Las autoridades norteamericanas podrían bloquear webs extranjeras con menos pruebas y más discrecionalidad que las empleadas dentro de Estados Unidos por la Digital Millennium Copyright Act (DMCA).
La ley ataca a la misma arquitectura de la red bloqueando los dominios (el código que identifica cada sitio) de los denunciados, impidiendo su acceso a través de los proveedores de internet o eliminando sus páginas de los buscadores. Un gran agujero negro en internet o la gran muralla digital norteamericana.
Parece un conflicto de derechos, pero no lo es. Es una gran pelea por el negocio entre dos mundos, dos economías, dos culturas. Una es una industria cercada por sus propios pecados, sus abusos, un mercado saturado y donde las novedades pasan más rápido que lo que se tarda en degustarlas. La otra, disruptiva, innovadora, basada en una tecnología y una economía que ofrece el mayor acceso a los contenidos y la información de la historia al menor precio.
La máquina del hiperconsumo se ha hecho tan perfecta que amenaza sus propios fundamentos. Los internautas no pueden parar de consumir, incapaces de gestionar y renunciar a la abundancia. Los contenidos se hacen parte de su identidad compartida en las redes sociales, la identidad de dominio público. Enlazan y publican lo que les gusta y muchos descargan todo lo que no están seguros de querer pagar o lo que quieren tanto que no están dispuestos a esperar a las ventanas de exhibición y los tiempos de un mercado obsoleto y cuando la propiedad ya no importa en la era del acceso inmediato y ubicuo, a un toque de dedo en una pantalla.
Ante la falta de oferta competitiva y a precios de mercado, como bien recuerda el editor Tim O’Reilly, descargas. Las iniciativas legislativas como las norteamericanas o la ley Sinde sancionada por el gobierno Rajoy son los estertores de una industria y un mercado obligados a reinventarse.
Contra SOPA y PIPA ha aparecido una nueva iniciativa llamada Open Act que intenta poner el problema donde muchos pensamos que está: en el dinero, no en la gente. Open Act diseña un sistema con garantías a los derechos fundamentales para evitar que quienes quieren lucrarse con el comercio de obras no autorizadas por sus creadores y distribuidores puedan hacerlo.
Le falta la reforma de las licencias de contenidos para hacerlas más flexibles y baratas, como prometió el PP en su programa electoral y por ahora no cumple. Como suele explicar el dueño de Amazon, Jeff Bezos, la clave del mercado digital es ofrecer productos premium (de alto valor) a precios bajos. Sólo unos pocos como Apple pueden mantener la fascinación del consumidor por sus productos, a cambio de otra clave: un diseño, simplicidad y funcionalidades que convierten el consumo en una experiencia única. Un frenesí.
La clave para evitar el entuerto es perseguir el dinero: evitar el lucro de actividades comerciales ilegales manteniendo los derechos y con supervisión de autoridades independientes y no perseguir a los usuarios que sólo quieren compartir y recomendar su deseo y su placer. Y nada como el público para hacer el mejor marketing, como ya están demostrando las redes sociales.
Por cierto, perseguir el dinero es hacer pagar lo justo y equitativo a quienes se lucran de las obras de los demás. No vale esconderlo, como ha hecho el Ministerio de Cultura con el nuevo canon digital, que ha pasado de injusto por indiscriminado a universal y más injusto al ser pagado (aún no se sabe cómo) por todos –usuarios de descargas o no, internautas o no, honestos o arteros- vía Presupuestos del Estado. Perseguir el dinero, no esconderlo. O los derechos de autor acabarán como esas televisiones públicas que ahora tanto cuesta reformar.
Columna en Estrella Digital
La ley ataca a la misma arquitectura de la red bloqueando los dominios (el código que identifica cada sitio) de los denunciados, impidiendo su acceso a través de los proveedores de internet o eliminando sus páginas de los buscadores. Un gran agujero negro en internet o la gran muralla digital norteamericana.
Parece un conflicto de derechos, pero no lo es. Es una gran pelea por el negocio entre dos mundos, dos economías, dos culturas. Una es una industria cercada por sus propios pecados, sus abusos, un mercado saturado y donde las novedades pasan más rápido que lo que se tarda en degustarlas. La otra, disruptiva, innovadora, basada en una tecnología y una economía que ofrece el mayor acceso a los contenidos y la información de la historia al menor precio.
La máquina del hiperconsumo se ha hecho tan perfecta que amenaza sus propios fundamentos. Los internautas no pueden parar de consumir, incapaces de gestionar y renunciar a la abundancia. Los contenidos se hacen parte de su identidad compartida en las redes sociales, la identidad de dominio público. Enlazan y publican lo que les gusta y muchos descargan todo lo que no están seguros de querer pagar o lo que quieren tanto que no están dispuestos a esperar a las ventanas de exhibición y los tiempos de un mercado obsoleto y cuando la propiedad ya no importa en la era del acceso inmediato y ubicuo, a un toque de dedo en una pantalla.
Ante la falta de oferta competitiva y a precios de mercado, como bien recuerda el editor Tim O’Reilly, descargas. Las iniciativas legislativas como las norteamericanas o la ley Sinde sancionada por el gobierno Rajoy son los estertores de una industria y un mercado obligados a reinventarse.
Contra SOPA y PIPA ha aparecido una nueva iniciativa llamada Open Act que intenta poner el problema donde muchos pensamos que está: en el dinero, no en la gente. Open Act diseña un sistema con garantías a los derechos fundamentales para evitar que quienes quieren lucrarse con el comercio de obras no autorizadas por sus creadores y distribuidores puedan hacerlo.
Le falta la reforma de las licencias de contenidos para hacerlas más flexibles y baratas, como prometió el PP en su programa electoral y por ahora no cumple. Como suele explicar el dueño de Amazon, Jeff Bezos, la clave del mercado digital es ofrecer productos premium (de alto valor) a precios bajos. Sólo unos pocos como Apple pueden mantener la fascinación del consumidor por sus productos, a cambio de otra clave: un diseño, simplicidad y funcionalidades que convierten el consumo en una experiencia única. Un frenesí.
La clave para evitar el entuerto es perseguir el dinero: evitar el lucro de actividades comerciales ilegales manteniendo los derechos y con supervisión de autoridades independientes y no perseguir a los usuarios que sólo quieren compartir y recomendar su deseo y su placer. Y nada como el público para hacer el mejor marketing, como ya están demostrando las redes sociales.
Por cierto, perseguir el dinero es hacer pagar lo justo y equitativo a quienes se lucran de las obras de los demás. No vale esconderlo, como ha hecho el Ministerio de Cultura con el nuevo canon digital, que ha pasado de injusto por indiscriminado a universal y más injusto al ser pagado (aún no se sabe cómo) por todos –usuarios de descargas o no, internautas o no, honestos o arteros- vía Presupuestos del Estado. Perseguir el dinero, no esconderlo. O los derechos de autor acabarán como esas televisiones públicas que ahora tanto cuesta reformar.
Columna en Estrella Digital
Stop #SOPA y #PIPA
Este blog tiene actualmente 388 artículos bloqueados por la Digital Millennium Copyright Act (DMCA). Google los ha retirado para no sufrir el castigo de esa ley de defensa del copyright. Está en curso mi protesta y mi escrito de defensa para volver a publicar esos artículos sin castigo ni para su autor ni para el servicio que los aloja.
Pero la justicia es lenta y la ley norteamericana primero castiga y luego revisa, sin mucha defensa para el usuario.
Quienes soy lectores del blog sabéis de sobra que aquí no hay enlaces comerciales ni material que viole ningún derecho de autor o comercial. ¿Cuál es el pecado de esos 388 artículos? Enlazar sitios sospechosos, entendiendo por tales sólo los que pueda alojar la mente de un paranoico, reproducir algún vídeo de YouTube o citar marcas comerciales sin permiso.
De la libertad de información y opinión y el derecho de cita, ni las autoridades norteamericanas ni Google (de rodillas débiles ante el abuso) quieren saber nada. Los defiendo con argumentos y las leyes españolas y europeas que garantizan los derechos citados. Por ahora, sordo Google, sorda la justicia norteamericana.
Es un ejemplo sencillo de todo lo que puede empeorar si las leyes Stop Online Piracy Act (SOPA) y Protect Intellectual Property Act (PIPA) son aprobadas.
Las dos permiten el bloqueo de sitios de internet sólo con la denuncia de los presuntos perjudicados y con una interpretación del copyright sonrojante. Ni una ni otra pararán la piratería -de existir, cosa no probada en el mundo digital- porque no hay muro que pueda con el poder del futuro.
Me alegra coincidir con el enfoque de Open Act, la propuesta legislativa alternativa a SOPA y PIPA. Su enfoque es seguir el dinero, como en el género policíaco: follow the money. Cambiar el enfoque de una guerra de derechos a un conflicto comercial y económico es un paso fundamental que ya defendí hace tiempo, resumido en Una propuesta para el canon y la ley Sinde.
Algunas ideas más de SOPA como el mecanismo de defensa ante las denuncias falsas o abusivas también las expusimos un grupo de personas que nos reunimos en si día con el Ministerio de Cultura en busca de garantías para los derechos y libertades.
Mañana continúo esas reflexiones en Internet de luto, el artículo que he escrito para los medios de Vocento.
Persigue al dinero, no a la gente. Penaliza siempre al lucro irregular, no a quienes comparten con honestidad.
Es más fácil de lo que a veces parece.
Para todos los interesados en estos temas, una recopilación de enlaces interesantes (personal y no exhaustiva) sobre Stop SOPA.
BBC | Qué son estas leyes
Motion Picture Association of America, impulsores de las leyes | Artículos en defensa de SOPA y su posición sobre el copyright
EFF | Cómo violan derechos fundamentales cómo la libertad de expresión y la innovación
Proteger la innovación | Carta de los grandes de internet norteamericanos a los legisladores
Google | Resumen anti SOPA y PIPA
Wikipedia | Por qué un boicot
Casa Blanca | Respuesta a la iniciativa popular en contra de estas leyes
Tim O'Reilly | Las falacias de la piratería y cómo no se solucionan
Comisión Europea | Principios para una internet abierta
OCDE | Defensa de una internet abierta
Jonathan Zittrain | Análisis jurídico de SOPA
Harvard Business Review | The Real SOPA Battle: Innovators vs. Goliath
ProPublica | Base de datos con las contribuciones de la industria de los contenidos e internet a los legisladores de SOPA y PIPA
Peter Gabriel y su petición contra las leyes
Open Act | La alternativa apoyada por las grandes empresas de internet
Wikipedia explica Open Act
EFF | Lo bueno y lo malo de esta alternativa
Ars Technica | Lo mejor de Open Act y cómo mejorarla
Pero la justicia es lenta y la ley norteamericana primero castiga y luego revisa, sin mucha defensa para el usuario.
Quienes soy lectores del blog sabéis de sobra que aquí no hay enlaces comerciales ni material que viole ningún derecho de autor o comercial. ¿Cuál es el pecado de esos 388 artículos? Enlazar sitios sospechosos, entendiendo por tales sólo los que pueda alojar la mente de un paranoico, reproducir algún vídeo de YouTube o citar marcas comerciales sin permiso.
De la libertad de información y opinión y el derecho de cita, ni las autoridades norteamericanas ni Google (de rodillas débiles ante el abuso) quieren saber nada. Los defiendo con argumentos y las leyes españolas y europeas que garantizan los derechos citados. Por ahora, sordo Google, sorda la justicia norteamericana.
Es un ejemplo sencillo de todo lo que puede empeorar si las leyes Stop Online Piracy Act (SOPA) y Protect Intellectual Property Act (PIPA) son aprobadas.
Las dos permiten el bloqueo de sitios de internet sólo con la denuncia de los presuntos perjudicados y con una interpretación del copyright sonrojante. Ni una ni otra pararán la piratería -de existir, cosa no probada en el mundo digital- porque no hay muro que pueda con el poder del futuro.
Me alegra coincidir con el enfoque de Open Act, la propuesta legislativa alternativa a SOPA y PIPA. Su enfoque es seguir el dinero, como en el género policíaco: follow the money. Cambiar el enfoque de una guerra de derechos a un conflicto comercial y económico es un paso fundamental que ya defendí hace tiempo, resumido en Una propuesta para el canon y la ley Sinde.
Algunas ideas más de SOPA como el mecanismo de defensa ante las denuncias falsas o abusivas también las expusimos un grupo de personas que nos reunimos en si día con el Ministerio de Cultura en busca de garantías para los derechos y libertades.
Mañana continúo esas reflexiones en Internet de luto, el artículo que he escrito para los medios de Vocento.
Persigue al dinero, no a la gente. Penaliza siempre al lucro irregular, no a quienes comparten con honestidad.
Es más fácil de lo que a veces parece.
Para todos los interesados en estos temas, una recopilación de enlaces interesantes (personal y no exhaustiva) sobre Stop SOPA.
BBC | Qué son estas leyes
Motion Picture Association of America, impulsores de las leyes | Artículos en defensa de SOPA y su posición sobre el copyright
EFF | Cómo violan derechos fundamentales cómo la libertad de expresión y la innovación
Proteger la innovación | Carta de los grandes de internet norteamericanos a los legisladores
Google | Resumen anti SOPA y PIPA
Wikipedia | Por qué un boicot
Casa Blanca | Respuesta a la iniciativa popular en contra de estas leyes
Tim O'Reilly | Las falacias de la piratería y cómo no se solucionan
Comisión Europea | Principios para una internet abierta
OCDE | Defensa de una internet abierta
Jonathan Zittrain | Análisis jurídico de SOPA
Harvard Business Review | The Real SOPA Battle: Innovators vs. Goliath
ProPublica | Base de datos con las contribuciones de la industria de los contenidos e internet a los legisladores de SOPA y PIPA
Peter Gabriel y su petición contra las leyes
Open Act | La alternativa apoyada por las grandes empresas de internet
Wikipedia explica Open Act
EFF | Lo bueno y lo malo de esta alternativa
Ars Technica | Lo mejor de Open Act y cómo mejorarla
Tuesday, January 17, 2012
El gratuito Qué apuesta por los móviles
El diario gratuito Qué se lanza a reencarnarse en los móviles. Convencidos de que el soporte de futuro para los medios populares es el móvil y a la vista de los cierres de un centenar de diarios gratuitos desde el inicio de la crisis, el diario de Vocento apuesta por la multimedia y la convergencia 2.0 -integración de contenidos, lo social y lo físico- vinculada desde el papel con códigos QR o bidi.
Qué se concentrará también en las grandes ciudades -Madrid y Barcelona- para continuar reduciendo su difusión (650.000 ejemplares PGD) y perdiendo el mínimo de unos anunciantes cada vez más reacios a los gratuitos.
El año 2011 ha vuelto a ser horrible para los gratuitos con el cierre de ADN y el mercado se pregunta hasta cuándo mantendrá Vocento un diario que ha vuelto a perder 2,4 millones de euros en los tres primeros trimestres del pasado año. Pérdidas que se suman a las anteriores: 3,2 millones de euros en 2010 4,9 millones en 2009 y 12 millones el año anterior.
La apuesta de Qué es convertirse en un multimedia gratuito enfocado al público urbano, el mayor usuario de móviles y donde se desarrolla un mercado publicitario incipiente. Muchos diarios han utilizado ya los códigos QR para vincular sus ediciones impresas con las digitales, pero pocos los usan sistemáticamente para la información. El uso de los QR suele estar centrado en promociones, ofertas o coberturas especiales.
El problema fundamental de los códigos QR es que todavía son desconocidos para muchos usuarios. comScore ha cifrado en un 6% de los usuarios de móviles norteamericanos su uso, casi la mitad en diarios y revistas, con un público interesante: de ingresos altos y joven. Donde las perspectivas no son tan buenas para Qué es el lugar de escaneo de los códigos: el 58% los escanearon en casa. Un hábito que tiene que ver con que se asocian con campañas de marketing interactivas y promociones en los flyers y las inserciones habituales en los diarios norteamericanos. La apuesta de Qué será un buen test de mercado para medir la receptividad del público español a la interacción a través de códigos entre las ediciones impresa y digital.
Qué se concentrará también en las grandes ciudades -Madrid y Barcelona- para continuar reduciendo su difusión (650.000 ejemplares PGD) y perdiendo el mínimo de unos anunciantes cada vez más reacios a los gratuitos.
El año 2011 ha vuelto a ser horrible para los gratuitos con el cierre de ADN y el mercado se pregunta hasta cuándo mantendrá Vocento un diario que ha vuelto a perder 2,4 millones de euros en los tres primeros trimestres del pasado año. Pérdidas que se suman a las anteriores: 3,2 millones de euros en 2010 4,9 millones en 2009 y 12 millones el año anterior.
La apuesta de Qué es convertirse en un multimedia gratuito enfocado al público urbano, el mayor usuario de móviles y donde se desarrolla un mercado publicitario incipiente. Muchos diarios han utilizado ya los códigos QR para vincular sus ediciones impresas con las digitales, pero pocos los usan sistemáticamente para la información. El uso de los QR suele estar centrado en promociones, ofertas o coberturas especiales.
El problema fundamental de los códigos QR es que todavía son desconocidos para muchos usuarios. comScore ha cifrado en un 6% de los usuarios de móviles norteamericanos su uso, casi la mitad en diarios y revistas, con un público interesante: de ingresos altos y joven. Donde las perspectivas no son tan buenas para Qué es el lugar de escaneo de los códigos: el 58% los escanearon en casa. Un hábito que tiene que ver con que se asocian con campañas de marketing interactivas y promociones en los flyers y las inserciones habituales en los diarios norteamericanos. La apuesta de Qué será un buen test de mercado para medir la receptividad del público español a la interacción a través de códigos entre las ediciones impresa y digital.
El País se declara líder en internet
2012 comienza como 2011. Al menos en la batalla por el liderazgo digital entre El País y El Mundo. El País se proclama líder entre los medios digitales en internet según la medición híbrida -censal y panel- de comScore, el nuevo medidor único elegido por el mercado, que comienza a ejercer esa función este mes de enero.
El País publica los datos de diciembre con 7,7 millones de usuarios únicos frente a 7,22 de El Mundo. Un resultado que invierte los datos de noviembre, cuando elmundo.es aún superaba a elpaís.com con 7,7 millones de usuarios frente a 7,64.
El diario de Prisa vuelve a destacar en su información que sus datos son únicos, mientras El Mundo suma las cesiones de tráfico (una vieja pelea) de elcultural.es, globaliza.com o Dmedicina.com.
Sin las cesiones, elpaís.com ya habría superado a elmundo.es en octubre, con 6,85 millones de usuarios únicos frente a 6,78, y en noviembre, con 7,64 millones de visitantes del primero frente a 7,45 del diario de Unidad Editorial.
La recuperación por El País del liderazgo digital es clave para el diario de Prisa. Significaría la vuelta a la situación anterior al cierre de sus contenidos al pago en noviembre de 2002 y su vuelta a la oferta gratuita en 2005. Un mes es todavía muy poco tiempo para proclamar un liderazgo tan ajustado, pero la recuperación de ElPaís.com con la integración de la redacción y la reingeniería digital del grupo, unida a la nueva oferta informativa digital amenazan el largo período de hegemonía de El Mundo.
El cambio en el liderazgo coincidiría con la apuesta de pago de El Mundo por Orbyt frente al despliegue de oferta gratuita de El País. Una situación inversa a la de hace diez años.
Mientras la lucha por el liderazgo continúa, en los siguientes puestos de la clasificación de medios informativos se mantiene 20minutos.es, con 4,98 millones de usuarios y un crecimiento constante; LaVanguardia.com, con 3,12 millones, ABC.es (datos no hibridados), con 2,82 mill.; y elPeriódico.com, con 1,78.
A partir de este mes de enero la medición única de comScore empezará a ofrecer datos más claros en la vieja pelea sobre el tráfico de los diferentes sitios con un sistema aceptado por toda la industria.
Para entender las cifras de comScore mejor hay que recordar que cifra en 17 millones la audiencia de medios informativos en internet. El crecimiento de El País no se recoge todavía de una forma tan acusada, como en el caso de Google Trends con usuarios únicos diarios.
El País publica los datos de diciembre con 7,7 millones de usuarios únicos frente a 7,22 de El Mundo. Un resultado que invierte los datos de noviembre, cuando elmundo.es aún superaba a elpaís.com con 7,7 millones de usuarios frente a 7,64.
El diario de Prisa vuelve a destacar en su información que sus datos son únicos, mientras El Mundo suma las cesiones de tráfico (una vieja pelea) de elcultural.es, globaliza.com o Dmedicina.com.
Sin las cesiones, elpaís.com ya habría superado a elmundo.es en octubre, con 6,85 millones de usuarios únicos frente a 6,78, y en noviembre, con 7,64 millones de visitantes del primero frente a 7,45 del diario de Unidad Editorial.
La recuperación por El País del liderazgo digital es clave para el diario de Prisa. Significaría la vuelta a la situación anterior al cierre de sus contenidos al pago en noviembre de 2002 y su vuelta a la oferta gratuita en 2005. Un mes es todavía muy poco tiempo para proclamar un liderazgo tan ajustado, pero la recuperación de ElPaís.com con la integración de la redacción y la reingeniería digital del grupo, unida a la nueva oferta informativa digital amenazan el largo período de hegemonía de El Mundo.
El cambio en el liderazgo coincidiría con la apuesta de pago de El Mundo por Orbyt frente al despliegue de oferta gratuita de El País. Una situación inversa a la de hace diez años.
Mientras la lucha por el liderazgo continúa, en los siguientes puestos de la clasificación de medios informativos se mantiene 20minutos.es, con 4,98 millones de usuarios y un crecimiento constante; LaVanguardia.com, con 3,12 millones, ABC.es (datos no hibridados), con 2,82 mill.; y elPeriódico.com, con 1,78.
A partir de este mes de enero la medición única de comScore empezará a ofrecer datos más claros en la vieja pelea sobre el tráfico de los diferentes sitios con un sistema aceptado por toda la industria.
Para entender las cifras de comScore mejor hay que recordar que cifra en 17 millones la audiencia de medios informativos en internet. El crecimiento de El País no se recoge todavía de una forma tan acusada, como en el caso de Google Trends con usuarios únicos diarios.
Monday, January 16, 2012
Los gratuitos cierran y avanza el móvil
ADN no ha sido el único gratuito en cerrar el último año. La crisis ha acabado con la vida de un centenar de diarios gratuitos desde 2007 en todos los mercados, pero especialmente en Europa y Estados Unidos.
Los datos de Newspaper Innovation indican que diez títulos con 76 ediciones cerraron el año pasado, encabezados por el rumano Adevarul de Seara, el italiano Leggo y ADN en España (sigue en Colombia en manos de El Tiempo).
El alto coste de impresión y distribución de la prensa gratuita no ha soportado la caída de una publicidad que se refugia en la televisión y las nuevas pantallas.
En el mercado de la prensa popular gratuita se piensa cada vez con más convicción que a medio plazo el único soporte viable para un modelo similar de negocio está en los móviles.
Los smartphones son gran sustituto del resto de soportes informativos para una amplia capa del mercado, con una alta penetración entre todos los sectores de población y un uso que concentra cada vez más tiempo dedicado a la lectura y consumo de información. Sobre todo en movilidad, donde su impacto en la prensa gratuita -y en gran parte de la popular y deportiva- es mayor.
Los datos de Newspaper Innovation indican que diez títulos con 76 ediciones cerraron el año pasado, encabezados por el rumano Adevarul de Seara, el italiano Leggo y ADN en España (sigue en Colombia en manos de El Tiempo).
El alto coste de impresión y distribución de la prensa gratuita no ha soportado la caída de una publicidad que se refugia en la televisión y las nuevas pantallas.
En el mercado de la prensa popular gratuita se piensa cada vez con más convicción que a medio plazo el único soporte viable para un modelo similar de negocio está en los móviles.
Los smartphones son gran sustituto del resto de soportes informativos para una amplia capa del mercado, con una alta penetración entre todos los sectores de población y un uso que concentra cada vez más tiempo dedicado a la lectura y consumo de información. Sobre todo en movilidad, donde su impacto en la prensa gratuita -y en gran parte de la popular y deportiva- es mayor.
Saturday, January 14, 2012
Cómo desmantelar las televisiones autonómicas
El gobierno de Rajoy cumple su promesa y prepara la reforma de la Ley Audiovisual para permitir la gestión privada en las cadenas autonómicas. Es el principio del desmantelamiento de un sistema ineficiente, caro e insostenible. Pero la fórmula elegida por el ejecutivo pasará la factura de la reestructuración a las arcas públicas y beneficiará a grupos que no han conseguido sus objetivos económicos y de audiencia en la burbuja de la TDT. Ni cierre ni redefinición del servicio público audiovisual en la era digital.
¿A quién beneficia la gestión privada de los canales públicos?
¿A quién beneficia la gestión privada de los canales públicos?
Columna completa en Estrella Digital
Friday, January 13, 2012
Un futuro para Público
Son malos tiempos para los diarios. Y más para los nuevos, obligados a competir en un mercado maduro y en recesión, con la costumbre como motivo de compra y lectura de muchos periódicos, y en plena migración de la audiencia y la publicidad a los medios digitales. La doble crisis - económica y estructural- amenaza a todos y empeora las perspectivas de los nuevos medios.
¿Tiene futuro un diario como Público en esta situación?
Difícil. El concurso de acreedores solicitado por la editora Mediapubli intenta buscar una salida con una fuerte quita de su deuda y una drástica reducción de sus costes.
Jaume Roures, impulsor y editor del diario, dio un paso al frente esta semana para explicar directamente la situación y sus planes a la redacción. En la profundidad de la crisis aparecen algunas posibilidades para Público que se estudian como alternativas de futuro para la prensa tradicional. Algunas mencionadas por su editor y el propio diario son reducir sus ediciones impresas a los fines de semana y reunir aportaciones de los lectores (crowdfunding) para sostener un diario con una plantilla de 160 trabajadores, pérdidas de 59 millones desde su lanzamiento en otoño de 2007 y de 7,9 millones el año pasado, una reducción importante frente a las anteriores.
Para sobrevivir Público necesitará arriesgarse a probar algunas soluciones imaginativas además de un drástico recorte de gastos. Pero lo más importante es aumentar su capacidad de generar ingresos, su debilidad desde su aparición, como ha reconocido su director, Jesús Maraña.
El diario de Jaume Roures -más allá de condicionantes empresariales y vinculaciones políticas que no entro a analizar- nació dirigido a un hueco de mercado evidente pero estrecho: un público de izquierda crítico con El País y sin muchas alternativas en los medios tradicionales. Una audiencia en principio joven y progresista que ha ido envejeciendo en los tres años de vida del diario hasta desdoblarse en un público relativamente joven y otro mayor situado ideológicamente en la izquierda del PSOE.
La maldición de Público es que una gran parte de su audiencia no era ni es compradora de diarios, aunque sí lectora. De ahí su éxito de tráfico en la web a pesar del poco desarrollo de su edición digital, parca en contenidos propios y poco innovadora en multiplataforma o multiproducto. Una edición web con baja comercialización y pocos ingresos.
El resultado es una estructura de ingresos muy dependiente de la difusión, algo menos de dos tercios de sus ingresos de alrededor de 30 millones de euros anuales. Según las cuentas de 2009, Público ingresó 20,6 millones por venta de ejemplares frente a 11,6 millones por publicidad.
Público puede experimentar con una fórmula de medio digital con apoyo de una o dos ediciones impresas, un modelo que muchos aventuran como el futuro de casi todos los diarios y que desde 2005 mantiene Perfil en Argentina.
Su supervivencia requiere ciertas condiciones tanto de modelo de negocio como editorial:
Reducir drásticamente sus costes de impresión y distribución. El diario se imprime desde su inicio en varias rotativas con un ambicioso plan de distribución.
El nuevo periódico saldría como máximo dos días a la semana y debería restringir la distribución a sus áreas de mayor difusión: Madrid, Valencia, Cataluña, Andalucía y sólo grandes capitales. El objetivo debería ser rebajar en más de tres cuartas partes sus costes de alrededor de 30 millones de euros.
El impacto en la publicidad tendría que compensarse con un perfil de lector claro y aumentando su fidelización.
El diario abandonaría la estrategia de difusión masiva y con otras cabeceras para centrarse en un modelo de suscripción -tanto impreso como digital, primando este para reducir costes- y una venta en quiosco similar a la de las revistas.
Apostar por los medios y negocios digitales. Público no ha desarrollado a fondo su negocio y contenidos digitales. La prioridad era afianzar el papel, según sus responsables, pero no son estrategias excluyentes, sino complementarias.
El diario está dirigido desde su inicio a una audiencia más internauta que la media. Con un marcado carácter de segundo diario, Público.es ha logrado sobrepasar los 4 millones de usuarios únicos en 2011, pero su facturación es muy baja en el centenar de millones de euros de publicidad que la prensa digital ingresa anualmente en España.
Público necesita desarrollar un modelo de negocio en el que los ingresos digitales deberían ser superiores al 20% del total para poder sostenerse. Una cifra todavía no alcanzada por los diarios tradicionales.
Ese esfuerzo requiere a corto plazo un modelo de pago y el desarrollo de nuevos productos publicitarios multiplataforma (móviles, tabletas, mejorando sus ediciones y aplicaciones actuales) y multiproducto (verticales, especialización, etc.). Para su éxito debería apoyarse en la suscripción con la creación de un club de lectores con ventajas añadidas (de contenidos y servicios) además de desarrollar negocios de nicho para aumentar sus anunciantes e ingresos publicitarios (sobre nuevos modelos de negocio para los medios, diapositivas 41 a 46).
Público debería incorporarse a la oferta de los kioscos digitales ya existentes, Kiosco y Más, y Orbyt, además de desarrollar sus propias aplicaciones multiplataforma.
Un nuevo modelo editorial para concentrarse en sus fortalezas. Un producto impreso de dos días a la semana y digital el resto requiere un modelo editorial diferente al actual.
Abandonar la idea de diario y ser una revista de información, análisis y opinión con un desarrollo noticioso y de nichos de contenidos y servicios verticales en la web.
Público es desde su inicio un diario ideológico. Puede seguir siéndolo, pero fortaleciendo la información de calidad y el análisis sobre la opinión. Con un desarrollo más profundo y selectivo (no necesariamente más amplio) de sus dos otras áreas diferenciales: Ciencias y Culturas, donde está obligado a desarrollar nuevas estrategias de comercialización.
Deportes e internacional son áreas no esenciales en su supervivencia y debería reinventar la opinión.
Público debería incorporar algunos contenidos adecuados a su audiencia pero más atractivos para la publicidad, poco cómoda en medios tan marcados ideológicamente si no ofrecen contenidos de alta rentabilización.
Un medio social y participativo. Público está obligado a ser un medio social. Sus fortalezas están en representar a un sector de la izquierda sociológica que no cuenta con muchas opciones ni informativas ni de identificación. Si todos los medios deben ser sociales, en el caso de Público su audiencia es su única salvación. Debería convertirse en un espacio abierto donde la participación y las posibilidades de interacción tanto en lo digital como en lo impreso aumentaran.
Otra de sus opciones es vincularse más a movimientos sociales y ONGs cercanos a su visión para aumentar su visibilidad y participación.
Opinión debería ser la máxima expresión de ese espacio abierto, no una colección convencional de artículos y columnas.
Esa apertura social puede vincularse a un club de lectores donde desarrollar la suscripción -digital y papel- y el crowdfunding (aportaciones de la audiencia). Público.es debería implementar perfiles de usuario con utilidades de suscripción, selección, archivo y recomendación de la información, además de la relación entre los miembros de su comunidad.
De una redacción de 160 personas a una redacción pequeña y distribuida. Público está dimensionado desde su inicio como un gran diario. La reducción de costes de personal es imprescindible para su viabilidad. El objetivo debería ser rebajar al menos en un tercio sus costes de redacción de más de diez millones de euros en nóminas y otros tres en agencias, colaboraciones, etc.
Público debería adoptar un modelo de redacción estable muy ajustado, con menos personal fijo y más apoyado en colaboraciones, freelance, trabajo en red, etc.
Objetivo económico: reducir a menos de la mitad sus costes y aumentar ingresos. Con los ajustes propuestos Público debería estabilizar sus costes alrededor de los 20 millones de euros anuales mientras desarrolla un nuevo modelo de negocio con más fuentes de ingresos. La mayor parte por la reducción de costes de impresión y distribución, además del ajuste de los costes de redacción, la otra gran partida del gasto. Junto a ellos, una profunda reestructuración de sus sistemas y su gasto corriente.
La reducción en impresión y distribución debería bajar sus costes en un 65% hasta los diez millones en total para dos ediciones semanales frente a las siete actuales. Cuanto más se reduzca esa partida, más dinero disponible para redacción: objetivo de un 30% de reducción hasta algo más de seis millones de euros, y cuatro millones más para administración, gastos corrientes y servicios exteriores.
Otra de las prioridades está en rebajar los costes de su sistema editorial y de producción, poco adaptado a un nuevo proyecto sin necesidades de gestión de ediciones y más volcado en la convergencia digital.
Los ingresos se reducirán a corto plazo por la pérdida de difusión al reducir las ediciones y mientras se desarrolla la viabilidad del nuevo modelo, todavía una incógnita. Las suscripciones y el crowfunding tiene como objetivo compensar la caída de la difusión convencional.
Público debería intentar no perder publicidad. Actualmente la mayoría de sus anuncios se concentran ya en el fin de semana, como en tantos diarios, pero la editorial debe convencer a los anunciantes de la viabilidad de su nueva periodicidad y desarrollar soluciones comerciales específicas para ciertos sectores y anunciantes.
En ese objetivo es imprescindible el crecimiento del negocio digital, al menos hasta ese 20% que antes citaba como estimación de la pérdida de publicidad a corto plazo de la nueva edición impresa sólo de fin de semana.
Otra alternativa para Público es acometer la misma reducción de costes y desarrollo de nueva estrategia de negocio manteniendo su edición diaria, aunque con menos paginación de lunes a jueves. Esta opción seguramente obligaría a una reducción de su precio de venta, como ya hizo en su lanzamiento, lo que obliga a una negociación con kiosqueros y distribuidores.
El resultado en pérdida de ingresos sería muy similar al modelo anterior, pero dudo de que se pudiera recortar suficientemente los gastos.
La supervivencia de Público, además de ser dramática para sus profesionales y triste para muchos lectores (aunque bastantes de ellos nunca lo hayan comprado), es también un laboratorio para las alternativas de futuro de los diarios.
¿Tiene futuro un diario como Público en esta situación?
Difícil. El concurso de acreedores solicitado por la editora Mediapubli intenta buscar una salida con una fuerte quita de su deuda y una drástica reducción de sus costes.
Jaume Roures, impulsor y editor del diario, dio un paso al frente esta semana para explicar directamente la situación y sus planes a la redacción. En la profundidad de la crisis aparecen algunas posibilidades para Público que se estudian como alternativas de futuro para la prensa tradicional. Algunas mencionadas por su editor y el propio diario son reducir sus ediciones impresas a los fines de semana y reunir aportaciones de los lectores (crowdfunding) para sostener un diario con una plantilla de 160 trabajadores, pérdidas de 59 millones desde su lanzamiento en otoño de 2007 y de 7,9 millones el año pasado, una reducción importante frente a las anteriores.
Para sobrevivir Público necesitará arriesgarse a probar algunas soluciones imaginativas además de un drástico recorte de gastos. Pero lo más importante es aumentar su capacidad de generar ingresos, su debilidad desde su aparición, como ha reconocido su director, Jesús Maraña.
El diario de Jaume Roures -más allá de condicionantes empresariales y vinculaciones políticas que no entro a analizar- nació dirigido a un hueco de mercado evidente pero estrecho: un público de izquierda crítico con El País y sin muchas alternativas en los medios tradicionales. Una audiencia en principio joven y progresista que ha ido envejeciendo en los tres años de vida del diario hasta desdoblarse en un público relativamente joven y otro mayor situado ideológicamente en la izquierda del PSOE.
La maldición de Público es que una gran parte de su audiencia no era ni es compradora de diarios, aunque sí lectora. De ahí su éxito de tráfico en la web a pesar del poco desarrollo de su edición digital, parca en contenidos propios y poco innovadora en multiplataforma o multiproducto. Una edición web con baja comercialización y pocos ingresos.
El resultado es una estructura de ingresos muy dependiente de la difusión, algo menos de dos tercios de sus ingresos de alrededor de 30 millones de euros anuales. Según las cuentas de 2009, Público ingresó 20,6 millones por venta de ejemplares frente a 11,6 millones por publicidad.
Público puede experimentar con una fórmula de medio digital con apoyo de una o dos ediciones impresas, un modelo que muchos aventuran como el futuro de casi todos los diarios y que desde 2005 mantiene Perfil en Argentina.
Su supervivencia requiere ciertas condiciones tanto de modelo de negocio como editorial:
Reducir drásticamente sus costes de impresión y distribución. El diario se imprime desde su inicio en varias rotativas con un ambicioso plan de distribución.
El nuevo periódico saldría como máximo dos días a la semana y debería restringir la distribución a sus áreas de mayor difusión: Madrid, Valencia, Cataluña, Andalucía y sólo grandes capitales. El objetivo debería ser rebajar en más de tres cuartas partes sus costes de alrededor de 30 millones de euros.
El impacto en la publicidad tendría que compensarse con un perfil de lector claro y aumentando su fidelización.
El diario abandonaría la estrategia de difusión masiva y con otras cabeceras para centrarse en un modelo de suscripción -tanto impreso como digital, primando este para reducir costes- y una venta en quiosco similar a la de las revistas.
Apostar por los medios y negocios digitales. Público no ha desarrollado a fondo su negocio y contenidos digitales. La prioridad era afianzar el papel, según sus responsables, pero no son estrategias excluyentes, sino complementarias.
El diario está dirigido desde su inicio a una audiencia más internauta que la media. Con un marcado carácter de segundo diario, Público.es ha logrado sobrepasar los 4 millones de usuarios únicos en 2011, pero su facturación es muy baja en el centenar de millones de euros de publicidad que la prensa digital ingresa anualmente en España.
Público necesita desarrollar un modelo de negocio en el que los ingresos digitales deberían ser superiores al 20% del total para poder sostenerse. Una cifra todavía no alcanzada por los diarios tradicionales.
Ese esfuerzo requiere a corto plazo un modelo de pago y el desarrollo de nuevos productos publicitarios multiplataforma (móviles, tabletas, mejorando sus ediciones y aplicaciones actuales) y multiproducto (verticales, especialización, etc.). Para su éxito debería apoyarse en la suscripción con la creación de un club de lectores con ventajas añadidas (de contenidos y servicios) además de desarrollar negocios de nicho para aumentar sus anunciantes e ingresos publicitarios (sobre nuevos modelos de negocio para los medios, diapositivas 41 a 46).
Público debería incorporarse a la oferta de los kioscos digitales ya existentes, Kiosco y Más, y Orbyt, además de desarrollar sus propias aplicaciones multiplataforma.
Un nuevo modelo editorial para concentrarse en sus fortalezas. Un producto impreso de dos días a la semana y digital el resto requiere un modelo editorial diferente al actual.
Abandonar la idea de diario y ser una revista de información, análisis y opinión con un desarrollo noticioso y de nichos de contenidos y servicios verticales en la web.
Público es desde su inicio un diario ideológico. Puede seguir siéndolo, pero fortaleciendo la información de calidad y el análisis sobre la opinión. Con un desarrollo más profundo y selectivo (no necesariamente más amplio) de sus dos otras áreas diferenciales: Ciencias y Culturas, donde está obligado a desarrollar nuevas estrategias de comercialización.
Deportes e internacional son áreas no esenciales en su supervivencia y debería reinventar la opinión.
Público debería incorporar algunos contenidos adecuados a su audiencia pero más atractivos para la publicidad, poco cómoda en medios tan marcados ideológicamente si no ofrecen contenidos de alta rentabilización.
Un medio social y participativo. Público está obligado a ser un medio social. Sus fortalezas están en representar a un sector de la izquierda sociológica que no cuenta con muchas opciones ni informativas ni de identificación. Si todos los medios deben ser sociales, en el caso de Público su audiencia es su única salvación. Debería convertirse en un espacio abierto donde la participación y las posibilidades de interacción tanto en lo digital como en lo impreso aumentaran.
Otra de sus opciones es vincularse más a movimientos sociales y ONGs cercanos a su visión para aumentar su visibilidad y participación.
Opinión debería ser la máxima expresión de ese espacio abierto, no una colección convencional de artículos y columnas.
Esa apertura social puede vincularse a un club de lectores donde desarrollar la suscripción -digital y papel- y el crowdfunding (aportaciones de la audiencia). Público.es debería implementar perfiles de usuario con utilidades de suscripción, selección, archivo y recomendación de la información, además de la relación entre los miembros de su comunidad.
De una redacción de 160 personas a una redacción pequeña y distribuida. Público está dimensionado desde su inicio como un gran diario. La reducción de costes de personal es imprescindible para su viabilidad. El objetivo debería ser rebajar al menos en un tercio sus costes de redacción de más de diez millones de euros en nóminas y otros tres en agencias, colaboraciones, etc.
Público debería adoptar un modelo de redacción estable muy ajustado, con menos personal fijo y más apoyado en colaboraciones, freelance, trabajo en red, etc.
Objetivo económico: reducir a menos de la mitad sus costes y aumentar ingresos. Con los ajustes propuestos Público debería estabilizar sus costes alrededor de los 20 millones de euros anuales mientras desarrolla un nuevo modelo de negocio con más fuentes de ingresos. La mayor parte por la reducción de costes de impresión y distribución, además del ajuste de los costes de redacción, la otra gran partida del gasto. Junto a ellos, una profunda reestructuración de sus sistemas y su gasto corriente.
La reducción en impresión y distribución debería bajar sus costes en un 65% hasta los diez millones en total para dos ediciones semanales frente a las siete actuales. Cuanto más se reduzca esa partida, más dinero disponible para redacción: objetivo de un 30% de reducción hasta algo más de seis millones de euros, y cuatro millones más para administración, gastos corrientes y servicios exteriores.
Otra de las prioridades está en rebajar los costes de su sistema editorial y de producción, poco adaptado a un nuevo proyecto sin necesidades de gestión de ediciones y más volcado en la convergencia digital.
Los ingresos se reducirán a corto plazo por la pérdida de difusión al reducir las ediciones y mientras se desarrolla la viabilidad del nuevo modelo, todavía una incógnita. Las suscripciones y el crowfunding tiene como objetivo compensar la caída de la difusión convencional.
Público debería intentar no perder publicidad. Actualmente la mayoría de sus anuncios se concentran ya en el fin de semana, como en tantos diarios, pero la editorial debe convencer a los anunciantes de la viabilidad de su nueva periodicidad y desarrollar soluciones comerciales específicas para ciertos sectores y anunciantes.
En ese objetivo es imprescindible el crecimiento del negocio digital, al menos hasta ese 20% que antes citaba como estimación de la pérdida de publicidad a corto plazo de la nueva edición impresa sólo de fin de semana.
Otra alternativa para Público es acometer la misma reducción de costes y desarrollo de nueva estrategia de negocio manteniendo su edición diaria, aunque con menos paginación de lunes a jueves. Esta opción seguramente obligaría a una reducción de su precio de venta, como ya hizo en su lanzamiento, lo que obliga a una negociación con kiosqueros y distribuidores.
El resultado en pérdida de ingresos sería muy similar al modelo anterior, pero dudo de que se pudiera recortar suficientemente los gastos.
La supervivencia de Público, además de ser dramática para sus profesionales y triste para muchos lectores (aunque bastantes de ellos nunca lo hayan comprado), es también un laboratorio para las alternativas de futuro de los diarios.
Thursday, January 12, 2012
Un sistema para la televisión inteligente
Las televisiones conectadas son la estrella del Consumer Electronics Show de Las Vegas, la gran feria de la tecnología y los contenidos. Google TV vuelve a estar en boca de todos en busca de un éxito como Android en los móviles. LG, Samsung o Sony prometen televisores inteligentes con el sistema operativo de Google para 2012, año de la televisión conectada. Pero mantendrán otros alternativos. Crece el interés del público por los televisores inteligentes donde compartir programas, vídeos o comunicarse, unir las aplicaciones de tabletas y móviles, o cambiar el viejo mando a distancia por los gestos o la voz –Kinect y los nuevos Samsung ES8000. El reto es sostener el trono del entretenimiento y la comunicación en el hogar.
La televisión se integra con internet y la tecnología digital para dejar de ser un sistema independiente. La televisión híbrida rompe fronteras y legislaciones, multiplica contenidos, usos y modelos de negocio. Los fabricantes lanzan televisores con más funcionalidades para acortar la vida útil de los aparatos y tentar a los consumidores, volcados en la alta definición, pero no tanto en el 3D ni en la televisión inteligente.
Google, Apple y Microsoft pelean por controlar el mayor mercado de la tecnología y los contenidos. La televisión sigue ganando cuota de mercado publicitario con más del 40% de la tarta mundial y concentra la atención del público con récord de consumo en España (239 minutos diarios en 2011).
La industria necesita un nuevo sistema tanto como la audiencia. El público demanda la ayuda de televisores inteligentes, con búsquedas, aplicaciones y recomendación social para encontrar lo deseado entre tanta fragmentación. La complejidad enturbia el placer de ver la tele. Las cadenas quieren estándares para no seguir multiplicando una oferta con más costes de programación y distribución que ingresos. Y los fabricantes se suman a la competencia convirtiendo sus pantallas en soportes publicitarios, como anuncia Samsung. Después del caos, un poco de orden para que la televisión superviviente no se vuelva tan errática como internet.
Thursday, January 05, 2012
Un YouTube de lo público
La televisión pública se ahoga mientras las privadas se concentran en un duopolio. Su coste es insostenible, por la crisis y por su diferencia con las privadas. El gobierno recorta a RTVE 200 millones de euros y las autonómicas esperan fórmulas de privatización. Años de engorde alentados por políticos dueños de una gran pantalla de propaganda han creado un telestado desmesurado que explota con la burbuja de la TDT. Sólo la audiencia se mantiene, pero repartida entre canales multiplicados por el audiovisual en internet. El consumo no para, 239 minutos diarios por persona.
La publicidad tampoco aguanta. La TV perderá otro 8 o 10 por ciento este año, 2.250 millones con un 85% en manos del duopolio de Telecinco y Antena 3. Los anunciantes se quejan, ofrecen salvar a TVE con una vuelta a la publicidad responsable como la que plantea su Consejo, tres minutos por hora. Las privadas se resisten y presionan para dejar sin publicidad a las autonómicas. Pero no parece viable aumentar el coste de 2.300 millones en subvenciones que las televisiones públicas devoran al año.
Al gobierno le toca reordenar el caos y la insostenible financiación de RTVE. El mercado ya hace su parte con más concentración y cierre de canales. Crece la oferta de pago con el vídeo bajo demanda y 2012 será el año de la televisión conectada con internet con ubicuidad de pantallas y contenidos compartidos en las redes sociales.
Falta un servicio público para la sociedad digital. Convertir la televisión pública en una plataforma de acceso a la información, la cultura y los contenidos públicos. Un espacio digital de contenidos sociales, culturales y científicos que reúna la oferta de museos, bibliotecas, centros de investigación y anime la producción audiovisual de calidad. Un YouTube de lo público con informativos independientes y proyección en todo el mundo. Sin tanta audiencia ni tanto coste, pero sosteniendo los valores del servicio público y aumentando el acceso a la sociedad del conocimiento, la única capaz de salvarnos de tanta crisis.
Columna en los diarios de Vocento
La publicidad tampoco aguanta. La TV perderá otro 8 o 10 por ciento este año, 2.250 millones con un 85% en manos del duopolio de Telecinco y Antena 3. Los anunciantes se quejan, ofrecen salvar a TVE con una vuelta a la publicidad responsable como la que plantea su Consejo, tres minutos por hora. Las privadas se resisten y presionan para dejar sin publicidad a las autonómicas. Pero no parece viable aumentar el coste de 2.300 millones en subvenciones que las televisiones públicas devoran al año.
Al gobierno le toca reordenar el caos y la insostenible financiación de RTVE. El mercado ya hace su parte con más concentración y cierre de canales. Crece la oferta de pago con el vídeo bajo demanda y 2012 será el año de la televisión conectada con internet con ubicuidad de pantallas y contenidos compartidos en las redes sociales.
Falta un servicio público para la sociedad digital. Convertir la televisión pública en una plataforma de acceso a la información, la cultura y los contenidos públicos. Un espacio digital de contenidos sociales, culturales y científicos que reúna la oferta de museos, bibliotecas, centros de investigación y anime la producción audiovisual de calidad. Un YouTube de lo público con informativos independientes y proyección en todo el mundo. Sin tanta audiencia ni tanto coste, pero sosteniendo los valores del servicio público y aumentando el acceso a la sociedad del conocimiento, la única capaz de salvarnos de tanta crisis.
Columna en los diarios de Vocento
Sunday, January 01, 2012
Marianazo a RTVE y al canon digital
El marianazo es un recorte del gasto público y un aumento de impuestos como nunca se ha conocido. El presidente se ocultó tras sus ministros económicos y su vicepresidenta para no presentarse ante un país que aún tiene frescas sus promesas de no subir impuestos. Junto a las medidas generales, tres con impacto en la sociedad de la información: la aprobación del reglamento de la ley Sinde, una reforma del canon digital que nos obliga a pagarlo a todos a través de los Presupuestos del Estado y un recorte de 200 millones en la financiación de RTVE que entrega definitivamente el mercado audiovisual al duopolio Telecinco/Antena 3.
La aprobación de la ley Sinde estaba anunciada por el ministro José Ignacio Wert. El gobierno se ha apresurado a ponerla en marcha (BOE) sin cumplir sus promesas electorales de proteger una propiedad intelectual que “permita la innovación y el desarrollo de nuevos modelos de negocio”. Esos nuevos negocios digitales están ahogados por los abusos de las grandes distribuidoras, las gestoras de derechos y una trama empresarial y jurídica que convierte en una hazaña terriblemente burocrática y cara la adquisición de derechos, como se queja la Comisión Europea.
El gobierno reforma también el canon digital, obligado por la justicia europea y nacional. El PP siempre ha flirteado con la oposición al canon y prometía en su programa modelos de retribución “más justos y equitativos, basado en el uso efectivo de las obras”. Pero como en los tributos, las promesas se desvanecen. A falta de desarrollo reglamentario, por ahora el canon digital desaparece y se establece un “pago a los perceptores de la compensación equitativa por copia privada con cargo a los Presupuestos Generales del Estado” (Disposición Adicional Décima del Decreto de medidas urgentes).
Si antes el canon era injusto por indiscriminado, ahora lo será más porque lo pagamos todos, seamos consumidores o no de esas obras. Si antes se aplicaba a los soportes sin distinguir contenidos y de quién eran, ahora se cobrará a todos los ciudadanos.
¿Es este el modelo de retribución “más justo y equitativo, basado en el uso efectivo de las obras” prometido? Más bien todo lo contrario. Todos pagamos a unos pocos, seamos o no consumidores de copias privadas.
El hachazo de un 36,5% a la financiación estatal de RTVE se temía. El PP tiene muchas cuentas contra la televisión pública. El telestado de Rajoy se apoya en el duopolio Telecinco/Antena 3, dominador del mercado y la audiencia por el mal dibujo del mapa audiovisual de Zapatero y sus gobiernos.
La reducción repentina del presupuesto de RTVE a cifras de antes del apagón analógico obligará a un drástica reestructuración que sólo podrá hacerse rebajando producción externa, canales temáticos y servicios digitales. Cuando la mayoría del presupuesto de la radiotelevisión pública es para nóminas y gastos corrientes, sólo renunciar a derechos de programas y retransmisiones deportivas, reducir personal contratado, apagar canales y rebajar la oferta digital permitirá mantener una cadena fuerte como La 1, aunque debilitada.
El impacto en la producción audiovisual será importante cuando las autonómicas ya han rebajado su gasto en programas y se espera el prometido fin de la obligación de las cadenas privadas de financiar el cine con un cinco por ciento de sus ingresos.
El PP tampoco tiene un plan para el servicio público en la era digital. Por ahora, recortes y todo el mercado para las grandes privadas. Marianazo a la sociedad de la información.
Columna en Estrella Digital
La aprobación de la ley Sinde estaba anunciada por el ministro José Ignacio Wert. El gobierno se ha apresurado a ponerla en marcha (BOE) sin cumplir sus promesas electorales de proteger una propiedad intelectual que “permita la innovación y el desarrollo de nuevos modelos de negocio”. Esos nuevos negocios digitales están ahogados por los abusos de las grandes distribuidoras, las gestoras de derechos y una trama empresarial y jurídica que convierte en una hazaña terriblemente burocrática y cara la adquisición de derechos, como se queja la Comisión Europea.
El gobierno reforma también el canon digital, obligado por la justicia europea y nacional. El PP siempre ha flirteado con la oposición al canon y prometía en su programa modelos de retribución “más justos y equitativos, basado en el uso efectivo de las obras”. Pero como en los tributos, las promesas se desvanecen. A falta de desarrollo reglamentario, por ahora el canon digital desaparece y se establece un “pago a los perceptores de la compensación equitativa por copia privada con cargo a los Presupuestos Generales del Estado” (Disposición Adicional Décima del Decreto de medidas urgentes).
Si antes el canon era injusto por indiscriminado, ahora lo será más porque lo pagamos todos, seamos consumidores o no de esas obras. Si antes se aplicaba a los soportes sin distinguir contenidos y de quién eran, ahora se cobrará a todos los ciudadanos.
¿Es este el modelo de retribución “más justo y equitativo, basado en el uso efectivo de las obras” prometido? Más bien todo lo contrario. Todos pagamos a unos pocos, seamos o no consumidores de copias privadas.
El hachazo de un 36,5% a la financiación estatal de RTVE se temía. El PP tiene muchas cuentas contra la televisión pública. El telestado de Rajoy se apoya en el duopolio Telecinco/Antena 3, dominador del mercado y la audiencia por el mal dibujo del mapa audiovisual de Zapatero y sus gobiernos.
La reducción repentina del presupuesto de RTVE a cifras de antes del apagón analógico obligará a un drástica reestructuración que sólo podrá hacerse rebajando producción externa, canales temáticos y servicios digitales. Cuando la mayoría del presupuesto de la radiotelevisión pública es para nóminas y gastos corrientes, sólo renunciar a derechos de programas y retransmisiones deportivas, reducir personal contratado, apagar canales y rebajar la oferta digital permitirá mantener una cadena fuerte como La 1, aunque debilitada.
El impacto en la producción audiovisual será importante cuando las autonómicas ya han rebajado su gasto en programas y se espera el prometido fin de la obligación de las cadenas privadas de financiar el cine con un cinco por ciento de sus ingresos.
El PP tampoco tiene un plan para el servicio público en la era digital. Por ahora, recortes y todo el mercado para las grandes privadas. Marianazo a la sociedad de la información.
Columna en Estrella Digital
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