Wednesday, July 01, 2009

Destrucción creativa en el P2P

Malos tiempos para el P2P. The Pirate Bay, la página de descargas condenada por intercambio de archivos y que impulsó un partido político que logró un eurodiputado en las pasadas elecciones, ha sido vendida. ¿Para qué? Para desarrollar un modelo de distribución de pago y para pagar la multa y los costes legales de su procesamiento. ¿El negocio y la presión pueden con el P2P o es una evolución?
¿Es el fin del intercambio libre de archivos en internet? Eso parecen pensar muchos usuarios de The Pirate Bay (TPB), enojados por una traición de las que no se perdona en la ciberesfera del gratis total. Pero sus fundadores lo tienen claro: "Entendemos que estéis enfadados. Pero necesitamos mantener el sitio y esta es la única alternativa". Y siguen sosteniendo que "lo importante es compartir".

Prometen que el equipo fundador "no cejará de ser activo en las políticas de internet" con músculo financiero para desarrollar nuevas tecnologías. "Los beneficios de la venta irán a una fundación para proyectos sobre libertad de expresión, de información y apertura de las redes". El P2P no renuncia a sus ideas.

Todavía no se sabe qué hará Global Gaming Factory con uno de los sitios claves y más emblemáticos de los últimos años para el intercambio de archivos. Por ahora su promesa es desarrollar "nuevos modelos de negocio" donde puedan convivir "los proveedores de contenido y los propietarios de derechos por ser pagados por el contenido que se baja en el sitio", según Hans Pandeya, responsable de esta empresa de gestión de herramientas para cibercafés.

La suerte de otros sitios P2P como Napster y Kazaa parece perseguir a The Pirate Bay. Sus creadores ya aseguran que no seguirán manteniendo los archivos .torrent que permiten localizar las descargas y tranquilizar a los usuarios dando de baja a todos los que no quieran mantener sus cuentas en la nueva etapa.

Es el sino del P2P. Como dicen los responsables de TPB, "en internet, lo que no evoluciona, muere". El P2P también debe hacerlo cuando el streaming –la publicación de contenidos bajo demanda en internet sin descarga- y las redes sociales están cambiando las reglas. Es una evolución tecnológica pero también del negocio.

El P2P sigue siendo una de las tecnologías más eficientes para la distribución de contenidos, pero el abaratamiento de los procesadores, las memorias y el crecimiento del ancho de banda impulsan el cloud computing y nuevos negocios y servicios donde los proveedores de contenido pueden controlar la distribución y la publicidad.

El error de la música, incapaz durante años a crear un modelo de negocio para sus contenidos en internet no será repetido. Ahora manda el vídeo y las televisiones. En el momento económico, con la audiencia y la tecnología adecuada para evitar que el P2P o competidores como Apple se conviertan en los dueños del negocio.

Un reciente informe de Cisco, una de las mayores compañías tecnológicas del mundo, indica que el P2P seguirá creciendo los próximos años, pero su peso en el tráfico total de internet bajará y será superado por el vídeo en 2010.

El vídeo es el rey, para ordenadores y televisores, con distribución a través de internet de banda ancha. Pero en la era de la convergencia ganan las televisiones, que se convierten en plataformas y pueden rentabilizar sus contenidos y publicidad en todas las pantallas. Y la música ya sabe que puede sobrevivir con servicios freemium o de pago.

Es la hora de la destrucción creativa para el P2P. Aún hay tiempo y lo lleva haciendo mucho tiempo, desarrollando protocolo tras protocolo y abriendo nuevos servicios cuando otros eran cerrados por la persecución legal.

Desarrollo tecnológico, consolidación de internet como medio con grandes públicos, madurez de los sistemas de recomendación y redes sociales, y la necesidad de encontrar nuevas fórmulas de financiación para la creación y distribución de contenidos son las claves del futuro inmediato. Y para que ese futuro esté bien distribuido, parafraseando a William Gibson, necesitamos nuevos servicios capaces de agregar contenidos donde el criterio social oriente el consumo en la economía de la abundancia. Es el criterio P2P y no va a perderse, aunque cambien sus plataformas y su negocio. Ya nadie quiere perder el público y los consumidores que ha creado.

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