Sunday, June 26, 2005

La corrección pop de Nick Hornby

A long way down es la última novela de uno de los mayores fabuladores de la vida pop desde los años 90 del pasado siglo. Nick Hornby reúne a cuatro desesperados dispuestos a suicidarse y les salva la vida porque el pop es autosafisfacción. Te puedes pegar un tiro en un guitarreo rock, pero queda fatal hacerlo escuchando a Saint Etienne.
Cuatro desesperados se reúnen para tirarse de un tejado y acaban convirtiéndose en un grupo de autoayuda. Es lo que pasa cuando se ha leído demasiadas veces El guardián entre el centeno.
Nick Hornby es un buen tipo que ha tenido suerte gracias a las canciones ñoñas y los pijos pop. Los amables noventa necesitaban un best seller de cabecera y llegó NH con Alta Fidelidad. El tararareo duró hasta 31 Canciones y sigue.
En su última novela Hornby recurre a los riffs (repeticiones constantes del mismo tema, algo así como el leit motiv) y ejerce de gran escritor con cuatro monólogos. Un fino estilista. Un manifiesto riff, dicen en The Guardian.
En la novela de NH (no confundir con los libritos de cuentos de estos hoteles) todo acaba bien a pesar de las depresivas reflexiones de chat de los protagonistas. Es la ley del pop. O la respetas o pierdes lectores. ¿A quién le importan los muertos?
Diego Manrique entrevista al autor en El País y le llama Fabulador de lo cotidiano. Eso lleva haciendo Hornby todo este tiempo. Es el autor del pop políticamente correcto. Una mierda, vamos. Un tramposo escritor de best sellers.
Hornby aleja el dolor, la violencia, el regusto agrio del sexo, la concentración de las horas de WC. La vie en rose o una canción ñoña. Los riffs de NH no duelen como los de Keith Richards, son tan falsos como los retumbantes tambores de Ultravox.
Hornby explica porqué ya no escribe para The New Yorker: "Leer The New Yorker es un placer, pero trabajar para ellos se parece a una pesadilla. Tienen esta cosa tan estadounidense de comprobar los datos hasta el mínimo detalle. Yo les mandaba un texto y me pasaba luego tres semanas atendiendo sus llamadas, que -por el horario de Nueva York- me rompían la tarde".
Hedonismo pop para lectura con easy listening de fondo.

Guardian | Nick Hornby