Europa avanza hacia una legislación digital única. Una sola regulación para las telecomunicaciones con el aprovechamiento del espectro digital liberado por la digitalización de la televisión, la coregulación europea y nacional de ese dividendo digital considerado un bien público y la garantía de los derechos de usuarios y creadores, entre ellos las polémicas medidas de propiedad intelectual cuestionadas por hábitos digitales como el intercambio de archivos. Europa quiere mantener el control político sobre la televisión, más banda ancha para los ciudadanos de la Unión y precios más bajos, sobre todo para los móviles, además de favorecer la competencia entre telefónicas agilizando la portabilidad.
Más derechos son también más obligaciones y la UE no camina hacia una revisión de sus políticas por los hábitos y costumbres de Internet, sino que implantará en la Red la legislación, la cultura y las políticas tradicionales.
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