Monday, May 26, 2003

El peligro de las fuentes anónimas


"Si tu madre te dice que te quiere, compruébalo".Viejo dicho periodístico norteamericano.

Contrastar la información, los datos, los hechos, usar cuantas más fuentes mejor, identificarlas. Viejas reglas del periodismo cada día más en desuso.
El periodismo de rueda de prensa, notas e informes no necesita de estos mecanismos, la taumaturgia de la palabra escrita y la autoridad en cuerpo presente borran las dudas.
Fuera de las ruedas de prensa y las rondas de canapés da la impresión de que las fuentes han desaparecido. El terror se ha apoderado de quienes pueden ofrecer información, nadie da la cara.
Leer un diario es muchos días un auténtico auto de fe cada vez más ahogado por el frenesí de la saturación. Sólo lo intrascendente se atribuye. Quizá ahí resida el triunfo del periodismo de celebridades, esas que salen en la tele y de las que nadie conoce más mérito que la renuncia a la intimidad.
El show sustituye a la realidad. La publicidad a la información.
El escándalo del New York Times (ver más abajo "La traición de The New York Times") ha alzado las voces contra el uso indiscriminado de fuentes anónimas. En la doctrina tradicional sólo se permitía el anonimato para proteger a la fuente contra un peligro cierto e inmediato. Hoy lo más natural es el anonimato injustificado, la atribución general al estilo "fuentes gubernamentales" sin mayor contraste.
La regla de las tres fuentes –la dos versiones contrapuestas más una independiente– hace tiempo que se olvidó y raramente se cumple el protocolo de preguntar a los aludidos.
Los periodistas tienen más miedo a que una fuente alerte a otro medio y pierdan su ventaja que a publicar informaciones incompletas o parciales.
Al Neuhart, fundador de USA Today, denuncia esos usos y afirma que las fuentes anónimas "conducen invitablemente a las mentiras" porque:
>> bajo una fuente anónima suele haber un cobarde;
>> los periodistas que abusan de fuentes innombrables acaban escribiendo más de lo que saben.

Editores y directores anuncian más control sobre las fuentes, más contraste y la supervisión de un editor para quien la fuente no sea anónima en
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