Otra vez una tragedia, el accidente del metro en Valencia que ha dejado 34 muertos y numerosos heridos, hace explotar el periodismo ciudadano en la Red. Los grandes medios han solicitado inmediatamente los testimonios y las fotos de los lectores como ocurrió en anteriores ocasiones.
Los medios digitales se llenan de testimonios, una de las fortalezas y ventajas de promover la participación de la audiencia en una actualidad que ya es la vida mediatizada gracias a la multitud de instrumentos de comunicación al alcance de los ciudadanos.
El dolor y la indignación son dos detonadores imparables de la voz de la audiencia.
De la lejanía de los medios con la gente hemos pasado a una cercanía y una explosión comunicativa que plantea nuevos desafíos al periodismo:
>> La separación entre los testimonios que ayudan a entender la información sobre la tragedia de los que sólo alimentan el morbo y el amarillismo.
>> La necesidad de distinguir entre relatos de testigos presenciales y opiniones con mensajes de dolor, pésame o acompañamiento, que son otra escala de valor en la noticia.
>> El periodismo es una labor de verificación. La abundancia de mensajes no debería eximir de su comprobación para evitar manipulaciones.
>> Las fotos son de los contenidos más visitados en estas ocasiones y la abundancia de cámaras digitales y móviles estimulan su uso por las víctimas y testigos de accidentes y tragedias. Los medios digitales saben que su tráfico sube mucho con la publicación de galerías de imágenes. La publicación de fotos del público debe respetar los mismos criterios éticos de los profesionales.
>> La sobreabundancia de testimonios puede provocar ruido, el efecto contrario al deseado. Si la escasez es pobreza informativa, el exceso pierde al lector y confunde la información en lugar de completarla.
>> La denuncia de deficiencias no exime a los medios del error de no haber detectado antes los problemas de infraestructuras, seguridad o responsabilidad institucional.
Un vistazo a los distintos medios a esta hora es ilustrativo de la cercanía de los lectores a unos y a otros (elmundo.es, elpaís.es, abc.es, 20minutos.es). El tratamiento que cada uno está dando a las aportaciones del público indica su profesionalidad y responsabilidad.
Otro elemento interesante es la concentración en algunos medios de la denuncia ciudadana contra la política municipal y autonómica por encima de los testimonios de los testigos o las muestras de dolor del resto de la población.
En los medios valencianos, que padecen una falta de recursos profesionales importante en sus ediciones digitales, la apuesta por la participación es mínima. Tanto los diarios Las Provincias como Levante informan del accidente sin ese llamamiento directo a la participación. Tampoco la televisión autonómica Canal Nou, que tiene una web muy limitada. El digital Panorama Actual sólo recoge condolencias con las víctimas.
Una de las mejores decisiones tomadas hasta el momento ha sido la eliminación de las teorías conspirativas sobre un presunto atentado terrorista que surgieron a primera hora y que tuvieron cierto eco en los foros y blogs enfermizos de estas reacciones.