La mayoría de los internautas prefieren la publicidad contextual a la gráfica, y más todavía a los incómodos pop-ups y otros formatos intrusivos. Pero no todos están contentos.
La Federación de Consumidores en Acción (Facua) ha denunciado a Google y Yahoo ante los organismos competentes por no diferenciar claramente la publicidad y por no impedir a los anunciantes el uso de tácticas que pueden dar lugar a confusión.
La denuncia de la organización va directamente contra dos pilares esenciales de la publicidad contextual: su empleo sin grafismo, al estilo del resto de resultados de búsquedas, y la compra de palabras clave para orientar al consumidor hacia determinados productos o marcas.
La tenue línea entre información y publicidad, entre transparencia y engaño de los contextuales no es suficiente para Facua.
Google ha respondido inmediatamente. El Gran Buscador tacha las acusaciones de "injustas" e insiste en que "tiene mucho cuidado a la hora de diferenciar entre la publicidad y los resultados de las búsquedas naturales". La compañía añade que este tipo de enlaces "no son sólo buenos para los anunciantes, sino que son especialmente buenos para los usuarios".
La publicidad contextual es la que más crece. Su efectividad y rentabilidad para anunciantes e internautas es pocas veces puesta en duda. Pero es cierto que lo que muchos diferencian claramente, especialmente los usuarios más activos, para otros no es tan claro.
Quizá la denuncia de Facua es exagerada. Pero vale la pena para no perder la vigilancia y el control sobre las nuevas formas de publicidad.
Peor es soportar los anuncios intrusivos y tan relevantes que estorban y comen los contenidos, dirán muchos.
Y es verdad. Pero un poco más de reflexión sobre cómo se usa la publicidad tampoco vendrá mal.
Google tiene razón cuando afirma que diferencia claramente entre enlaces patrocinados y los resultados naturales de las búsquedas. Pero quizá no tiene tanta cuando se inhibe de responsabilidad por los abusos en el uso indebido de las marcas y la propiedad industrial.
En la era de la atención la evolución de la publicidad nos afecta a todos. Reflexionar sobre las prácticas de conducta y las reglas del juego no es baladí. Quizá sólo por eso vale la pena la denuncia.