Mi análisis en el diario Público sobre la iniciativa de Telefónica y el ministro de Industria para acabar con la neutralidad de la red en Europa:
El Gobierno quiere convertir su presidencia europea en motor de las tecnologías de la información. Tanto que el ministro de Industria está dispuesto a limitar la neutralidad de la red, la garantía para no discriminar servicios y contenidos en internet, con una tasa Google. Más banda ancha y mejores precios para los ciudadanos a cambio de limitar la competencia y la innovación. El objetivo es incluirlo en la próxima Declaración de Granada con el refuerzo de la propiedad intelectual. Los reguladores discuten este año la neutralidad en varias reuniones ya previstas con asistencia de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. Internet de peaje para navegantes y empresas digitales.
En la mira de las operadoras están el audiovisual y la convergencia con la televisión –YouTube o el iPlayer de la BBC-, el streaming de música -Yes.fm, Spotify-, la telefonía gratuita en internet –Skype-, además de las plataformas móviles y aplicaciones como las de iPhone que permiten el acceso directo a contenidos y servicios.
Las telecos quieren dinero y blindaje de sus inversiones en redes de nueva generación y banda ancha móvil. Se quejan de que sólo ellas invierten mientras buscadores y redes sociales se adueñan de los nuevos negocios. Olvidan que disfrutan del dominio público y que gracias a internet crecen los abonados de banda ancha y el consumo en los móviles.
Los ciudadanos y el acceso a la sociedad de la información importan sólo como consumidores. Las telefónicas buscan nuevas ofertas cuando se especula con el fin de la rentabilidad de las tarifas planas, que estos años han multiplicado el negocio.
El ministro Sebastián abre juego. Apoya las demandas de las telefónicas para crear un mercado único y aumentar el poder de las empresas europeas. A cambio, banda ancha de un mega para todos y la promesa de servicios de mayor calidad. Las telecos ofrecen una especie de discriminación positiva: el abonado paga por mejores servicios y las empresas de internet para mejorar su oferta. Una opción que se abre camino en Europa y que los grandes de internet consideran aceptar, igual que Bing ha suscrito alianzas con varios medios para mejorar sus búsquedas. ¿Surgirán en el futuro nuevos Google, YouTube o Facebook? Sin dinero, difícil. Menos competencia. Internet en parcelas para ciudadanos premium.