Wednesday, February 27, 2008

Víctimas del terror y la política

A Javier Pérez Aja lo han intentado matar dos veces. A tiros en la cabeza y con balazos de rencor y propaganda.
Pero está vivo. Y protesta en una carta abierta en Público y El País:
"Llevamos ya demasiado tiempo asistiendo al uso interesado de nuestro dolor para usarlo en la confrontación política. ¡Qué siniestra paradoja! Que nuestro dolor se haya convertido en un arma para hacer daño a los que no piensan como ellos.
Ahora ya sólo servimos para teñir de sentimentalismo un pobre discurso electoral. De un tiempo a esta parte tengo también la sensación angustiosa de que me hacen revivir mi muerte para que odie a mis amigos, a mis compañeros, a mis familiares, a los que me quieren.
Deseo que no haya más odio criminal ni más odio electoral. Pido la paz y la palabra"
.
Como él, muchas víctimas están horrorizadas por la manipulación del PP y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Y no entienden cómo se puede acusar a un presidente del gobierno de agredir a las víctimas.
Pero así es este país de la política cainita y del miedo.
El terrorismo altera y somete la política española desde hace demasiado tiempo. Durante muchos años el consenso era claro: acabar con los criminales, lograr la paz, proteger a las víctimas, volver a la libertad en Euskadi, de todos, con política, sin pistolas ni bombas.
¿Será posible recuperar esos consensos?
La política de las emociones y el miedo revive el dolor y se aprovecha de esa herida para provocar la reacción inmediata y acrítica del votante.
Oír más allá de las proclamas es importante. Ni más odio criminal ni electoral, pide un hombre al que han querido matar dos veces.