El sueño de la TDT se marchita. Tras el deceso de CNN+, Veo 7 pone la pausa y suprime informativos para ocupar el canal con el mínimo coste. No serán las últimas víctimas de un mercado de televisión insostenible.
La abundancia de la TDT, con más de un millar de licencias en todo el territorio y una treintena en abierto por demarcación, no tiene quien la financie. El encendido digital ha intentado convertir en gratis lo que en otros países es televisión de pago. Una burbuja digital tan anunciada como la del ladrillo, pero que nadie ha querido evitar.
La voracidad de los grupos de prensa por convertirse en multimedia pone en apuros a Unidad Editorial y otras cadenas de bajo coste y tertulias omnipresentes.
La audiencia no responde y se consolida la vieja concentración: Telecinco fagocita a Sogecable para dominar la mitad del mercado, acompañada de lejos por Antena 3 y La Sexta si consigue resistir la presión de los derechos del fútbol.
Junto a ellas, las autonómicas hasta que no se decida su privatización o el fin de su publicidad, como en RTVE.
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