Manuel Soriano, director general de Telemadrid, topó con Fernando Sánchez Dragó en la entrega de los Premios Internacionales de Periodismo de El Mundo. A resguardo de la intemperie de las audiencias en casa de Pedro J. Ramírez, Soriano le propuso al escritor ser el nuevo responsable de Diario de la Noche tras la depuración de Germán Yanke.
"Será un informativo de autor", anuncia Sánchez Dragó como no podía ser menos. Veremos el ámbito y naturaleza de la autoría. "Ecuánime, neutral, independiente y libre", promete.
Bajo la etiqueta de informativo de autor la televisión española avanza en la subjetivización de los telediarios y su conversión en género de opinión. La mirada personal de alguien sobre las noticias.
La autoría puede ser cuestión de estilo, un revulsivo, un desafío y una propuesta siempre emocionante (el verdadero ámbito de la televisión: puro sentimiento). Un rasgo y un acento sobre la narración de los hechos que revela cuestiones fuera de la agenda común.
Otras veces la autoría es el marco de una visión alejada de los criterios de la redacción y enfocada con ideas y estímulos individuales.
Los profesionales de Telemadrid pueden seguir aferrados a sus cuitas y los madrileños temblando ante la pantalla. Frente a la demanda de más redacción y más periodismo llega más autoría y más literatura.
Veremos la opción de Sánchez Dragó, pero sus programas televisivos hasta la fecha -nunca informativos- siempre han pertenecido a un ámbito muy personal.
Quizá Esperanza Aguirre haya decidido directamente que la magia es mejor que la realidad. Transforma las cosas. Muchas veces sólo mientras dura el verso del encantamiento, pero a menudo es suficiente.
Dragó anuncia sus primeras ideas sobre la escaleta: "abrir con la noticia del día en España seguida de una encuesta de opinión realizada en la Puerta del Sol -efecto boina- y un cara a cara entre dos personas de distinto posicionamiento político", socorrido remedo de pluralidad.
Opinión de autor a través de las voces de otros. Y después un "rincón de buenas noticias" y otro de extravagancias.
Recuerda viejas épocas, cuando las televisiones privadas comenzaron en España y quisieron desmarcarse tanto del añejo y formal telediario estatal que no se sabía si cambiaba la actualidad, el canal o el país del que se hablaba.
Los anuncios de Dragó reviven el estilo Luis Mariñas, uno de los primeros practicantes del telediario de autor o de su caricatura.
¿Acertará Soriano apostando por la autoría o hundirá todavía más la exigua audiencia del canal autonómico madrileño?