Los españoles no dejan de pagar por la televisión pese a la crisis económica. La televisión de pago es el único medio que resiste junto a internet, además de los libros: entretenimiento barato y casero. Cae la publicidad, pero los televidentes se rascan el bolsillo, sobre todo por el cine, mientras el fútbol en pago por visión pierde frente a la Liga en abierto. La televisión de pago aguanta y creció en 2008 impulsada por la irrupción en el móvil y el cine.
La guerra del fútbol entre Mediapro y Prisa ha devuelto muchos partidos a la televisión en abierto y ha derrumbado el fútbol de pago. Resultado: 13,4 millones de encuentros pagados en 2008 frente a 15,6 el año anterior, según los datos anuales de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.
El cine resiste y la gente se queda en casa para ver las películas en lugar de salir a las salas. No disminuye el pago pese a las quejas por las descargas y la piratería. La crisis anima a muchos a preferir el sillón y a ver las películas en pago por visión: más de 13 millones de películas contratadas, 3,5 millones más que en 2007.
Así que en año de crisis crecen los abonados a la televisión de pago: más de cuatro millones al final de 2008 frente a 3,8 millones en 2007. Y la mayoría de ellos, televidentes insaciables, porque cuando la televisión ya está en todas partes los espectadores quieren llevarla también en el móvil. Casi 270 mil usuarios están abonados a los contenidos distribuidos sobre todo por Vodafone y Telefónica.
Las televisiones dejan de ser sólo canales y crece la importancia de la producción propia y la capacidad de distribuir contenidos a través de cualquier pantalla. Las televisiones se convierten en multiplataformas para ser vistas donde sea y en cualquier momento. El resultado es menos audiencia para las cadenas convencionales, que corren a hacerse fuertes en la TDT o en internet mientras se lanza la carrera de las fusiones tras la reforma legal aprobada por el Gobierno.
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