Wednesday, October 06, 2004

La leva como arma electoral


Tu país te necesita, te dice el Tío Sam. La guerra no existe sólo en la televisión ni a través de las imágenes verdosas de la tecnología. La guerra es sangre, cuerpos destrozados, soldados merodeando, mujeres gritando y niños de ojos grandes y tristes. La guerra cuesta más que impuestos. El ejército te necesita.
La reinstauración de la leva, del reclutamiento obligatorio, fue usado ayer por los republicanos como nueva arma electoral contra los demócratas, que quedaron atrapados por las buenas intenciones, un mal muy común en la izquierda progresista.
Hace unos días, el candidato a vicepresidente, John Edwards, fue preguntado por la vuelta de la mili obligatoria. El rumor lleva meses en los campus universitarios, en los foros y las bitácoras de la Red y los activistas republicanos han intentado silenciarlo.
La joven Norteamérica tiembla ante la llamada del Tío Sam.
La última jugada maestra de los estrategas de George W. Bush ha sido hacer votar en el Congreso una moción que llevaba 18 meses parada para intentar enredar a los demócratas de John Kerry como patrocinadores de la propuesta.

Con 135.000 soldados en Irak, 20.000 en Afganistán, 36.000 vigilando las fronteras de Corea del Norte y unos pocos miles en los Balcanes, el ejército más poderoso del mundo está exhausto. 1,4 millones de efectivos (ese maligno eufemismo) no son suficientes. Desde el 11-S más de 330.000 reservistas han sido llamados a filas y muchos de ellos han entrado en combate.
¿Qué ocurrirá si hay que enviar más tropas?
En la primera Guerra del Golfo llegó a haber medio millón de soldados americanos a las puertas de Bagdad.
El peor error de Donald Rumsfeld, ministro de Defensa y líder neocon, fue planificar una invasión de Irak corta y con una fuerza reducida y rápida, al mejor estilo de la guerra relámpago de Hitler.
Como Hitler, Bush y Rumsfeld han fracasado.
La guerra no tiene fin y ha dado tiempo a descubrir que las armas de destrucción masiva no existen, que Al Qaeda no tenía lazos con Sadam Hussein y sí con la dinastía de los Saud, y otras muchas mentiras y exageraciones.

Antes de que los mil féretros de los soldados americanos muertos en Irak se vieran, la primera crisis vino de la Guardia Nacional. Soldados voluntarios de fin de semana obligados a permanecer durante meses en territorio hostil, peleando, matando y muriendo mientras perdían sus trabajos y sus hijos nacían con el padre en el frente.
Algo así no se había visto desde la II Guerra Mundial, la última vez que se reinstauró el reclutamiento obligatorio, que duró hasta principios de los años 70, cuando Nixon lo abolió para acallar el movimiento anti Vietnam.

Una parte de la derecha apoya la leva obligatoria, otra parte (entre ellos una porción de la derecha religiosa, como los cuáqueros, los temblorosos) se opone.
Una parte de los demócratas apoya el reclutamiento para evitar que los negros y los hispanos sean la punta de lanza del imperio mientras los blancos WASP lo ven por televisión.
El Congreso ha votado 402 a 2 contra el reclutamiento obligatorio pero una nueva batalla electoral se ha librado. Otra vez con el miedo.
El miedo es la nueva y más poderosa arma electoral. La peor de todas. En España también la hemos --y seguimos-- sufriendo.
Miedo. Levas. ¿Es esto el progreso?

Washington Post | House GOP Brings Up Draft In Order to Knock It Down
NY Times | The Option Nobody's Pushing. Yet
P21 | Música y cine contra Bush
P21 | El poder de los hechos
P21 | El dolor y la verdad de la imagen (y 2)