¿Un diario para jóvenes es distinto de un diario tradicional? ¿son los jóvenes lectores de diarios? ¿imaginan los periodistas jóvenes diarios distintos a los que editan sus talluditos jefes?
A estas y otras preguntas ha pretendido responder una de las más prestigiosas revistas profesionales norteamericanas, la
Columbia Journalism Review, y para ello ha trabajado con casi 80 profesionales menores de 30 años de diferentes diarios de los Estados Unidos.
Las respuestas no son rompedoras. No se sabe si porque un diario para jóvenes no es muy distinto de los diarios actuales o porque los periodistas –tengan la edad que tengan– no son capaces de imaginar otro tipo de diarios. Destaca que casi todas las ideas recopiladas se refieren a los elementos menos noticiosos. Entre los profesionales jóvenes hay pocas ideas nuevas sobre cambio de enfoque y estructura de las noticias.
El Diario Soñado es tabloide y tendencia al A4 (véanse los nuevos diarios de metrópolis como Paris o Londres y aquel maravilloso diario gratuito bonaerense que fue el Diario de Bolsillo); con secciones bastante tradicionales aunque con más presencia de elementos de la vida privada, ciencia, tecnología y ocio; debe estar muy conectado y ser muy receptivo con el público y, donde más propuestas diferenciadoras se dan es en el estilo y el enfoque de la información: más narrativo y más personal.
Resalta también que los jóvenes periodistas norteamericanos, criados con la luz de Internet, conciben la web del diario como un complemento del papel, no como un producto diferente o alternativo. Defienden el papel, su calidez y porosa armonía, y diferencian la lectura electrónica de la de sillón y excusado.
Sólo unos pocos defendieron la gratuidad y la mayoría incidieron en que no es posible hacer diario para jóvenes cuando no se oyen y atienden las ideas de los profesionales de la misma edad en las redacciones. Con jefes de 40 años, dicen los novatos, no es posible hacer diarios para la Generación Web.
Algunas de sus sugerencias.
Vivir la globalización | Los jóvenes reclaman más información internacional, pero no tanta política o diplomacia y más conocimiento de otras sociedades, otros ciudadanos, otras costumbres. ¿Cómo es la vida de gente como yo allí, bajo aquellas circunstancias?
El fin de la objetividad | Ya estaba anunciada, pero los jóvenes celebran su funeral. Abogan por una actitud más personal, comprometida y honesta. Se agarran al viejo adagio de que el periodismo debe afligir al poderoso y proteger al afligido (H. L. Mencken), y creen que una escritura más personal conecta mejor con el lector y muestra más cosas que las fórmulas frías. El Yo se reafirma con fuerza entre los jóvenes informadores.
Un estilo más personal y narrativo | ¿A quién le interesa la vieja pirámide invertida? ¿por qué escribir en la era digital con estructuras de la Guerra de Secesión norteamericana (cuando se inventó)?
Reclaman un estilo más personal, apoyado en estructuras y recursos más narrativos, que no se deben confundir con la escritura de ficción. Los hechos con un estilo más vívido y atractivo.
Se abre la discusión sobre si el lenguaje tiene que ser más coloquial, al estilo de lo que ha hecho la CNN en su canal de noticias para los EE UU (CNN Headline News). No hay acuerdo.
El mejor lenguaje para cada noticia | Cuestionan el carácter monolítico del diario como medio escrito y dicen: “¿Porqué no contar historias sólo con fotos? ¿Si la información puede estar en el gráfico, porqué escribir fuera? ¿Si el texto es lo bueno, a qué esas fotos repetitivas?”
Contar cada información de la manera más efectiva posible. Sin restricciones, sin rigidez, sin rutinas.
Informar sin insultar | No se debe rebajar la exigencia informativa para los jóvenes ni se debe pensar que el lector conoce perfectamente de qué se le habla. Los periodistas deben recordar que quienes leen diarios quieren aprender, desean saber más.
La buena vida y su precio | Hay que aumentar la información sobre la vida privada, el ocio y entretenimiento, y las informaciones útiles, pero sin renunciar a la primacía de lo noticioso.
Abogan por una crítica mucho más afilada de la cultura popular actual, como los reality shows televisivos y el exceso de atención a las celebridades de papel cuché.
Más información sobre cómo hacer cosas útiles y recuerdan a los mayores que los jóvenes son padres jóvenes que viven dedicados a sus hijos todavía bebés y niños.
Amor y sexo: éxito seguro (recuérdese la actual proliferación exitosa de series televisivas sobre treintañeros en apuros emocionales: Friends, Sexo en Nueva York, etc.)
Cobertura extensiva e intensiva de Internet, incorporándola a la vida cotidiana, y de cómo inciden en ella las novedades científicas y tecnológicas.
Los jóvenes recuerdan que no suelen tener mucho dinero, así que todo debe tener su precio y prestar especial atención al ahorro y buena economía doméstica.
“Paper is cool” | “No hay nada como sentarme con una taza de café y un diario entre las manos y sentir cómo mis dedos se manchan de tinta”. Robert Hernandez, productor informativo de la web de The Seattle Times (el diario preferido del Dr. Frasier Crane, aquel psiquiatra snob tan divertido de la tele).
Diario en Internet sí, pero para completar el papel y ofrecer lo que el gramaje no puede solucionar por mucho que se aumente: documentos originales, archivo, complementos, transcripciones, foros, elementos multimedia y mucha interacción con el lector.
Oiga, jefe, ¡gaste menos pasta en encuestas y escuche! |No se puede hacer un diario para jóvenes a los 45. ¡Olvídese! Hable con sus jóvenes reporteros y déles voz y voto. Menos preocuparse por los que pueden quitarle a uno el sillón y más por el producto y la información. Su sillón se quedará sin muelles sin alguien no salta encima y le quita el polvo.
Pues eso.