Sunday, February 06, 2005

¿Es el fin de Davos y Porto Alegre?

Los rituales acaban con las iniciativas. Los circos mediáticos y el negocio de los buenos propósitos internacionales: conferenciantes, viajes, estrellas bienintencionadas, políticos humanitaristas, sepultan muchas buenas voluntades e ideas. Los dos grandes escaparates mundiales de las dos caras de la globalización han acabado.
¿Qué han dejado Davos y Porto Alegre?
La esperanza es que el discurso de la globalización y el de la antiglobalización se parecen cada vez más. Por ahí hay un camino. La conciencia, aunque sea la mala, avanza.


Sharon Stone ofrece dinero para mosquiteras y pide a los reunidos que aflojen el bolsillo y hablen menos. Tras ella, Bono.

Quizá sólo se recuerde de Davos el gesto de Sharon Stone. Al Foro Económico Mundial se llevan celebridades para dar brillo y atraer la atención mediática.
La actriz no defraudó. Bono saludó mucho.
Conclusiones:
más tecnología ecológica para reducir la emisión de gases y el efecto invernadero;
crear un fondo para acelerar la ayuda financiera a los países pobres (y reducción de la deuda a través del G7);
eliminación de las barreras comerciales.
Recetas típicas de la globalización financiera con barniz ecológico.

Porto Alegre languidece. Sólo la estrella del presidente venezolano Hugo Chávez y su anuncio de crear Telesur, una CNN latinoamericana para luchar contra la desinformación globalizadora, animó la reunión de la ciudad brasileña conocida por sus presupuestos participativos.
Porto Alegre se ha convertido en el festival folclórico de la antiglobalización. Tanto que 19 personalidades del progresismo y los movimientos sociales han propuesto un nuevo Consenso de Porto Alegre para llevar a la práctica la fiesta y las proclamas del Foro Social Mundial.
Las propuestas:
cancelación de la deuda externa;
adopción de la tasa Tobin para los intercambios financieros;
promocionar el comercio justo y abierto;
control de la agricultura transgénica y de las reservas de alimentos;
avanzar en políticas de antidiscriminación;
y democratización de los organismos internacionales, con la idea estrella de mover la sede de la ONU del centro del poder (Nueva York), a una ciudad del sur subdesarrollado.
No todos están de acuerdo. Hay quien cree que unas cuantas luminarias de la antiglobalización se arrogan la representación por encima de los movimientos y activistas de base.
Pero Porto Alegre necesita ser práctico. Davos también.
¿Y si hicieran un congreso conjunto?


World Economic Forum | Annual Meeting
Foro Social Mundial | Balance
Consenso de Porto Alegre
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