Friday, December 29, 2006

El amante de las rocas


Man de Camelle vive en sus rocas. Como siempre. Desde que llegó a la Costa da Morte para morir años después intoxicado, de tristeza e impotencia, por el chapapote del Prestige.
La obra de Manfred Gnädinger está en sus rocas amadas. Confundida. Extasiada de tanto mar, tanto viento, tanto horizonte. Mucho más del que puede encerrar ningún museo.
Por eso está olvidado de tantas promesas, de tantos políticos sólo atentos a las nuevas pirámides del poder. Museos vacíos o estúpidos a mayor gloria de los oligarcas de turno.
El museo de Man es el océano y su batir contra las rocas.
Manfred Gnädinger llegó a Camelle en 1961. Vivió su vida de anacoreta y artista desnudo en la naturaleza. Fue incomprendido, olvidado, vilipendidado y más tarde querido, aceptado y exhibido entre la excentricidad y el arte. Un extraño entre el mar y la piedra para un pueblo a menudo irreconocible para sí mismo.
Durante años construyó una obra nacida del dibujo del viento y los colores de la marea. Surrealista, océana, ajena a los museos, a las salas subvencionadas, al mercado del arte.
Vivió cara a la marea su tiempo de olas. Los últimos años antes de su muerte el 28 de diciembre de 2002, Man casi no salía de su cueva rocosa. Cuando lo hacía y topaba con algún visitante, aún tendía sus famosas libretas. Pedía un dibujo, una visión de su paraje amado y vital con los ojos y la mente de los demás. Buscaba formas. Quería fijar aquellas rocas en la mente de otros.
Abandonado, excéntrico, mendigo, incomprendido, amado, olvidado.
A Camelle y a Galicia le llevó mucho tiempo amarlo. Vivió el mundo abandonado por los propios. Amó lo olvidado por los más cercanos. Su mirada de mar y piel infinitas era ajena en tierra de viudas de negro y naufragios propios y extraños.
El viento y el mar se llevan la obra de Man. Erosionada por la naturaleza y por la desidia.
Acabó la Iniciativa Man de Camelle, firmas para rescatar su obra y que se empleen bien los fondos propios y los otorgados. Al parecer el mar y el olvido sigue comiéndose la obra del hombre de las rocas (gracias, Manolo, por la memoria).

Homenaxe a Man de Camelle
Iniciativa Man por Man | Para ampliar con mensajes y dibujos virtuales las libretas del alemán
El Ángel Caído | Man de Camelle