Friday, July 17, 2009

Gratis y móvil

Imagina liberarse de los pesados ordenadores, aunque sean portátiles. Usar aparatos livianos y móviles, siempre conectados a internet y de encendido rápido. Con acceso a todos los programas necesarios para el trabajo y el ocio. Es la promesa de una nueva era móvil y de conectividad total hecha primero por Google y ahora seguida por Microsoft, competidores por el trono digital. Y todo gratis. Los gigantes digitales luchan por el mercado y los usuarios con innovación y ofreciendo gratis lo que antes se cobraba. Un triunfo por impregnación de la cultura del software libre. De la era del caro PC a la web gratuita, donde todo está y todo es accesible.

Google quiere crecer atrapando más tiempo a más usuarios en sus servicios, donde la publicidad y los datos de los usuarios pagan todo. Y ya sabe que gana más dinero comercializando publicidad en sus webs que distribuyendo anuncios contextuales en otras. Microsoft quiere parte de esa apetitosa tarta y mantener su liderazgo en el corazón de más del 90% de los ordenadores y con la mayor parte de la gente y las empresas utilizando sus programas.

Los dos confían en el futuro de la web. Un lugar donde se llega a todo a través de cualquier pantalla, del móvil a la televisión. Aparatos y aplicaciones para que todo el mundo pueda crear más, compartir más, consumir más, acceder a más contenidos e información.

Mientras los gigantes de la Red y el software convierten la web en un gran sistema gratuito, Obama intenta crear una Casa Blanca más transparente y en contacto con los ciudadanos gracias a internet. La Comisión sueña una Europa 3.0 con un gran mercado único digital, más redes de nueva generación, menos peleas por derechos de autor y más contenidos: un estado del bienestar digital al que se suma hasta la música gracias al streaming que hace innecesarias sus odiadas descargas.

Los medios parecen ahora expulsados de ese paraíso, en busca de volver a cobrar: los diarios por información y las televisiones con nuevos canales de pago. Pero el público sabe que su tiempo y atención son tan valiosos como los contenidos.

Columna semanal en Vocento y otros medios