Google y Verizon han presentado al fin su propuesta sobre la neutralidad de la red. El gran buscador y la operadora de telecomunicaciones defienden una internet abierta y pública, pero excluyen a las redes móviles del principio de neutralidad, al igual que a las nuevas plataformas digitales de servicios avanzados o premium.
La esperada propuesta de los dos gigantes norteamericanos, tras las informaciones de la semana pasada, los acercan más a la postura defendida en Europa por las operadoras de telecomunicaciones y algunos gobiernos como el español. Propuestas encaminadas a asegurar el negocio y el desarrollo de los nuevos servicios móviles de banda ancha y garantizar el funcionamiento de las plataformas digitales en la era de la convergencia.
Los mejores ejemplos son las plataformas de aplicaciones para los móviles (iPhone o Android), la televisión en internet (IPTV como Imagenio o las aplicaciones de internet TV de alta calidad) o los contenidos de alta definición.
Internet tal como la conocemos debería permanecer libre, con acceso abierto a todos los usuarios y sin discriminación de servicios por motivos comerciales, pero el gigante de internet y la operadora defienden el pago para los nuevos servicios digitales o en movilidad.
En definitiva, respetan y se comprometen con los seis principios de la neutralidad de la red de la Federal Communications Commission (FCC), pero excluyen la banda ancha móvil y las nuevas plataformas digitales, lo que han llamado Servicios Online Adicionales:
"Un proveedor que ofrece un servicio de acceso a internet de banda ancha que cumpla con los anteriores principios podría ofrecer cualquier servicio adicional o diferenciado.
Estos servicios deberán ser distinguibles en su alcance y propósito del servicio de acceso a internet de banda ancha, pero podría hacer uso de contenidos de internet, aplicaciones o servicios y que podría incluir una priorización de tráfico.
The FCC podría publicar un informe anual sobre el efecto de estos servicios adicionales e informar inmediatamente si descubre que amenazan significativamente la disponibilidad de acceso a internet de banda ancha servicios o se han ideado o promovido de una manera diseñada para eludir la protección de los consumidores.
Google y Verizon reescriben las propuestas de la Comisión Europea que la comisaria para la Agenda Digital, Neelie Kroes, lanzó para abrir la consulta europea sobre la definición de una internet abierta y la neutralidad de la red.
Los grandes de internet y las telefónicas convergen: sus intereses están en un mercado digital parcelado en diferentes servicios y productos, con precios en función del acceso a una internet abierta y gratuita o a plataformas con contenidos y servicios premium.
Algo así como la aplicación de un gran modelo freemium para el mercado digital: gobiernos, reguladores, telefónicas, grandes medios (especialmente televisiones) y los dominadores del mercado digital, están de acuerdo en que los móviles y los servicios audiovisuales son el futuro de su negocio. Necesitan gran cantidad de banda ancha y un modelo de negocio sostenible, tanto para distribuidores como para productores y comercializadores.
Ese fracaso del negocio para algunos en el mercado de la abundancia digital se intenta ordenar con las nuevas propuestas que fijan una plataforma común y abierta a todos, internet, con acceso abierto a través de los navegadores, diferenciada de nuevas plataformas digitales con acceso prioritario y de alta calidad a contenidos y servicios premium. Plataformas que mejoran la experiencia de usuario más que los contenidos y diseñadas para una mejor protección de los derechos de propiedad intelectual y copyright, además de aumentar sus posibilidades de rentabilización a través de pago y precios superiores al acceso abierto a internet.
El modelo de la IPTV, la televisión en internet a través de banda ancha, y de las aplicaciones para móviles.
Por eso tanto en la propuesta de Google y Verizon como en los documentos y propuestas europeas, tanto del paquete telecom como de la consulta sobre la neutralidad, se pone el acento en la transparencia, información y derechos de los usuarios frente a la libertad de innovación y de ofrecer servicios digitales de alta calidad sin posibilidad alguna de discriminación en las redes. La característica que hasta el momento ha permitido el desarrollo de Google y sus servicios, del vídeo en internet o de la voz IP (Skype y resto de ofertas de telefonía en internet), pero también el surgimiento del streaming gratuito como alternativa de distribución y comercialización de contenidos digitales.
Todo apunta a que esa internet completamente abierta con su mantra de la información es gratis se acaba.
La nueva internet será más parecida a la televisión de pago. Una internet en parcelas con el mercado de la abundancia recortado, como con inteligencia ha conseguido Apple a pesar de las demandas de los defensores de las plataformas abiertas.
La clave será fijar el servicio mínimo y abierto de internet. Un derecho universal ciudadano y para todos -innovadores, emprendedores, empresas, colectivos, asociaciones, etc.-, sin discriminación, para no acabar con la capacidad social, de comunicación, ideas, política, informativa y comercial que ha tenido hasta ahora.
A la FCC y a la Comisión Europea, apoyada en los reguladores nacionales, toca el desafío de garantizar un nuevo servicio universal de acceso y uso de las telecomunicaciones digitales donde no se pierda nada de lo que internet ha hecho ganar a todos a pesar de las pérdidas de algunas industrias y profesionales en una de las mayores revoluciones tecnológicas de la humanidad.
En el caso de Europa, la proyección del estado de bienestar debería llevar a aparejada la construcción de un fuerte servicio público digital de acceso y contenidos (una gran plataforma pública) que garantice los derechos de los ciudadanos, proteja los contenidos y el dominio público, evite la brecha digital y sea un acicate para la innovación tecnológica y comercial de las nuevas redes, plataformas, contenidos y servicios.
De lo contrario, sólo las grandes empresas ganarán con esta separación de internet y los nuevos servicios digitales premium