Es sólo un borrador que debe concretarse y aprobarse, pero Financial Times ya ha publicado la propuesta de comunicado de la cumbre de los líderes de los países más desarrollados.
Entre las medidas, todavía con X en lugar de cantidades concretas, se reafirma la confianza en el capitalismo y la globalización, y se repiten los argumentos y medidas que ya se adelantaban en los objetivos de la cumbre.
Las medidas fiscales de ayuda a las industrias y los bancos más afectados son el centro del documento, que vuelve a proclamar la necesidad de ayuda a los países en desarrollo, aunque aún sin concretar.
Los países desarrollados se comprometen de nuevo con los Objetivos del Milenio contra la Pobreza definidos por la ONU, pero la X marca la incógnita de ese compromiso.
Globalización y mercado abierto contra la tentación del proteccionismo, aunque no se habla de reducir las que ya existen y castigan a las economías pobres y emergentes por las barreras en Estados Unidos y Europa, sobre todo.
La reforma del sistema financiero se justifica por su debilidad, pero no por los errores y la codicia de los últimos años. Se citan los hedge funds y otros productos financieros para indicar que debe limitarse su riesgo, sin concreción alguna.
Y lo mismo con los paraísos fiscales, que deben ser "identificados" para ser sancionnados, aunque no se detalla cómo.
Y se habla también de mitigar el impacto ambiental de la crisis y de "fortalecer el mercado laboral y la protección social", pero sólo al final del documento, sin políticas ni compromisos concretos más allá de un esfuerzo fiscal que hasta ahora ha compensado más a quienes han provocado la crisis que a quienes la sufren.
Ni refundación del capitalismo, ni compromisos concretos, cuantificables y de mayor transparencia y vigilancia democrática y del mercado. Otra cumbre más, como casi todas, desperdiciada.
Un documento suficientemente ambiguo para que dirigentes como Nicolas Sarkozy puedan justificar sus proclamas.
Propuestas más concretas como la española no están recogidas en este borrador en exceso generalista y que sería deseable que ganase concreción y definición al término de la reunión.
Y tampoco se encuentran medidas claras contra la crisis de la abundacia -un cambio de ecosistema que afecta con dureza los medios-, como explica Martin Wolf.
Mientras en España, el índice de riesgo de la economía es paralelo a la intervención de los políticos en ella, como el caso de las cajas de ahorros.
La casta política y sus ramificaciones clientelares en España está en la raíz de una gran parte de los problemas y la corrupción e ineficiencia del sistema, como explicaba hace unos días Víctor Lapuente.
Sin más transparencia política y del mercado, las crisis se repetirán sin que el dinero público y las leyes sean capaz de atajarlas ni prevenirlas.
Una reforma de transparencia democrática que se echa en falta en el borrador del G-20.
Actualización: Sarkozy y Merkel exigen más transparencia y control.