Monday, December 10, 2012

Más pantallas para el cine


Una foto con mucha gente. Es el resumen de la primera reunión de una comisión entre el gobierno y la industria para diseñar el futuro de la financiación del cine español. Entre tantos aún faltaban los que todos menos los consumidores siempre relegan: el vídeo en internet. Tan presente con las descargas en las pantallas y aún incipiente en una oferta legal sometida a los intereses de una industria poco dispuesta a cambiar.

En la comisión mandan las televisiones y las grandes distribuidoras. Las teles quieren librarse de la obligación de financiar el cine con el 5% de sus ingresos. Las segundas mantener ventanas de exhibición –el lapso entre las diferentes formas de ver cine: salas, televisión de pago, DVD, vídeo bajo demanda, etc.- que castigan a los cineastas con falta de salas y desaparición de sus películas de las pantallas durante muchos meses. Además empujan a los aficionados a las descargas por la imposibilidad de ver las películas o las series que más gustan cuando se oye hablar de ellas.

El cine y la televisión quieren secar la vaca. El peligro es acostumbrar a los espectadores a otras alternativas de consumo inmediato, multipantalla y gratificación instantánea. Nadie quiere esperar para consumir ni para compartir. Es el mandamiento de una economía digital resistida por los que han sido dueños durante casi un siglo.

No es nuevo. El cine nació como un monopolio que se mudó a Hollywood para romper el cártel original hasta que convertirse en otro oligopolio. La televisión ha vivido de la exclusividad de las licencias hasta que internet ha borrado fronteras legales y entre pantallas.

Unos reclaman ventanas dinámicas para exhibir series y películas bajo demanda (VoD) cuando no están en otras pantallas: fin de la exclusividad de exhibición y aprovechar todo el catálogo que no se puede ver. Los productores, no depender de las televisiones ni del Estados y financiar el cine con un impuesto sobre la taquilla. La mejor solución es más oferta cuando la gente quiere verla, pero la resistencia de los lobbies es enorme.

Columna en los diarios de Vocento