Monday, July 15, 2002

El fin de un sueño megalómano


Se convirtió en el mayor enemigo de la “excepción cultural”, hizo dimitir a popes de la comunicación y la cultura francesa como el anterior presidente de Canal Plus, encabezó el asalto de las empresas europeas al mercado norteamericano, sustituyó las aguas de la antigua Compañía General de Aguas por los bits y el entretenimiento, impuso fórmulas personalistas y audaces de gestión… y hundió las acciones de Vivendi, lo que acabó con la paciencia de los accionistas. Abandonado por sus valedores, Jean Marie Messier, de 45 años, ha dimitido como presidente de Vivendi Universal, la segunda compañía de comunicación del mundo y la única que ha plantado cara a los grandes conglomerados estadounidenses. El hombre que soñó una vez con ser Hearst equivocó el camino a Xanadú y deja una compañía en crisis de negocio, recursos, proyecto y liderazgo.
El gran beneficiado puede ser Barry Diller, el tiburón norteamericano de la comunicación, que en su día vendió USA Network a Messier y que el año próximo debe cobrar 275 millones de dólares por la operación. Ya se comenta que quizá los activos norteamericanos de Vivendi se podrían separar del holding y funcionar –y cotizar en Wall Street– por su cuenta. Diller tendría entonces todas las papeletas para volver a controlar la compañía.
Diller fue el hombre que consiguió para el magnate australiano Rupert Murdoch el control sobre Fox Network y Paramount. Su sueño es crear un imperio basado en la comunicación, internet y la venta al por menor. La mayor integración vertical jamás soñada, basada en las sinergias comerciales y no en la información. Podría haber llegado la hora.

New York Times
El Mundo
El País