Todos necesitamos un lugar donde estar. Donde relacionarnos con otros. Un sitio donde vivir la hipermodernidad sin angustia por el “doble caos de la abundancia y la inmediatez”, palabras del filósofo Gilles Lipovetsky. Para muchos ese refugio de orden es Facebook y el omnipresente botón azul de Me gusta la clave para compartir, conversar, meterse en el muro de contenidos y relaciones de los demás (el timeline de cada usuario). Tras la magia de ese botón y del poder de la plataforma líder de las redes sociales corren muchos anhelos de personas, grupos de todo tipo, medios o proveedores de contenidos que confían en un clic en ese destello azul para ser parte de la vida del hiperconsumidor digital.
Facebook es sinónimo de internet para muchos igual que lo fue Google. Si una web quiere existir en la economía de la atención y llegar a más audiencia el botón Me gusta para recomendar o compartir y el SEO, optimización para salir entre los primeros en las búsquedas de Google, son sus dos principales herramientas. Pero la diferencia es cada vez más importante. Por Google se pasa rápido, igual que por la mayoría de las páginas resultado de las búsquedas, pero cuando un amigo o persona con la que te relacionas recomienda un contenido, el interés crece. La diferencia se agranda cada día en las mediciones de los medios digitales, conscientes de que con el buscador se llega a sus contenidos pero con la red social se consume con más intensidad y se difunden viralmente.
Con 15 millones de usuarios en España, dos tercios del total de internautas, y casi 700 en el mundo, una pequeña caída o ralentización en su crecimiento en los países con más usuarios, no son para alarmarse, aunque la hipereconomía de la red viva el instante con la misma urgencia y devoción con la que los usuarios atienden su muro de Facebook.
La red social ha mostrado su poder en el 15-M o las revoluciones árabes. Y lo hace cada día creciendo en aplicaciones y contenidos que buscan atención y audiencia. El éxito digital es efímero, pero hoy Facebook es una plataforma, un ecosistema digital donde se vive y se comparte como nunca.
Columna en los medios de Vocento