La campaña se jugaba a un solo tiro en televisión. Rubalcaba sólo tenía una bala: movilizar a la izquierda indecisa y desconfiada con el miedo a la derecha. A Rajoy le bastaba con un tiro: el miedo a la crisis. Los dos esquivaron al otro, el candidato popular con mortero bombardeando las miserias del gobierno de Zapatero. El socialista apuntando con precisión a los resquicios del programa del PP.
Análisis para Estrella Digital