Mario García y yo pasamos algunos días trabajando en la biblioteca de Agustín Edwards en el primer gran rediseño y la reingeniería de la redacción de El Mercurio para adaptar el viejo diario al siglo XXI. Entre dos grandes hileras de libros y pasillos colgantes pergeñamos una estrategia para preparar el diario para los desafíos de un nuevo país y un nuevo siglo.
Poco después, en aquella biblioteca amplia y repleta de volúmenes sobre casi cualquier tema donde una cámara de seguridad guarda joyas bibliográficas, Mario García ideó Pure Design, uno de sus muy recomendables libros sobre diseño de la información. Estaba atrapado tras el bloqueo de los vuelos por los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Y Mario no para jamás.
Un incunable con las fábulas de Esopo le inspiró. Como en las fábulas, Mario reivindica en Pure Design la legibilidad, la simplicidad y una arquitectura perfecta apoyada en los pilares del diseño periodístico: palabras, tipografía, maqueta, color, imágenes y proceso.
Ahora se puede leer por capítulos en su blog.