Diarios de información no general
Los diarios norteamericanos buscan nuevas fórmulas para enfrentarse a la pérdida de difusión y para acaparar el tiempo del público. La nueva estrategia conculca uno de los viejos principios de los diarios: reflejar la actualidad de la manera más completa posible. El objetivo es ahora diseñar productos específicos para audiencias segmentadas: madres trabajadoras, obreros industriales, comerciantes, jóvenes internautas o inmigrantes. El diario ya no es el catalizador de la vida pública, una función que se desliza cada vez más entre sus páginas, para convertirse en un proveedor de contenidos lo más atractivos posible para cada tipo de público y cada perfil de consumidor. La estrategia puede ser la salvación de la prensa o su fin. No hay acuerdo.
Surgen alertas sobre el estrechamiento de lo público, como dice el Committe of Concerned Journalist en sus principios. No hay acuerdo sobre los responsables: la sociedad, los políticos, los editores, los periodistas, los ciudadanos. Seguramente todos. Y la vida, la propia vida. Esa que tan sabiamente han retratado los diarios a lo largo de tres siglos.
Quizá entre tanta segmentación la vida futura de los diarios sigue dependiendo de contar la vida cotidiana, hoy aplastada en muchos medios con tanta tecnología y tanto cliente, tanto consumidor y tan poco lector, tan poco ciudadano. Por ahí se han movido las aguas del periodismo cívico, que muchas veces es bueno recordar.