Tuesday, March 31, 2009

La venganza de la abundancia

¿Es el fin del gratis total en internet? Te cobran si quieres música sin anuncios, crecen en los móviles las aplicaciones de pago por contenidos, gigantes como Google cierran servicios y nuevas estrellas como Twitter o Spotify rebosan anuncios si no pagas. El derrumbe de la publicidad por la crisis hace temer un nuevo pinchazo de la burbuja y muchos se preguntan si el futuro de los medios y la tecnología volverá a ser de pago y resonará de nuevo el viejo grito de el contenido es el rey.
Tranquilos. La gratuidad no es una característica esencial del mercado digital. La abundancia, sí. Y el mundo digital crece. ¿Qué mejor que una crisis económica para la economía de lo gratis? Menos dinero = más valor para lo gratuito.
Sufrimos la venganza de la abundancia, no la crisis de lo gratis. La explosión de servicios y contenidos digitales ha erosionado su valor. Todo está a un clic. Pocos son capaces de cobrar por lo que otros dan gratis. La maldición ha caído sobre los medios, la tecnología, los contenidos y el propio mercado financiero con sus derivados, el crédito fácil para redistribuir el riesgo.
Hasta los móviles, tótem del ciberconsumo, regalan música y permiten llamadas gratuitas o a cambio de publicidad. Los defensores de la vuelta al pago en internet olvidan que hay más contenidos gratis que nunca, de más creadores –y muchos profesionales, como las televisiones-, con más redes de distribución, agregadores y filtros, y con barreras de acceso tan bajas que constantemente surgen nuevos proyectos y servicios. Muchos no conseguirán dinero para crecer por falta de interés, suerte o mercado. Otros, sí.
Una parte de su negocio será gratis, crece el modelo freemium: mucho gratis de baja rentabilidad, poco de pago con altos beneficios. Los viejos medios y tecnologías pueden olvidarse. Su problema no es la gratuidad, sino su incapacidad para rentabilizar su actividad. Un día fueron vacas lecheras –en terminología marketing- y hoy son perros, productos de bajo beneficio que lastran a las empresas. Es el mal de los diarios, atrapados en su producto y negocio tradicional. Pero otros sabrán sumarse al éxito del agua embotellada: cobrar por lo que otros dan gratis mejorando su envase, su disponibilidad y distribución, su imagen y su valor. El contexto es el rey, no el contenido.

Columna semanal en Público