Thursday, June 03, 2010

El telestado sufre

La TDT sienta mal a las autonómicas. Encadenan pérdidas de audiencia y se hunden desde el apagón analógico. Caen a un mínimo histórico del 11% de cuota. Canal Sur perdió en mayo 1,7 puntos; la gallega TVG, 1,5, igual que la valenciana Canal 9. La vasca ETB pierde 0,6 puntos y sólo la catalana TV3 se sostiene con un 15,7% de audiencia y crece un punto respecto a abril. En ese primer mes digital tras el apagón analógico las autonómicas perdieron 1,1 puntos. La mayoría no llegan al 10% de la audiencia, pero acumulan canales digitales.

La sangría también es económica. Pierden alrededor de 1.500 millones de euros anuales con unas subvenciones de 800 millones. Una factura que se añade a los más de 500 millones públicos para RTVE, la única cadena pública junto a TV3 que son líderes de audiencia. ¿Es necesario?

Gran parte de los nuevos canales privados autonómicos y locales están abandonados. El telestado del bienestar no da para tanto y las públicas son un tapón para las nuevas cadenas y los servicios audiovisuales en internet a pesar del discutible servicio público que prestan. Una función mal definida por la nueva ley audiovisual para mantener el poder de los políticos.

Varios responsables autonómicos y locales creen que ha llegado el momento de frenar. Esperanza Aguirre ha declarado que privatizaría Telemadrid si pudiera y el alcalde Gallardón acaba de cerrar la emisora local esMadridTV.

Mientras, RTVE mantiene el liderazgo sin publicidad y sus responsables debaten cómo sostener dos múltiples digitales con siete canales (La 1, La 2, Clan TVE, 24 Horas, Teledeporte, un canal en alta definición y el Canal Parlamentario). Cierra Cultural.es para ahorrar siete millones de euros, un canal sólo disponible en televisión de pago, y La 2 abandona el deporte para someterse a la división temática.

¿Hace falta tanto? Es defendible un servicio público digital, pero su objetivo no son las grandes audiencias ni ahogar al resto del audiovisual. Se agradecería más transparencia, ahorro, exigencia e independencia de los políticos. Televisión, no telestado.

Columna en los medios de Vocento