¿Sobrevivirá el fútbol a Beckham?
Beckham llega el miércoles a Madrid y con él cambia el partido. Beckham es una megaestrella de una constelación todavía inexistente en España. Une pasión adolescente, simbolismo de clase (para los ingleses), corazón cuché y fútbol.
La Liga no ha tenido nunca nada parecido. Hasta ahora los futbolistas son pateadores de balón y pese a las camisetas estridentes, los peinados de pasarela y las poses chulescas, nunca han pasado al ámbito del auténtico star system.
Ronaldo es grande, pero como balón de oro. Zidane puede ser estratosférico, pero nadie se imagina a las jovencitas corriendo tras él. Raúl tiene esa cara de niño bueno de instituto que su cambio agresivo de look (sobre todo después de su boda) no consigue disimular.
Las ruedas de prensa de los futbolistas son uno de los últimos reductos del machismo mal entendido, con jovenzuelos lenguaraces soltando tacos para solaz de apoltronados periodistas deportivos. Y el taco sin "intención" ya no se lleva.
Pero el ídolo no hace esas cosas.
Llega Beckham. Y en él confía Florentino Pérez para que la burbuja de la Liga de las Estrellas no caiga antes que la inmobiliaria. Ya le echará una mano Polanco, por Audiovisual Sport que le trae.
¿Se imagina la escena del ídolo con Alfonso Celemín –ese simpático español pequeño, regordete y feo– en el glorioso césped de Chamartín? ¿Resistirán las cámaras y la (supuesta) nueva audiencia el contraste? ¿Cambiarán al hispánico Celemín por Anne Igartiburu, esa nueva raza hispana y cosmopolita a la que no se conoce mala palabra? ¿Reconciliará el inglés a adolescentes y padres ante los minutos deportivos del televisor?
¿Pondrán definitivamente el fútbol antes del Telediario, con Ana a la cabeza? Así pelota, sexo aspiracional y glamour irán juntos. Quizá sea el momento para eliminar definitivamente del Telediario los muertos feos y los políticos horrorosos. Un mundo feliz.
¿Por qué no establecer un umbral de belleza (aunque sea artificial) para salir en la tele?
Dicen las malas lenguas que los Beckham, David y Victoria, se aburrirán en la meseta. No hablan español, no tienen amigos, Marbella no es Saint Tropez, Victoria aquí no pinta nada frente a las Ketchup, Pocholo y Sardá, y no tenemos prensa amarilla, sólo TV basura.
El Hola ya piensa en multiplicar sus ventas en el mercado hispano de Estados Unidos pero, ¿están preparados Marca y As para el ídolo y sus fans?
¿Cómo se recibirá a las chicas de Cosmopolitan en los entrenamientos? ¿Resistirán los raciales fotógrafos deportivos el empuje bucanero de los paparazzi?
Los cantantes de ópera se quejan de la pujanza de los directores de escena, empeñados en la buena presencia frente al virtuosismo sustentado en peso y potencia vocal.
¿Pasará lo mismo con los futbolistas? ¿Sólo los reservas y los defensas podrán ser feos?
Menos mal que Rivaldo ya no juega en España.
El Madrid intenta poner coto prohibiendo a la prensa del corazón asistir a la presentación.
¿Resistirá el mito Beckham sin prensa amarilla (declarada)?
¿y el fútbol a Beckham?