Sunday, February 07, 2010

Gil Scott-Heron vuelve


Gil Scott-Heron me gustó antes de que pudiera entender sus letras. Siempre fue la cara más oscura del funk. Más tenebroso que Sly Stone, más político que la mayoría del funk y el soul. The Revolution Will Not Be Televised lo haría famoso más allá del ghetto a mediados de los 70 y su furia y ese fraseo del primer Wayne Shorter o de los excesos místicos de Coltrane sería la cuna del rap.
Y lo coronaron padrino de todos los que desde entonces babean las calles y saben que bajo los adoquines sólo hay mierda.
Y hay que rascar y rascar para la poesía.
Scott-Heron es para mí Jonathan Lethem y la perdición de The Fortress of Solitude. Surco a surco.
Scott-Heron vuelve para seguir haciendo poesía y política social cuando Estados Unidos tiene un presidente mulato y Joe Trippi, que eligió el nombre de su canción más famosa para retratar el nacimiento de la ciberpolítica, puede seguir pensando que la puta revolución vive ahora comercializada por Facebook y Sarah Palin es la encarnación con bata de Doris Day de la revuelta republicana.