Google llega a los
ojos. En la busca del aparato perfecto del ciborg sentimental, esa identidad tecnificada, social,
consumista y emocional que domina a los usuarios de las nuevas tecnologías.
Google presenta Project Glass, su prototipo de gafas de realidad
aumentada. Un paso inevitable en la integración del móvil, redes sociales, aplicaciones, búsquedas y
geolocalización con los usuarios. El camino más rápido para potenciar los
sentidos y el conocimiento: superar la biología con tecnología. ¿Queremos vivir
en un mundo filtrado por la visión de Google o cualquier otra megaempresa
tecnológica?
Los fundadores de
Google, Larry Page y Sergey Brin, son fervientes seguidores de Raymond Kurzweil
y la singularidad, una tesis para transcender la capacidad
humana más allá de las limitaciones biológicas gracias a la tecnología. La realidad aumentada y su
materialización en las aplicaciones móviles, su aplicación más cotidiana, se
perfeccionan con esas gafas que sitúan las ventajas del universo del teléfono
inteligente más cerca del cerebro (ya se investiga con lentillas), todavía con un aparato exógeno antes de su
implantación en nuestro cuerpo.
Ver a través de las
gafas de Google resucita fantasmas luditas y antitecnológicos, pero también
incógnitas sobre la información que nos rodea y nos llega en la vida cotidiana,
quién la domina, cómo se filtra, la privacidad y la apertura de los sistemas para
su control por los usuarios o su cierre en plataformas tecnológicas y
comerciales. ¿Visión potenciada o una mirada consumista y comercializada?
Project Glass ha
elegido una visión lúdica y despreocupada para su presentación. El protagonista
del vídeo se relaciona en las redes sociales, vive disfrutando sin asomo de
trabajo u obligaciones, se sorprende y fotografía grafitis y toca el ukelele.
El ciborg sentimental, consumista, dominado por emociones y relaciones, frente
al ideal ilustrado del ciudadano libre y racional.
Las gafas de Google
son un proyecto que rescata de la ciencia ficción la expansión del universo
móvil y las aplicaciones. Pero también una visión de nuestro futuro y un aviso
sobre cómo veremos el mundo que estamos creando.
Columna en los diarios de Vocento
Columna en los diarios de Vocento