La oficina, eterna enemiga de la difusión
Los diarios siempre han perdido ejemplares en las oficinas, aunque siempre han ganado lectores. Nadie concebe una oficina sin diario –especialmente si pertenece a la Administración–, además el ejemplar procede normalmente de suscripción gratuita o venta en bloque. La tendencia se ha mantenido e incluso crece en Internet, con los problemas subsiguientes para aumentar la difusión o sostener un modelo de pago y con el consiguiente cabreo de los patronos, que pagan horas de producción para que sus empleados se ilustren.
En las horas de oficina se concentra el 70% del tráfico de los sitios pornográficos (SexTracker) y entre el 30 y el 40% de las visitas no se realizan a webs relacionadas con el trabajo del internauta (IDC).
Una reciente encuesta afirma que la información vuelve a abrirse paso en la oficina, según Websense las noticias han superado al porno como contenido más adictivo: el 23% de los oficinistas están más atraidos por los sitios informativos que por cualquiera otros.
Una nueva antigua oportunidad para la audiencia y una mala noticia para la difusión y el pago por contenidos.