Thursday, April 23, 2009

Susan nos salva

Perfecto. La cenicienta inglesa Susan Boyle arrasa en la televisión, internet y la prensa. Todos fascinados por el triunfo de una desempleada fea, que ha pasado los últimos años de su vida cuidando a su madre anciana y que una vez ya intentó cantar en televisión para fracasar, nerviosa. Pero Susan se reivindica ahora, reina de YouTube, con una canción de Los Miserables, el musical basado en la novela de Víctor Hugo sobre la bondad del convicto Jean Valjean y su amor por su adoptada hija Cosette.
Sorpresa en el paraíso de la telerrealidad.
Susan Boyle embelesa a millones de personas tras su actuación en un concurso de la televisión británica porque es fea, su canción es triste y porque sorprende como la trama de la pequeña Cosette y su valiente Jean Valjean en una era de pobreza y revoluciones.
La defensa de los desfavorecidos sigue haciendo clic en el corazoncito del ciborg sentimental. Expiamos remordimientos en la tele ahora que los confesionarios desgastan menos rodillas. El éxito de Susan nos hace buenos. Con lloros redimimos nuestro desprecio por los pobres, los feos y los desvaídos. Lloremos juntos un poco como por Jake Goody, la estrella de Big Brother que vendió su muerte de cáncer a la televisión para garantizar el futuro de sus hijos. Como Jean Valjean, moribundo, confesando al confundido Mario, prometido de su pequeña Cosette, que pueden disfrutar el dinero que les deja porque es legal. Como legal es la hipocresía audiovisual que nos deja a todos tranquilos y a las televisiones beneficiadas.
Susan Boyle podría ser un espectáculo británico, donde el tirón del sensacionalismo no ceja ni con la crisis de la prensa que achica las ventas de los diarios. Pero ahora es una estrella global gracias a la replicación de los formatos televisivos y la catedral YouTube. Susan arranca a cantar y nadie queda indiferente. Unos empalagados por el pastelón, la mayoría con lágrima fácil. Triunfa Susan y nos hace buenos a todos como a los despiadados jurados del programa. Confiesan su prejuicio y se redimen. Susan nos salva.

Columna para Vocento y otros medios