Monday, February 08, 2010

Telefónica amenaza la neutralidad de la Red


El presidente de Telefónica, César Alierta, ha sido claro: "Lo que es evidente es que los buscadores de Internet utilizan nuestra red sin pagar nada, lo cual es una suerte para ellos y una desgracia para nosotros. Pero también es evidente que esto no puede seguir. Las redes las ponemos nosotros; los sistemas los hacemos nosotros; el servicio postventa lo hacemos nosotros, lo hacemos todo. Esto va a cambiar, estoy convencido".
La alarma avanza. La neutralidad de la Red no impedirá que en Europa haya ciudadanos premium y de segunda clase.
Los primeros, dispuestos a pagar por los servicios digiales avanzados, de la banda ancha a las aplicaciones de móviles (otro de los objetivos señalados por Alierta), la telefonía por internet o el cloud computing cuando todo está en la red.
Las telefónicas hasta ahora han hecho pagar al usuario final. La disponibilidad de contenidos y servicios en internet es el principal motor del crecimiento del negocio de las operadoras y ha hecho que en España se alcancen los 9,7 millones de líneas de banda ancha.
Pero el aumento del streaming, la voz en internet (voIP), y los contenidos y aplicaciones en la red aumenta sus demandas para cobrar a los creadores y gestores de servicios digitales. Entre los objetivos está la financiación de las nuevas redes y participar en un negocio en crecimiento cuando no parece factible aumentar el precio de conexión de los usuarios por el aumento de la competencia.
Quizá las telecos olvidan que disfrutan del dominio público radioeléctrico para su negocio y que deben respetar algunos principios, pocos, de servicio público. Y también que el intento de imponer licencias chocaría con la independencia funcional. Muchas operadoras, como Telefónica, además de comercializar las redes, son propietarias de servicios de internet como portales (Terra), correo electrónico, aplicaciones (como las que Telefónica intenta explotar para sus móviles), etc. Además de servicios audiovisuales y televisiones, de Imagenio a sus participaciones en plataformas como Digital Plus.
Las autoridades de la competencia también tienen algo que decir en esta batalla.
La Comisión Europea ya ha dejado vía libre al reconocer que la neutralidad de la Red -reafirmada tras la aprobación del Paquete Telecom con una mínima definición- no significa impedir a las telefónicas una "legítima gestión de la Red", en palabras de la comisaria Viviane Reding. Neelie Kroes, comisaria encargada de la agenda digital, parece más dispuesta a no permitir la discriminación comercial.
El compromiso de la Comisión Europea se inclina por sostener la neutralidad de la Red con una garantía de acceso a un mínimo de servicios y la interoperabilidad de las redes, pero no excluye el pago y las licencias por servicios avanzados.
Una visión que se está imponiendo con la marca de ligera corregulación o nuevo consenso y que obligaría a los proveedores de servicios y contenidos: buscadores, audiovisual, streaming, p2p, etc. a pagar licencias a las telefónicas.
Es una de las prioridades de BEREC, el nuevo regulador europeo de telecomunicaciones, que este año debe pronunciarse sobre la neutralidad de la red.
Hace sólo unos meses que el gobierno norteamericano reforzó su voluntad de preservar la neutralidad de la red con dos nuevos principios: no discriminación y transparencia en la gestión, enunciados por Julius Genachowski, presidente de la Federal Communications Commission (FCC).
La FCC permite a las telefónicas regular la velocidad de sus redes por motivos técnicos -saturación, problemas en la red, etc.- pero no por motivos económicos. Europa parece más empeñada en estimular el tendido de las lineas de nueva generación y dejar a las telefónicas, entre las que están todavía los viejos monopolios, la posibilidad de cobrar a los proveedores por sus servicios.
En el debate está el futuro de una red abierta y libre, el acceso de los ciudadanos a la sociedad de la información sin más restricciones económicas, y el desarrollo de un nuevo modelo de gestión y rentabilización de internet que los operadores de telecomunicaciones, igual que las televisiones, diarios, industria de la música, etc. quieren que sea compartido. Todos presionan para acabar con la franquicia de las empresas de internet y repartir los beneficios del acceso de los usuarios a los contenidos y servicios. A cualquier coste.