Si todo existe para acabar en una fotografía, como nos advirtió Susan Sontag, entonces la compra de la aplicación de móviles Instragram por Facebook es un buen negocio. Facebook se hace dueño de la mirada compartida y las imágenes etiquetadas de la gente. El precio, una cuarta parte de su facturación de 2011: 762 millones de euros (mil millones de dólares) por una empresa sin beneficios, pero que ya cautiva a 27 millones de usuarios que multiplicará con el lanzamiento de su aplicación para móviles Android.
Las fotos son el flujo social tanto como los textos cortos y los enlaces de los usuarios en las redes. La vida está llena de instantes decisivos, pero también de pequeñas imágenes y recuerdos con los que construir la memoria personal, del amor, la amistad y la colectiva. Quien posee las imágenes se adueña no sólo de una parte importante del conocimiento, sino sobre todo de la emoción y los sentimientos, la base del engagement (consumo y fidelización) de los usuarios con los servicios digitales.
Facebook lo sabe, como antes los pintores rupestres, las religiones, el poder institucional y la televisión, soberana de la atención y el tiempo de consumo sin amenaza hasta la aparición de las redes sociales. Con la aplicación Instagram se toman imágenes a un solo clic –a las que luego se aplican filtros profesionales o artísticos- mientras la aplicación de Facebook para iPhone necesita seis clics para captar una foto.
Mark Zuckerberg sabe que no se puede dominar la atención y el engagement de los nativos digitales, hijos de la cultura de la imagen, sin simplificar su comunicación y su muro de imágenes.
Somos una imagen etiquetada en la red social. La gente y la realidad son publicadas, compartidas y etiquetadas en las redes sociales. La vida es una fotogalería donde el ojo de los otros construye tu imagen. Facebook necesita una aplicación como Instagram para mantener su primacía en las redes sociales. El teléfono móvil es la cámara universal y el muro de imágenes la extensión de la personalidad y el lugar de encuentro muchos usuarios.
Zuckerberg cree dominar el álbum de fotos bien vale 33 dólares por usuario, mucho más de lo que por ahora consigue Facebook por cada uno de sus 850 millones de perfiles.
Columna en Estrella Digital